La lima es una gran aliada para la salud debido a su gran aporte de calcio, vitamina C, vitamina A y baja composición calórica. Una saludable compañera para mantener alejadas a las enfermedades y tener una buena salud ocular.
Quienes hayan probado la lima habrán comprobado que tiene un sabor muy refrescante, pero también ácido, aunque un poco más dulce que el limón. Con un color verde intenso y una pulpa aromática, la lima es ideal para realizar deliciosos jugos.
El 80% de su composición es agua, por lo que su aporte calórico es muy bajo. Cada 100 gramos, aporta tan solo 35 kcal y, por lo que se destaca, es que tiene 42 mg. de vitamina C. Esto equivale al 33% de la ingesta diaria recomendada de vitamina C.
Esta última es una gran antioxidante, ayuda a fortalecer el sistema inmunológico, favorece la absorción del hierro y contribuye a la creación de colágeno. Además, es beneficiosa para la salud cardiovascular, como indican desde la Fundación Española del Corazón.
Desde la entidad revelaron en una reciente investigación que «los niveles bajos de vitamina C se asocian con un empeoramiento de la insuficiencia cardiaca. Quienes mantienen niveles bajos de ingesta de vitamina C son 2,4 veces más propensos a tener niveles más altos de la proteína C reactiva, un marcador de inflamación y un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular».
Esta fruta también contiene vitamina A, que se encarga de cuidar la salud ocular. Se incluye además en su composición la vitamina B9 o ácido fólico, que tiene un lugar clave para la producción del ADN, la formación de los glóbulos rojos y el crecimiento celular.
Con respecto al aporte de minerales de la lima, tiene buenas cantidades de calcio, fósforo y potasio, cuya labor se centra en garantizar la óptima transmisión nerviosa, la contracción muscular, el buen funcionamiento del corazón y el riñón, y el equilibrio hídrico.