(Por Victoria Bisogno)
Todos sabemos que el té es originario de China, y se produce en países de Asia como Japón, India y Sri Lanka. Pero no todo el mundo sabe que este producto gourmet tan consumido en Europa está tan relacionado con la Argentina.
El té comenzó a cultivarse en Argentina a principios del siglo XX, y desde hace años muchas marcas internacionales utilizan té producido en Argentina en sus productos.
La costumbre de tomar el té, traída principalmente por los inmigrantes europeos, se volvió un uso cotidiano y la reunión en torno a él es cada vez más frecuente en nuestro país. Las personas se reúnen alrededor de la mesa para disfrutar de sándwiches, tortas, scones, una rica taza de té y mucha conversación. Algunos con estilo inglés, otros con estilo oriental, otros con su propia impronta.
Otro ejemplo de la relación entrañable que tiene el té con la Argentina es la famosa ceremonia del té galés que se celebra regularmente en la Patagonia. Es verdad que los inmigrantes galeses que llegaron al sur de nuestro país trajeron, entre otras cosas, la costumbre de tomar el té, pero la ceremonia galesa, tal cual la conocemos hoy, ¡es una costumbre creada en la Argentina y no en el país de origen de los inmigrantes!
Hablemos de historia
Allá por el año 1923 arribó a Colonia Tres Capones (provincia de Misiones) el Sacerdote Tijón Hnatiuk, procedente de Ucrania, quien trajo como presente para su familia un paquete de semillas de té. Vladimiro, el hermano de sangre del sacerdote, plantó las semillas y las multiplicó para sembrar las primeras 4,5 hectáreas de té.
En las siguientes décadas, el cultivo de la planta del té se extendió por toda la provincia de Misiones (hoy principal productor del país, con el 95% del total) y norte de Corrientes.
A mediados de 1960 se desarrolló maquinaria para la cosecha y así se logró abaratar el costo de producción que, hasta el momento, era manual. A partir de entonces el volumen de té exportado cobró importancia internacional.
Hoy la Argentina es el noveno país productor en cuanto a volumen de té producido (por encima de Japón). Más allá de que por una necesidad de mercado la mayor parte de la producción está destinada a saquitos y té helado, los productores argentinos están cada vez más interesados en agregar valor a su producción. Algunos ya están trabajando en la elaboración de té en hebras para introducir el té argentino en el mercado gourmet, que está en constante crecimiento en todo el mundo. La globalización actúa como “vaso comunicante” acercando las tendencias mundiales: ahora se toma té en Argentina, y mate en Estados Unidos…
El placer de elaborar el té con tus propias manos
La ruta del té es un viaje cultural en el que los participantes aprenden cómo se elaboran los distintos tipos de té, recogen las hojas frescas del campo y producen el té con sus propias manos. Nada más placentero que caminar por el campo, seleccionar las mejores hojas y recogerlas con nuestras manos. Sentir su textura, su aroma fresco y luego “poner las manos en la masa” para convertir esas hojas verdes en té hace que se adquieran muchos conceptos que no son fáciles de comprender leyendo un libro.
El viaje comienza con una serie de cursos especialmente diseñados para que tanto el principiante como quien lleva ya un camino en el mundo del té conozcan la historia de esta infusión, las distintas variedades, aprendan cómo se cultiva la planta y cómo se elaboran los distintos tipos de té desde la cosecha hasta la taza. Luego de 4 cursos de capacitación teóricos se realizan prácticas en el campo: cosecha manual del té y con maquinaria de punta, luego los participantes procesan las hojas de té de forma manual aplicando los mismos procesos que se realizan en países como China o India, lo que incluye el marchitado de las hojas, el enrulado y diversos procesos adicionales propios de cada variedad.
La ruta del té incluye visitas a las fábricas de té argentino de última generación, líderes a nivel mundial en tecnología y aplicación de estándares de calidad, cuidado del medio ambiente y prácticas de responsabilidad social empresaria. También este viaje educativo cuenta con el apoyo y colaboración del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), adonde el ingeniero Humberto Fontana, quien pasó más de 30 años investigando sobre el té, guía a los participantes en el descubrimiento de las nuevas tecnologías que desarrolla en INTA para mejorar la industria del té en nuestro país. El recorrido incluye los principales puntos de interés del té en Argentina e inicia en Oberá, provincia de Misiones.