Entre febrero de 2010 y lo que corre de 2013 se incendiaron alrededor de 10 vehículos, en su mayoría se presume, han sido actos intencionales.
El primero de ellos, tiene su antecedente a fines de febrero de 2010 con el incendio de una moto. Sin embargo, a medida que pasó el tiempo una pequeña “travesura” parece haberse convertido en un hábito perjuicioso cuando no adictivo que se incrementa a pasos agigantados. Se incrementa en números, en osadía en cuanto a aumentar los porte de vehículos a dañar (puesto que entre los dañados se incluyó un camión) y los tiempos, que cada vez se hicieron más cortos, entre un ataque y otro.
El último ataque fue el 30 de agosto pasado sobre el que pesan muchas dudas. Cuentan que, una vecina del barrio Democracia (ubicado sobre Acceso Perón y Rio Negro) , se levantó alrededor de las 4 de la mañana para esperar que retire un familiar una encomienda para llevarla a su hijo estudiante en La Plata. Entonces divisó una fuerte luz desde su ventana, inusual por ese sector y por esas horas. Cuando se asomó vio que un auto estaba estacionado muy cerca de la esquina y a una distancia pronunciada del cordón, más de un metro y que se estaba incendiando. Automáticamente llamó a Bomberos y a la Policía. Lo misterioso del siniestro es que, al día de hoy, nadie reclamó por el auto ni realizó denuncia alguna sobre el siniestro. Tampoco se conoce la identidad del propietario.
¿Nueve de Julio enfrenta también al flagelo de los quemacoches?
En distintos puntos del país , especialmente las grandes ciudades como La Plata, Buenos Aires y otras de otras provincias como Tucumán, sucumben ante estos actos de vandalismo. Grupos generalmente de jóvenes, que muchas veces se autoproclaman como una banda antisistema que explican que su objetivo es «la destrucción de los coches y las propiedades de los burgueses. (…) Todos creen y están seguros de que todo sigue igual, pero hay individuos que estamos hartos». Estos grupos prometen expandir los ataques a varios barrios de las grandes ciudades.
La sospechas generales apunta a grupos de desestabilizadores sociales cuyo único objetivo es el de alterar la tranquilidad social. Un grupo que se autoadjudicó los atentados en capital Federal se hace llamar “Liberación de la tierra”. Sin embargo, a estas bandas se suman otras, generalmente juvenies, que producen estos daños únicamente “por maldad”.
En Nueve de Julio a estos 10 incidentes esporádicos que alcanzaron difusión mediática, se suman también otros, que de menores dimensiones, muchas veces ni siquiera alcanzan a ser denunciados. Como el ejemplo de camionetas y autos que fueron atacados a través de especie de bombas molotov caseras, realizadas con alcohol fino, una tela y una botella generalmente de gaseosas.
El de los quemacoches es un misterio bizarro en las grandes ciudades y parece llegar ahora también a las pequeñas. . Sería una noticia para tomarse con sarcasmo y humor, si no fuera porque detrás de los ataques hay personas reales que amanecen todos los días con sus autos quemados y otras muchas que no descansan tranquilas pensando que les puede tocar esta vez a ellos.
El modus operandi de los agresores es siempre el mismo: atacan por la madrugada, muchas veces durante los fines de semana, siempre de manera rápida y sin dejar huellas.
Para perpetrar los atentados suelen utilizar alcohol fino, con el que bañan las carrocerías y luego propagan el fuego. La otra opción es mediante bombas molotov que arrojan debajo del motor o dentro de ellos, previo romper sus vidrios, lo que produce una inmediata explosión.
Esta semana, un grupo de tendencia anarquista llamado «Liberación de la Tierra» se hizo cargo y reivindicó los atentados contra vehículos particulares. Pero Infobae.com pudo saber que son al menos tres las agrupaciones (todas promotoras del anarquismo) que están detrás de los atentados.