“No es inocente en el manejo del poder””
Según su autor es un libro que no pretende rendir tributo a la figura de Francisco sino reflejar las vivencias de la persona real detrás de la mediática. Entre numerosas anécdotas trata de dibujar la personalidad dual de un hombre que, según Bello, “es un político de alto vuelo y sabe manejar bien el poder”.
El periodista, filósofo y publicista internacional, Omar Bello presentó su libro sobre el Papa Francisco en la Sociedad Rural. Y lo hizo desterrando cualquier tipo de mitos desde un principio. “No es un tributo al Papa”, aclaró con contundencia al principio de la presentación del libro El Verdadero Francisco que contiene el relato de las vivencias que tuvo junto al entonces cardenal Bergoglio durante 10 años en que trabajó periodística y comercialmente con él. “Yo no quería pintar un libro tributario o demasiado bueno sobre su figura”, insistió.
El autor pretendió dibujar las características duales de la personalidad de un hombre que hoy detenta el poder más grande en la tierra de la Iglesia Católica. Y lo hizo a través de numerosas anécdotas que pretenden desmitificar un poco su imagen mediática y política.
Bello se enorgullece de ser una de los privilegiados de haberlo entrevistado. “Una característica del Papa es que en general no da entrevistas a los laicos. Durante toda su vida solo dio alrededor de 12, una de ellas fue a mí en diciembre de 2012. Cuando estaba retirado como cardenal y estaba a punto de irse a lo que él llamaba al Hogar Sacerdotal”-se jacta el periodista.
Justamente de ella pudo rescatar datos importantes y deducir rasgos de la personalidad de un hombre que ha encontrado en la Iglesia toda su motivación en la vida. “Este es un libro sobre un hombre que, en muchos aspectos, es tal cual lo vemos, que no quiere nada de lo material, que cree que la Iglesia está para estar cerca del pueblo y no para tener poder o colegios u otras instituciones y que se siente más cómodo con laicos que con sus propios curas”, arremetió el periodista.
Y esta convicción la lleva en el trato cotidiano con la gente y la aplica paa él y para otros. “Un día sale una monjita muy enojada diciendo una cantidad de cosas que tampoco voy a repetir. Cuando entro le pregunto qué le pasó. Y él dijo que lo que pasaba es que tenía a la hermana enferma y que la Orden la manda a México y ella no quiere ir para quedarse a cuidarla. Y cuando uno se mete en una Iglesia es para servir a la Iglesia y no a los familiares. Ese es él. Y es lo que está haciendo al frente de la Iglesia Católica”.
Por eso Bello recalca que Francisco es “un político de alto vuelo, sabe manejar muy bien el poder. No es un personaje inocente en cuanto al manejo del poder”. Y la ejemplifica con otra anécdota “Un día decide echar a una persona y ésta va a pedirle respuestas. Entonces fue a su oficina y él le dijo: ¿pero còmo, quién te echó? Y le regaló un auto. Este es el Francisco dual, que hay que conocer y entender a un hombre que está en una función que es difícil de manejar”, ilustró.
A pesar de tratar de desmitificar la figura de Francisco, Bello se deja seducir por su persona y por la múltiples gestos carismáticos y “políticos” que arrasaron con las pasiones de los fueles. “Cuando asumió como papa – recuerda Bella – almorzó con Bartolomé I, el jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa. En ese momento, desde Bs As va el obispo el “Gallego” García para llevarle un par de pantalones, zapatos y los remedios y también lo invita a almorzar. Y cuando éste se está por ir, se saca el anillo de Cardenal (que había prometido regalar a la curia de Bs As) y se lo da a García y le dice: “No me haga lo mismo que Moria Casán. Y se da vuelta y le dice a Bartolomé I, es una vedette argentina que se puso muchos pechos, y robó unas joyas…Ese fue el primer día del Papa argentina en funciones al Vaticano. Y que hizo reir al Bartolomé I, que es un hombre muy serio. Ese era el Bergoglio cotidiano que conocíamos, el que vivía contando chistes de curas y monjas y que era muy divertido”, explicó Bello. Aunque pronto aclaró que detrás de su buen humor se escondía una persona “brava”.” cuando se enoja insulta muy fuertemente. No le gustan los perros, a pesar que acarició al perrito del ciego. tiene unas características que por una parte lo hacen muy humano y muy santo por otras. En el libro hay muchas anécdotas”, adelanta.
Ser o no ser papa
Durante la extensa conferencia de prensa Bello aseguró que aquellos quienes conocían la historia no oficial de Francisco sabían que seis meses antes de ser elegido Papa , Bergoglio había empezado a estudiar italiano, había pedido que no pintaran la habitación del Hogar Sacerdotal (donde se retiraría) y corría un fuerte rumor en la Iglesia de que podía llegar a ser papa. “Quienes lo conocemos de cerca sabemos que él quería ser Papa. Nunca lo iba a decir directamente, es un hombre muy inteligente y con mucha sabiduría pero de mucho lo que se habla mediáticamente son cuentos”, aseguró.
Una transformación simbólica
El periodista opinó que lo que está haciendo el papa en Roma “es una transformación fundamental en términos simbólicos”. Francisco no hará grandes transformaciones dogmáticas. Es muy probable que no llame a un Concilio, cree que el Concilio del Vaticano II todavía no está aplicado con lo cual llamar a otro concilio, sería una locura. Produce una revolución más que nada, por su brutal carisma”.
Y el efecto arrollador de ese carisma lo ejemplificó el autor con otra anécdota. “Contó otra anécdota que según el autor muestra la esencia de por qué puede llegar a modificar la Iglesia: Los aniversarios del golpe de estado del 76 se reunían gente frente a la catedral Metropolitana y destruía la Iglesia. Cada vez era un desastre. Y Francisco, en ese momento el cardenal Bergoglio, decía siempre que las mujeres no podían hacer pis paradas. Siempre dejaba los baños abiertos para que las mismas mujeres que venían a ensuciar su casa y a insultarlo pudieran ir al baño. Y esto plantea también lo que es la comunicación humano: cuando terminaba la manifestación estaba todo destruido pero en el baño se podía comer en el piso. La gente le reconocía ese acto de amor hacia el otro”.
“Me pareció interesante definir la relación de Francisco con el poder, como político y no tanto como un hombre de la Iglesia. Lo primero que enseña es que para llegar a lo más alto hay que deshacerse de todo peso. Y esto implica también los afectos. Hace unos años hizo una promesa de no aceptar ningún tipo de regalos. Y todo lo que le regalan lo regala., Tiene una fascinación por los bocaditos de limón o dulce de leche , y tienen que dárselo o mordidos o rotos sino no los acepta. Los regala. No se queda con ningún regalo. El tiene ese pensamiento del desprendimiento como una forma de liberar eso para llegar a lo más alto posible. No se llega casualmente de la Argentina a ser el papa”, aclaró.
“Pero el punto afectivo de francisco es muy difícil porque está entregado realmente a la Iglesia con función. No quiere hacer grandes cambios, solo que la Iglesia baje y se comunique con la gente”,puntualizó.
El libro se encuentra agotado, hay un solo ejemplar en la Biblioteca José Ingenieros y adelantó que próximamente se realizará una nueva edición.