(Por Marianela Ríos – Agencia CTyS – UNLaM)
Para la Organización Panamericana de la Salud, la depresión es una enfermedad común pero grave que impacta profundamente en la vida diaria generando altos niveles de discapacidad. En Argentina, la depresión afecta a 5.7 por ciento de la población 1 y según las cifras de un informe de 2023 del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA) dan cuenta del panorama: uno de cada cuatro argentinos tiene sintomatología ansiosa y depresiva.
Mientras las cifras generan alarma, desde la ciencia local se buscan respuestas que contribuyan a mejorar su diagnóstico y tratamiento. En este contexto, un equipo de científicos del Instituto de Farmacología de la UBA, liderado por Federico Daray y Andrea Errasti, investigadores del CONICET, dio un paso importante al analizar cómo el sistema inmune se ve alterado en personas con depresión.
Lo que hicieron fue analizar el componente celular y humoral del sistema inmune en tres grupos de pacientes: personas en pleno episodio depresivo, individuos que habían tenido depresión pero estaban en remisión, y un grupo control de personas sanas. El objetivo era detectar cómo los marcadores del sistema inmune se modifican en personas con depresión y evaluar si, mediante un análisis de sangre, es posible identificar a los pacientes con esta enfermedad. Los resultados fueron sorprendentes, logrando una precisión superior al 80%, un hallazgo que superó incluso las expectativas de los investigadores.
“Lo que encontramos, en primer lugar, fue que a nivel celular los monocitos, un tipo de glóbulo blanco, se activan y aumentan en número. En el caso de los linfocitos, el número total no variaba, pero observamos un aumento en los linfocitos T regulatorios, que creemos está vinculado a una respuesta inmune compensatoria frente a la inflamación en los pacientes con depresión”, explicó Daray.
En cuanto al componente humoral, hallaron dos marcadores que estaban aumentados. Entre ellos, el sTREM2, un marcador de neuroinflamación, que “aparece en la sangre cuando hay un proceso inflamatorio en el sistema nervioso central”. “Además, hallamos una citoquina, la IL-17, una proteína clave en la regulación del sistema inmunitario, también elevada”, detalló el investigador.