-Escrito a pedido de la Esc.Secundaria 11- Mariano Moreno de Quiroga- Clases virtuales con participación de la familia. Asig. Construcción de la Ciudadanía.-
CARTA AL FUTURO.
Sensaciones en la cuarentena por la Pandemia de Coronavirus-(COVID 19):
Querido niño o joven que algún día leas esta carta:
Siento que estamos viviendo un momento bisagra en la evolución de la humanidad. Seguramente para vos la palabra “coronavirus” te resultará extraña, o tal vez tengas que buscarla en los medios informáticos como una enfermedad que a fines del año 2019 y durante el 2020 azotó a casi todos los países del mundo. Según las estadísticas se inició en China, en el continente asiático y se expandió por Europa primero para luego pasar a América. Hay tantas versiones sobre esta pandemia que finalmente nadie sabe a ciencia cierta cuál fue su origen; se tejen varias hipótesis: desde la ingesta de animales infectados en China hasta sospechas de virus escapados de algún laboratorio. Es que el mundo actual está muy loco ¿sabes?, ojalá que cuando veas esta carta el mundo que habites sea mucho mejor. Para ser exactos la locura está en el ser humano, ansias desmedidas de poder, ambiciones económicas, xenofobias u odios mal disimulados dominan gran parte de este universo actual. También existe otro mundo contrapuesto, el del amor, la solidaridad, la fe…Lo cierto es que el hombre en su afán conquistador se creyó dueño absoluto de la creación y desde muchísimo tiempo atrás no tuvo reparos en dañar la naturaleza para extraer de ella resultados redituables afines a su ambición. Bosques talados, animales perseguidos hasta su casi extinción, contaminación ambiental, tierras robadas a los cursos de agua… y tantas otras aberraciones que se cimentaban en la necesidad de una mayor producción en beneficio de una población cada vez más numerosa, exigente y desigual ; abundancia y despilfarro para algunos, carencias y hambre para otros, y en el medio nosotros _los seres normales_ gozando las migajas de los primeros y tratando de paliar o ignorando el clamor de los otros.
Pero hoy, la Madre Naturaleza, Dios, o como cada uno quiera llamarle, parece haber dicho ¡BASTA!, una criatura microscópica, desconocida, atacó de tal modo a la humanidad que descolocó a científicos, médicos, investigadores y puso en jaque a los gobiernos de casi todos los países que en un principio, no sabiendo qué hacer comenzaron ocultando una realidad tremenda hasta que sus consecuencias se hicieron inocultables. El contagio de unos a otros, de país en país, de continente en continente, corrió como un torrente en un mundo globalizado con su carga de enfermedad, angustia y muerte. Entonces sí, despertó la cordura, demasiado tarde para correr detrás de la pandemia; pero gracias a Dios la reacción fue casi general.
A Argentina el contagio llegó algunas semanas después dando tiempo al gobierno de turno a tomar medidas de aislamiento social, medidas de higiene profundas y una gran campaña educativa para atemperar las casi seguras y fatales consecuencias de este COVID19. Los científicos incentivaron sus investigaciones; los médicos y todos los profesionales de la salud se convirtieron en líderes, más aún en héroes ya que cumpliendo su misión muchos se infectaron y hasta perdieron la vida. ¡No te imaginas lo emocionante que fue cada noche ver a la gente desde los balcones de Buenos Aires, grandes ciudades y hasta en los pueblos más pequeños , unidos a las 9 de la noche aplaudiendo a estos profesionales y a todos los que se iban sumando para cuidarnos; Bomberos, policías, agentes de tránsito, trabajadores de servicios públicos, docentes, A veces aplaudíamos con entusiasmo, otras con lágrimas en los ojos y también con miedo; la incertidumbre nos iba ganando, la fe nos daba fuerzas. Rezamos. Los más vulnerables: los adultos mayores; nosotros. Desde los medios de comunicación aún nos lo recomiendan repetidamente “Quédate en casa”, porque estamos en medio de esta etapa sin saber cuándo y cómo empezará a ascender o descender la curva de contagio. La cuarentena pesa mucho en el ánimo de todos pero sabemos que es la única manera de evitar la propagación del virus. Los abuelos extrañan a sus nietos y los nietos a sus abuelos; los hijos asisten a sus padres y se debaten en situaciones económicas angustiantes porque todo parece encadenarse. Las escuelas están vacías pero los docentes y los alumnos de todos los niveles hacen una tarea enorme a través de esta maravilla que es Internet, se interconectan para desarrollar sus tareas escolares en forma virtual; bueno, maravilla hoy porque seguramente en tu tiempo esta tecnología estará tan avanzada que el relato te parecerá una antigüedad.
Lo cierto es que ante tanta adversidad muchísimas personas han sacado lo mejor de sí para aliviar la pesada carga a los demás. Recolección y entrega de alimentos a los más carenciados; ayuda a los mayores que no pueden salir a hacer sus compras, videos virtuales en vivo con música para alegrar las horas de aislamiento, señoras cosiendo barbijos para distribuirlos gratuitamente o fabricando ropas de cama para hospitales, y revirtiendo un orden natural, son los más jóvenes los que están enseñando a los mayores; las calles están vacías porque ellos se quedan en sus casas para evitar la propagación del virus.
Hasta la misma naturaleza pareció mostrar su cara positiva, ante el aislamiento y reducción de la circulación de tránsito bajó el grado de contaminación en grandes ciudades, ríos que volvieron a poblarse de peces, distintas especies animales recuperaron su hábitat hasta ahora invadidos por el hombre… tantas cosas, tan simples, tan naturales, ocurridas en sólo unos pocos meses nos llevan a reflexionar:” ¡Por Dios! ¿qué hemos estado haciendo hasta ahora?” ; ¿cómo no supimos ver que estábamos destruyendo nuestra casa común?.
¡¿Habremos aprendido la lección?!. Cuando la pandemia pase, cuando todo vuelva a la normalidad…. Recién ahí encontraremos la respuesta. No sé si alcanzaré a saberlo pero vos sí… vos y tu generación serán los destinatarios de lo que nosotros hagamos hoy. Ojalá encuentres y conserves un mundo mejor.
Cuando lo sepas, por favor decímelo. Desde algún lugar te estaré escuchando:
TE ABRAZO:
Raúl.
Facundo Quiroga, 5 de junio de 2020