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miércoles, 27 noviembre, 2024

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«La gente sabe quién sos»

(por Federico Raineri)

Domingo 2 de septiembre 15,30 hs: acabo de llegar a La Plata porque mañana operan a mi hijo. Tuve una semana difícil, vengo transitando un año duro, por eso frente a tantos llamados y visitas de amigos y vecinos que me dicen «Quedate tranquilo Fede, la gente sabe quién sos», he decidido sentarme a escribir.

El hecho que modificó mi vida laboral es bastante sencillo para el momento actual que atraviesa el país: me quedé sin trabajo. Luego de más de 25 años en la Cooperativa fui despedido el jueves 30 de agosto de 2018 a las 14,20 hs frente a Escribano Público, acto en el que me solicitaron la clave sim del teléfono celular, las llaves de mi oficina y me saludaron seis miembros del Consejo de Administración y el propio Escribano. Sólo retiré de la oficina la foto de mis hijos, agendas personales y algún efecto personal mínimo. Todo lo demás quedó en la Gerencia ante la presencia del Escribano. Aviso esto porque todas las actas de Consejo, libros, escrituras y documentación importante están en esa oficina. En la computadora hay actas, notas y recibos de haberes del Consejo. No me dejaron retirar un cuaderno con anotaciones sobre conformación de salarios.

Pero, ¿quién soy en realidad ? Soy Federico Raineri, nací en 9 de Julio en 1971 en un hogar de laburantes (papá empleado bancario y mamá profesora de Filosofía y docente de alma) que toda la vida trabajaron en nuestra ciudad. Tengo tres hermanos menores, dos trabajan en 9 de Julio y uno en Buenos Aires. Siempre vivimos del laburo de nuestros viejos, cuyo objetivo fue claro: quisieron darnos estudios. Y así los cuatro hermanos tuvimos la oportunidad y fuimos a la Universidad. 

En casa mamamos desde siempre el compromiso hacia el trabajo, hacia el esfuerzo, hacia el tratar de dar lo mejor de uno. Nunca hubo fortuna ni grandes vacaciones, sólo el trabajo de los viejos como motor de progreso. Y eso me legaron. Y aprendí viendo (como nieto mayor) que con esfuerzo todo se logra. Ví a mi abuelo paterno carpintero de profesión recorrer las calles de 9 de Julio con orgullo, con amor por su pueblo, con el trabajo como valor (a 26 años de su muerte todavía hay gente que tiene los muebles o las aberturas que les hizo mi abuelo, y eso tiene valor). Cierro los ojos y lo veo con su jorobita en bicicleta recorriendo las calles de su pueblo. Porque mi abuelo, como muchos, laburó toda su vida y se murió con lo justo, con la casa, el galpón y un Opel K-180 modelo 78. Pero se fue feliz porque todo lo que hizo, lo hizo de frente.

Y recuerdo a mi abuelo materno, sentado en su sillón en la Mitre, que con una chacra en 12 de Octubre les dio educación a sus cuatro hijos. Él supo de sacrificio, supo de ir al campo todas las mañanas a las 5, y que el trabajo era la herramienta para mantenerse, para crecer. También se murió, y le dejó a sus hijos el estudio y el mismo pedacito de campo que heredó de su padre. Con esa gente me crie, ví en ellos el camino y estoy orgulloso de eso. 

Supe desde muy chico que sin esfuerzo nada se consigue.  Supe respetar los valores que me legó mi familia. Supe estudiar. Y supe armar un proyecto de vida. ¿ Cómo lo supe ? Porque lo mamé…

Y sigo con mi historia. Estudié Licenciatura en Comunicación Social (entre 1989 y 1993). Los tres primeros en Olavarría y los dos últimos en La Plata. Me recibí en Universidad Nacional de La Plata y fui el mejor promedio de mi promoción. También trabajé mientras estudiaba para ayudar a la economía familiar porque mis hermanos también tenían que estudiar.

Volví a 9 de Julio con el título bajo el brazo y fue la Cooperativa la primera que me recibió (ya había hecho una pasantía en 1992-93). Trabajé en el Diario El 9 de Julio con Antonio y Alberto Aíta y en la Sociedad Rural durante 14 años haciendo la prensa institucional. Aprendí muchísimo.  

Y comencé a trabajar más y más horas en la Cooperativa. Con Horacio Pirotta como Gerente y con la «vieja escuela» de consejeros. Y tengo el orgullo de decir que conocí a los descendientes de los fundadores, a aquellos vecinos que tienen un sentimiento real por la CEyS porque sus padres y sus abuelos le pusieron el hombro y la hicieron realidad en 1949 frente al trust eléctrico de ese momento. También compartí días con los primeros empleados (ya jubilados en ese entonces), con hijos de ellos y con muchos compañeros con los que coincidimos no sólo en un espacio laboral común, sino en el sentir de trabajar en la «empresa» de servicios más importante de 9 de Julio.

Y para mí, la vida fue perfecta. Me casé en 1994 con mi novia de toda la vida, tuve tres hijos y armé una familia. Con un crédito hipotecario que obtuve en el Banco Provincia me pude hacer la casa en un terreno que me regaló mi suegro. Con mi mujer, logré comprar un dos ambientes en La Plata. Y el auto. Y ese es todo mi capital.  Tengo los mismos amigos de la primaria, de la secundaria, de la facultad y del club, de mi querido club. Ese Atlético al que aprendí a querer desde muy chico por mandato paterno y que me tocó presidir durante muchos períodos en sus 104 años de vida. Integro el Club de Leones y trato de estar cerca de los problemas de la gente en todo momento.  

En la Cooperativa todo bien. Primero contratado. En marzo de 1995 me suman a planta permanente como «empleado de comercio». En 1999 me nombran «Adscripto a Gerencia» y junto con otro compañero asumí la licencia del Gerente. En 2006 me fui al sector privado y en 2007 volví a la CEyS como Gerente General (con el voto unánime de los 12 consejeros).

Trabajé incansablemente por la gente de 9 de Julio a través de la Cooperativa. Participé en la gestación de gran parte de los servicios que hoy tiene la Cooperativa (cuando comencé había energía eléctrica, gas natural, se hacía pavimento para el Municipio y se contaba con servicios terciarizados de ambulancias y fúnebres). Siempre estuve dispuesto a escuchar, tuve el teléfono prendido las 24 hs. todos los días y traté de aportar soluciones a los problemas de los vecinos. Antes de ser Gerente trabajé en el armado del servicio de salas velatorias propias, en COODECOOP, en la creación de la Incubadora de Empresas Innovadoras (1999-2004), en el inicio y entrega de la concesión del servicio de agua potable en Ciudad Nueva (1993/2013), y en tantos proyectos comunitarios. Fui testigo del nacimiento Sector CRECER creado en 1995 para darle una mano a los más necesitados, cuyo fin se ha tergiversado transformándose en un «otorgador de créditos a personas en condiciones de ir a los bancos». Como Gerente trabajé en el lanzamiento de telefonía e internet (CEySTEL), en la apertura de CEYS Hogar, en CEyS Pagos, en sumar más servicios al Sector Obras y en varios emprendimientos colaterales que hubo que generar para «paliar la crisis de mantener la Cooperativa sin tarifas».

Y nada de lo que hice lo hice sólo. Siempre seguí lineamientos de mis superiores, del Consejo de Administración y de las Asambleas (que son el órgano máximo de gobierno en una Cooperativa). Participé en APEBA (la fundamos en 9 de Julio en 1996), en FEDECOBA, en CRECES, en Cooperativa de Cooperativas «La Regional». Siempre aporté lo que pude y me sentí valorado por gente de ésta y otras Cooperativas de la Provincia.

Desde 1994 hasta agosto de 2018, fui el autor intelectual y confeccionador del boletín informativo «Conectándonos», que este mes ya cambió de nombre sin pasar por ningún lado. Escribí todas las memorias de la CEyS desde 1994 a la fecha, armé el único librito con la historia de la CEyS cuándo cumplimos los 50 años de servicios y gran parte del material escrito que existe (o que existía hasta el 30/08) tienen mi letra.

Y pese a no tener trabajo estoy feliz con lo que hice en la Cooperativa.

Los hechos del jueves

Cuándo me invitaron a pasar a la sala de Consejo de Administración y ví al escribano (antes me dio un abrazo un integrante del propio Consejo que me despidió) supe que el fin de mi historia con la Cooperativa era inevitable. Con hidalguía escuché los argumentos de las nuevas autoridades que sellaron mi suerte. Incluso observé que me estaban «grabando» para mostrarle al mundo como se humilla a una persona.  Después de cuatro meses de destrato y de persecución era lógico que sintiera el despido como un alivio. Así, yo nunca estuve acostumbrado a trabajar. Hice el esfuerzo, viajé a todos lados, en todas las federaciones presenté al nuevo Consejo, saqué el home-banking, estimulé a los jefes y al personal, pero nada era suficiente. Nada de lo que yo hacía gustaba. Las puertas cerradas, las reuniones sin el Gerente, los temas sin incorporarse en actas, los llamados telefónicos sin atender, las intromisiones en todas las funciones, los viajes secretos, todo eso y mucho más viví en estos cuatro meses.

Y así llegó el desenlace. Soy la octava persona que deja la CEyS en esta nueva gestión. Y  bueno, ya soy parte del pasado. Una Auditoría que vino dos o tres veces a 9 de Julio, que fue contratada a un valor tres veces superior a auditorías anteriores, fue la excusa para sellar mi suerte. Esa misma auditoría cuya propuesta fue leída como al pasar en una reunión del Consejo ejecutó al Gerente. ¡¡¡Y sólo una vez se reunieron conmigo los auditores!!! Y esos mismos auditores «independientes» se reunían en domicilios particulares de 9 de Julio con integrantes de la CEyS.

Desmiento categóricamente cada uno de los cargos que me endilgan los auditores y los seis miembros del Consejo de Administración que me dejaron sin trabajo. Tengo un legajo intachable, nunca tuve una sanción o un apercibimiento en 25 años. Fui evaluado cada año con porcentajes superiores al 85% de efectividad y consta en actas. Es más, nunca me presentaron a mi el Informe de Auditoría. No lo conocía y lo veo en mi despido y en los medios. Por este despido sin justa causa, solo me queda reclamar lo que en derecho corresponda.

Además, supe que mi despido se decidió el 29/08 en una reunión secreta realizada en una casa de familia. Y me pregunto: ¿para despedir al Gerente no se necesita una reunión con el quórum necesario, en la Cooperativa y con el voto fundamentado de cada uno de los 12 consejeros?

Pero, bueno, ésta es mi historia. Mi triste y linda historia. Ahora sé que me van a reemplazar dos personas (yo era caro pero era uno y no estaba afiliado a ningún gremio). El Presidente del Consejo destaca que esas dos personas coinciden en el lineamiento moral y ético de este nuevo Consejo. Me pregunto: ¿Se és moral y ético «sólo» si se piensa igual que el Consejo?  Una de esas personas es concejal por Cambiemos en 9 de Julio. En junio la Asamblea creó una nueva área, una gerencia paralela que hace y deshace en toda la estructura de la CEyS, cuyo organigrama existe y fue aprobado por la Asamblea Anual Ordinaria de 2005.  

Como persona de bien, sólo hubiera esperado que me llamen para dialogar si no querían que trabaje más con ellos, o que me desplazaran para ocupar otra función, pero esto no fue así, fue sólo un sueño mío.

En dos días se me acercaron varios políticos a expresarme su solidaridad y acompañamiento. Yo sólo se que esta historia se tejió en otras mesas que no fueron la del Consejo de Administración de la CEyS. Como empleado primero y como Gerente después yo participé de relaciones con todos los gobiernos municipales y por mi rol siempre tuve buen vínculo con cada intendente que condujo 9 de Julio: Blanco, Ormaechea, Callegaro, Delgado, Battistella y Barroso. Trabajé incansablemente por defender los intereses de la CEyS y el trabajo de su gente en la relación consorciada Municipio-Cooperativa. También me pregunto:  ¿de la decisión de echar al Gerente participaron los representantes municipales que son el 25% del poder de decisión del Consejo?

A la comunidad de 9 de Julio le digo que la CEyS está bien económicamente. En las últimas tres reuniones de Consejo de Administración presentamos la caja diaria con una existencia real de unos $ 60.000.000 (y con el detalle de gastos a realizar) y U$S 184.000. Los últimos dos balances dieron ganancia. El último arrojó un superávit de casi 12 millones de pesos y fue aplaudido por unanimidad por la Asamblea del 27/04 que formó el Consejo que hoy decidió eliminar al Gerente.

No voy a volver a ser Gerente de la CEyS. Tengo claro que buscaré otros rumbos para mi desarrollo laboral. No me voy a detener en analizar la postura o los motivos que llevó a esta gente a eliminarme de esta forma de la entidad que me dio la primera oportunidad laboral de mi vida. Quiénes me conocen saben que jamás ingresaría a un edificio sin autorización, por lo que le digo al actual conductor de la CEyS que era innecesario instruir al personal (mis compañeros) para que no me dejaran entrar a la Cooperativa. No me merecía esto.

Comunicarle a mi mujer, a mis viejos, a mis hermanos, a mis amigos íntimos y a mis tres hijos lo que me había pasado me llevó gran parte del jueves por la tarde. Para tranquilidad del nuevo Tesorero de la CEyS que me llamó el viernes a mi nuevo teléfono (prestado por un amigo, porque me dejaron sin el teléfono asignado), no tuve tiempo de llamar al periodismo!!! Soy una persona de códigos, mis colegas periodistas pueden dar fe que no los llamé ese día. No me persigan más, ya no trabajo más con Ustedes.

Valoro el gesto de mucha gente de la nueva lista que me llamó o se acercó a casa para solidarizarse. Tengo muchos amigos en ella. Valoro a aquella gente que pasó en distintas épocas por la CEyS.  Lo valoro porque todos somos de 9 de Julio. Lo valoro porque atrás del «Gerente» hay una persona. Una persona íntegra. Una persona de fe que sabe que esto es una injusticia pero que no se va a revelar, va a aceptar lo que la vida traiga.

Y termino mi primera parte. Para colmo perdió Atlético. Parece que todo está en contra mío. Pero bueno, alguien me dijo hace un tiempo frente a un problema «No te reveles contra tu cruz» y yo no lo voy a hacer. Voy a seguir caminando el camino más largo, pero más seguro… el de la verdad.

A todos mis vecinos, a todos mis amigos, a aquellos que no me conocen pero que me hicieron llegar su mensaje y me dijeron «Quedate tranquilo, todos sabemos quién sos«, les digo con orgullo: «Quédense tranquilos, yo se quién soy«. Y tengo una sola seguridad: así no consiga trabajo, voy a seguir transitando con la frente alta las calles de mi 9 de Julio querido. Porque Federico Raineri es producto de 9 de Julio. Tiene historia en 9 de Julio. Y se va a morir en 9 de Julio con servicios realizados por la Cooperativa Eléctrica, por esa entidad a la que tanto quiso durante sus 25 años de vida laboral. Y voy a tener algo que otros no podrán tener nunca: voy a poder mirar con la vista en alto a los míos, a los vecinos de mi pueblo y descansaré hasta la eternidad junto a mi abuelo carpintero, ese mismo que me enseñó con su ejemplo que sin sacrificio no hay desarrollo.

Mi único objetivo es transmitir el legado de mis viejos, de mi familia y hacer que mis hijos estudien. Tengo dos en La Plata (uno recién recibido de Profesor de Educación Física como la madre) y otra en segundo año de su carrera. Mi esfuerzo es garantizar que los chicos puedan estudiar y realizarse en la vida.

Un abrazo a todos, incluso a todos los que ayudaron a tomar esta decisión. A aquellos que pensaron que «Raineri era el problema», ya empezaron con la «solución». 

Federico para los nuevejulienses

Fefo para los amigos y para la familia

PD: Busco trabajo porque vivo de mi sueldo, así que estoy disponible desde hoy mismo.

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