Monseñor Ariel Torrado Mosconi, obispo de Santo Domingo en Nueve de Julio, ordenó anoche diácono al seminarista Ariel Palanga, de 33 años, oriundo de Tres Algarrobos (Carlos Tejedor). El nuevo servidor de la Iglesia, fue designado a la Catedral de Nueve de Julio.
Durante la homilía el obispo recordó que la función principal de un diácono es la del servicio a sus hermanos y extendió esa finalidad a todos los cristianos. “La celebración de una ordenación diaconal – enfatizó – no solamente consiste en conferir el sacramento a un hermano llamado a ese ministerio en la Iglesia, sino que a la vez contiene un rico y fuerte simbolismo para todos y cada uno de los miembros de la comunidad”.
El prelado remarcó que “el servicio siempre comienza por ser la respuesta a una llamada” que Dios hace “de diversas y variadas maneras” y que continúa “por salir de sí mismo: con romper la atadura del narcicismo, vencer la asfixia del egoísmo o superar la comodidad para donarse en generosidad, disponibilidad y abnegación. Lejos de rebajarnos a servidumbre o inhibir una realización personal, es esta “servicialidad” o “ministerialidad” la que madura, engrandece y ennoblece verdaderamente al ser humano”.
También reconoció que muchas veces este servicio “pasa por dificultades, luchas y pruebas, y supone no pocos sacrificios” y que no siempre sus frutos son reconocidos por los hombres aunque sí “siempre son agradabilísimos a los ojos de Dios”.
Luego interrogó a los presentes: ¿Nos concebimos como una comunidad de servidores? En cada una de nuestras parroquias ¿nos preguntamos cuál es el servicio real y concreto que prestamos? …El laico ¿se da cuenta que ser padre o madre, trabajador, profesional, autoridad, tiene una dimensión servicial en sí misma y no solamente es fuente de autosatisfacción individual”.
Por eso remarcó que la figura del nuevo diácono es “icono” de Jesucristo Siervo o Servidor y que “viene a ser para todos imagen del servicio que estamos llamados a encarnar en nuestra vida” y exhortó a todos los fieles a recordar permanentemente que “todos somos servidores de Cristo”.
El rito
Tras la homilía comenzó el rito propiamente dicho de la ordenación diaconal, que tuvo sus dos momentos más transcendentes con la imposición de manos y la plegaria de la ordenación con los que se confirió al candidato el don del Espíritu Santo para ejercer su función de diácono. Cabe recordar que éste posee muchas funciones. Entre ellas, puede bendecir, bautizar, casar, dar la comunión, llevar el viático a los moribundos, presidir la celebración de la Palabra y también los funerales y ceremonias de sepultura.
Posteriormente Ariel Palanga fue revestido con la estola cruzada al modo en que la usan los diáconos y la dalmática, para que se manifieste externamente el ministerio que, a partir de anoche, ejercerá en la liturgia.
La ceremonia continuó con la entrega del libro de los Evangelios, que indica la función de los diáconos de proclamar el Evangelio en las celebraciones litúrgicas y de predicar de Palabra y de obra la fe de la Iglesia. Finalizó con el tradicional saludo del Obispo y de los diáconos presentes al recién ordenado.
Acompañaron la ceremonia todos los sacerdotes y diáconos de las diócesis así como también los seminaristas. Asistieron además gran cantidad de fieles de su pueblo natal y de diversas comunidades, familiares y amigos del nuevo diácono.