Los disturbios de Stonewall en 1969, una serie de confrontaciones con la policía, dieron inicio al movimiento por los derechos gay y el Día del Orgullo LGBT.
(por Germán Molkuc)
La historia del Día Internacional del Orgullo LGBT comienza en un caluroso verano en Nueva York. En la madrugada del 28 de junio de 1969, la policía irrumpió en el Stonewall Inn, un bar frecuentado por la comunidad LGBTQ+, lo cual se transformó en los llamados «Disturbios de Stonewall», que dieron nacimiento a un movimiento global.
Los Disturbios de Stonewall: la comunidad gay dice basta
A principios de la década de 1970, en Estados Unidos, las relaciones entre homosexuales eran consideradas ilegales en Nueva York, lo mismo que en muchas otras ciudades. Pero los bares gay, como el Stonewall Inn (en el barrio de Greenwich Village), servían de refugios para las personas LGBTQ+ que querían socializar entre ellas con cierta seguridad. Lamentablemente, estos lugares solían ser acosados por la policía, y el Stonewall Inn, conocido por su clientela compuesta de jóvenes gay, lesbianas y personas transgénero, no era la excepción.
Así las cosas, durante las primeras horas del 28 de junio de 1969, nueve policías irrumpieron en el Stonewall Inn, arrestando a los empleados por vender alcohol de manera ilegal, maltrataron a los clientes y -conforme a la ley vigente por entonces- detuvieron a varios de ellos por no llevar ropa correspondiente a su género. Esta era la tercera vez que la policía irrumpía en bares gay de esa zona de Nueva York en tan poco tiempo; pero a diferencia de otras veces, la multitud que estaba afuera esta vez decidió hacerles frente.
Cuando la policía se llevó detenidos a los clientes del bar y los obligó a subirse a una camioneta, unas 400 personas que estaban afuera hicieron sentir su ira: los empezaron a abuchear, a empujarlos y a tirarles botellas y cascotes, al punto que los policías tuvieron que pedir refuerzos y atrincherarse dentro del bar. Finalmente, los manifestantes lograron romper la barricada y prendieron fuego el bar, hasta que llegaron los refuerzos policiales que apagaron el fuego y dispersaron a la multitud.
El crisol de un movimiento mundial
Las protestas no terminaron en Stonewall, ya que siguieron de manera irregular durante los siguientes cinco días y se convirtieron en una protesta general contra el acoso policial y la discriminación que sufrían las minorías sexuales durante esa época. Es cierto que ya había habido otras protestas similares, pero los disturbios de Stonewall fueron la primera vez que gays, lesbianas y personas trans se unieron por una causa común.
Así, Stonewall Inn se transformó en un lugar de resistencia contra la discriminación social y política que hizo nacer la solidaridad entre los grupos homosexuales durante las siguientes décadas. Aunque estos disturbios en concreto no iniciaron el movimiento por los derechos gay, sí catalizaron una nueva generación de activismo político. Surgieron grupos más radicales como el Frente de Liberación Gay (GLF) y la Alianza de Activistas Gay (GAA), que organizaron otras manifestaciones públicas y protestas contra funcionarios políticos para cambiar las normas de la época. Esta vez, la aceptación y el respeto del establishment ya no se solicitaban humildemente, sino que se exigían con enojo y justicia.
Estos eventos dieron lugar a la creación de varias organizaciones de derechos gay, como la Campaña de Derechos Humanos, OutRage! (con sede en el Reino Unido), GLAAD, PFLAG y Queer Nation. Tres décadas después de aquel primer incidente, en 1999, el Servicio de Parques Nacionales de EE. UU. incluyó el Stonewall Inn en el Registro Nacional de Lugares Históricos, y en 2016, el presidente Barack Obama lo designó como monumento nacional.
A partir de entonces, el día en que ocurrieron los disturbios de Stonewall es recordado como el Día Internacional del Orgullo LGBT (o Día del Orgullo Gay), por haber sido el chispazo que encendió un movimiento que lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ+ en todo el mundo. Cabe destacar que con los años, poco antes del 50 aniversario de aquel incidente, el comisario de Nueva York, James P. O’Neill, ofreció una sincera disculpa en nombre del departamento de policía, afirmando que «Las acciones tomadas por el NYPD fueron, simple y llanamente, incorrectas».
(Urgente 24)