Con el torneo de Arquería del pasado fin de semana, cinco entusiastas locales consiguieron darle visibilidad a una disciplina legendaria .Y ahora van por más. Se los presentamos.
(Por Juan Manuel Jara)
La cuerda, tensa, acaricia la mejilla. La mirada, fija en el blanco. La respiración, suave, mínima. Los dedos se aflojan y la flecha viaja hacia su destino. Un arco y una flecha, disparadores siempre eficaces para historias en cualquier época, inclusive en la actual, la de internet, la hiperconectividad y el todo para ahora. Un remanso de paz, serenidad y concentración, pilares fundamentales para disfrutar de una disciplina milenaria: la arquería.
A lo largo de la historia, los arqueros siempre tuvieron un lugar destacado. Repasemos. De cuando el hombre vivía en cuevas, las pinturas rupestres muestran figuras con arcos y flechas en situaciones de caza. A ese uso original luego se le agregó el de un arma para las guerras. Todas las civilizaciones lo utilizaron. Egipcios, persas, hebreos, griegos, romanos, se especializaron en el tiro con arco. No hubo ejército que no tuviese un cuerpo de arqueros. En Asia también, los guerreros de Genghis Khan eran hábiles con este arma, al igual que los chinos. En la Edad Media se lucieron, principalmente los ingleses, y son varias las historias y relatos de extraordinarios arqueros en cuentos y leyendas, como la de Guillermo Tell o el famoso Robin Hood, habilísimos tiradores capaces de los más increíbles tiros. Pero también por entonces, la pólvora cambió todo. Y tener un buen arquero requería mucho entrenamiento y dinero.
Pero lo bueno nunca desaparece del todo. Incluso el cine sabe que la precisión milimétrica de un arquero es un personaje que paga bien. Ejemplo, en la saga de El Señor de los Anillos se luce Legolas, el platinado elfo del Bosque Negro, dueño de una letal habilidad con el arco y la flecha. Los comics también crearon héroes con esas habilidades. La editorial DC dió a luz a Flecha Verde, y en Marvel, su competencia, respondieron con Hawkeye, uno de los miembros originales de los Avengers.
5 arqueros, 12 flechas
Suena a desafío. Y para Cristian Cando lo fue cuando decidió crear la Agrupación “12 Flechas”, este grupo de entusiastas locales cultores del tiro con arco y flecha que tiene en él a su mentor y referente. Arquero desde no hace mucho, Cristian sumó a su señora Andrea Gorosito a la actividad, y luego apareció Leo Castellanos que a su vez, un tiempo después, sumó a sus primos Gastón y Luciano Gómez. Y como para competir es regla hacerlo como miembro de un club, escuela o asociación de tiro, crearon “12 Flechas”. La referencia numérica es por 12 de Octubre, lugar donde viven Cristian y Andrea.
El no sabe muy bien el por qué lo atrapó esta disciplina. Si recuerda que “veía a un grupo de amigos que tiraban”. Entonces un día fue al club “Barrios Alegres”, en Trenque Lauquen, donde había dejado una huella como jugador de fútbol, se acercó a la instructora y probó tres tiros los cuales, según cuenta Cristian, “fueron muy buenos”.
Así fue el comienzo en la arquería que, mas allá de la competencia y la camaradería, le gusta por el hecho de que lo aísla del mundo: “Todo se reduce a ese instante: la flecha, el arco, uno consigo mismo y el punto amarillo, el centro del blanco que todos buscan”.
Hay tres tipos de arcos: el tradicional, todo de madera, que además puede ser el
Long Bow, que es el más básico: “una madera, piola tensada y nada más”. Los Recurvados, que pueden ser rasos u olímpicos, que son los que traen con barras estabilizadoras para equilibrar el tiro. Y finalmente, los Compuestos, que son compactos, con roldanas y muy potentes. Utilizados también para caza. Pero hay un arco para cada uno.
Hay un dicho que responde a la pregunta sobre los límites de edad tanto para arrancar como para dejar, y dice que son “desde que puedas abrir el arco, hasta que ya no puedas abrir el arco”. Un día lluvioso puede ser sinónimo de crisis de ansiedad para un arquero. “Podes decaer en puntajes, pero las ganas de tirar flechas no te la sacás nunca”, sentencia Cando.
7 Ciudades, 87 arqueros
Cuando en el atardecer del domingo pasado Cristian despidió al último grupo de participantes que vinieron de distintas ciudades de la provincia de Buenos Aires por primera vez a 9 de Julio para disputar la sexta fecha del Circuito de arquería “7 Ciudades”, ahí supo que había tenido un tiro perfecto. Un pleno en el centro, justo del círculo amarillo. ¿Por qué? Estos cinco entusiastas de “12 Flechas” se habían puesto el desafío de organizar una fecha de este evento provincial por vez primera en una ciudad en donde apenas están ellos como referentes. Buscaron un lugar. Lo encontraron en el Club Atlético 9 de Julio y transformaron al gimnasio Báncora en un campo para la competencia regional de tiro con arco. Usualmente se llega a unos cincuenta tiradores inscriptos. Acá hubo ochenta y siete. También contaron con el apoyo de Marcia Molinari, directora de deportes del Municipio.
Cando invitó especialmente a su maestro instructor, Juan Rois, ex campeón argentino, fundador el club Barrios Verdes en Trenque Lauquen. Rois ofició de árbitro general. Y se vió un espectáculo diferente en donde el clima de camaradería y disfrute se notaba a lo largo de toda la competencia. Un éxito para una actividad sin historia en esta ciudad.
Para Rois la arquería es “un 50 por ciento deporte y 50 por ciento actividad social. Juntarme con amigos, se ve la familia. En la línea de tiro uno se junta con gente que está fuera de su ámbito de trabajo. Te despeja, digamos… ¡nos endereza los patitos!”.
¿Y después de esto que viene? Cando lo tiene claro. El plan maestro está en su cabeza y así lo dijo su maestro Rois: “Cristian siempre pensó en esto desde lo grupal. Crear un grupo y llevar esta disciplina a toda la región”. El primer paso fue la Agrupación. El segundo, lo que se vivió el domingo. Ahora los objetivos son sumar más arqueros a “12 Flechas” y tratar de conseguir un lugar, una sede, un espacio acá en la ciudad en donde poder desarrollar con continuidad y actividades el tiro con arco. Por lo conseguido hasta ahora, está claro que el Robin Hood del 12 donde pone el ojo, pone la flecha…