Un equipo del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar del INTA en San Juan evalúa un dispositivo que facilita la recolección de las uvas y reduce el esfuerzo físico del trabajador. La innovación está dirigida a pequeños y medianos productores y no requiere tractores para su funcionamiento.
La cosecha de uvas comunes es una actividad que requiere mano de obra intensiva. Si bien existe maquinaria para la mecanización integral de la cosecha, es una tecnología que puede utilizarse en el sistema de espalderas, una técnica para conducción de las plantas que no está difundida entre los pequeños productores de la región.
En San Juan, el 86 % de los viñedos tienen menos de 15 hectáreas y el sistema de conducción más difundido es el parral –casi el 90 % de los establecimientos–. Con este sistema se obtienen mayores rendimientos de uva por unidad de superficie, pero limita la incorporación de maquinaria para la cosecha.
En este sentido, el INTA trabaja en el desarrollo de una propuesta de innovación integral en la vitivinicultura de San Juan que, en el corto plazo, propone la implementación de modelos de cosecha asistida.
“Esto implica reemplazar parte de las tareas que realiza el cosechador mediante la mecanización del acarreo y la carga de la uva al camión, reduciendo el esfuerzo físico necesario”, señaló Emiliano Dibella, especialista del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF) de la región Cuyo, quien junto con un equipo interdisciplinario participa en la construcción de un prototipo de “Banco Mecánico” para la cosecha asistida de la vid.
Si bien existen artefactos desarrollados y difundidos para la cosecha asistida, su implementación masiva requiere la disponibilidad de tractores e implica cambios a nivel de organización del proceso de trabajo, en la ejecución de las tareas y en las formas de pago, que dificultan la adopción por parte de los pequeños productores.
Para hacer más eficiente el proceso de cosecha y traslado de las uvas, Nicolas Serafini –integrante del equipo del IPAF Cuyo del INTA– participa de la evaluación de un dispositivo que facilita la recolección y significativamente el esfuerzo físico del trabajador en la tarea de cosecha.
“La innovación está dirigida a pequeños y medianos productores y, a diferencia de las maquinarias disponibles en el mercado, el banco mecánico no requiere tractores para su funcionamiento, lo que mejora las posibilidades de acceso por parte de los productores más descapitalizados”, expresó Serafini.
El banco mecánico facilita la recolección de las uvas y reduce el esfuerzo físico del trabajador.
“Evaluamos este prototipo para que sea una alternativa a la cosecha mecánica”, señaló Dibella y agregó: “Nuestro objetivo es la inclusión de los viñateros más pequeños, debido a que la actual oferta de maquinarias presenta dificultades para ser incorporadas en sus fincas”.
De acuerdo con Dibella, este desarrollo permite reemplazar el tradicional banco de cosecha –escalera que usan los cosecheros para subir con los canastos llenos de uva hasta la altura del camión y descargar la fruta adentro– y reduce aproximadamente un 10 % los tiempos de acarreo. “Además, disminuye los riesgos de accidentes de trabajo y mejora la productividad de la mano de obra, a la vez que alivia la tarea de los cosechadores”, destacó.
El prototipo es fácilmente trasladable de finca en finca y se puede utilizar con cualquier tipo de camión. “Lo diseñamos luego de un análisis de las formas actuales de cosecha en la región y de las limitantes de los pequeños productores y prestadores de servicio para acceder a las tecnologías disponibles”, detalló Natalia Silva Furlani, integrante del equipo de investigación y diseño tecnológico para la mecanización en la vitivinicultura del INTA en San Juan.
“Entre las principales premisas que contemplamos para su diseño y desarrollo estaba la posibilidad de que se pueda fabricar localmente en talleres metalúrgicos con herramientas básicas de herrería y que su costo sea menor al de las alternativas disponibles en el mercado”, indicó Silva Furlani y agregó: “Concluyó la primera etapa del proyecto sobre Cosecha Asistida sin tractor, que consistió en lograr la mecanización de la elevación y el vuelco de la uva en el camión”.
“La segunda etapa consistirá en el desarrollo de un artefacto complementario, que contemple las mismas premisas de diseño y que permita acarrear la uva desde el parral hasta el camión”, expresó Silva Furlani quien aseguró que apuntan a ofrecer a los pequeños productores viñateros de la provincia una alternativa viable de cosecha mecanizada.
Banco Mecánico
El carro elevador y volcador de uvas permite subir de manera vertical la fruta hasta tres metros de altura y, luego volcarla mediante un contenedor de carga de acero revestido de lona, con una capacidad de 250 a 350 kilogramos.
Integrado por un chasis de acero estructural y construido con perfiles normalizados, está montado sobre un eje con ruedas y posee un sistema de suspensión que permite el traslado. Sobre el chasis se montan las columnas de elevación (articuladas para facilitar el traslado).
El contenedor es levantado por las columnas de elevación mediante un sistema de poleas y cables de acero con un carretel tipo malacate, que obtiene su fuerza motriz de un motor a explosión de 6,5 hp.