El escrutinio provisorio de los resultados de las PASO que se celebrarán el domingo están en el centro de la polémica por las críticas de la oposición al sistema que utilizará la empresa venezolana Smartmatic. Es que por primera vez los telegramas de las escuelas se transmitirán al centro de cómputos a través de un scanner por red celular, mediante un software que fue cuestionado por el peronismo, y del que ahora la Justicia solicitó su código fuente.
En medio de la polémica, ¿cómo se realiza el escrutinio en las elecciones argentinas? El Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la equidad y el Crecimiento) realizó un informe en el que explica cómo es el sistema desde que los telegramas salen de la escuela hasta que se transmiten los resultados.
Primer paso: la documentación
Una vez finalizada la elección, el presidente de mesa abre la urna, saca los sobres y verifica su contenido, controlando que no existan irregularidades. Controlado por los fiscales, clasifica cada boleta en una pila correspondiente a cada fuerza.
Una vez hecho esto, se procede al conteo y se vuelcan los resultados en el acta de escrutinio, que debe ser avalada por los fiscales de cada fuerza, quienes a su vez se llevarán un certificado de escrutinio firmado por las autoridades de mesa, para luego contrastar.
A partir de allí se generan dos documentos: el telegrama y el certificado de escrutinio. El telegrama sirve para hacer el escrutinio provisorio, que solo tiene fines informativos, mientras que el acta se remite a la Justicia, que hará el escrutinio definitivo.
Una vez terminada la tarea, el presidente de mesa le entrega la urna, el sobre de actas y el telegrama a un empleado del Correo Argentino.
Segundo paso: el escrutinio provisorio
Con los telegramas se realizará el escrutinio provisorio, cuyo único objetivo es el de informar las tendencias de la elección, pero no tiene validez legal.
Este resultado puede cambiar durante el escrutinio definitivo que incorpora todas las mesas y las resoluciones sobre votos observados y electores impugnados. El procedimiento está a cargo de la Dirección Nacional Electoral dependiente del Ministerio del Interior, y se hace centralizadamente.
En el escrutinio provisorio participan el Correo Argentino (que recolecta y transmite los telegramas desde el centro de votación o los transporta, digitaliza y transmite desde una Sucursal Electoral Digital SED) y una empresa privada que carga, totaliza y difunde los datos de cada uno de los telegramas hasta recibir la totalidad de estos. Este año el servicio será provisto por primera vez por la empresa venezolana Smartmatic.
En estas elecciones nacionales se usará un nuevo sistema de transmisión de los telegramas para los centros de votación que tengan cobertura de señal de datos por la red de celulares. Estos centros, representan el 70% de los 15 mil habilitados para esta elección nacional.
En estos establecimientos designados como aptos se enviará un kit de transmisión y un operador designado por el Correo, que transmitirá los telegramas desde un scanner por la red celular. Un fiscal de cada partido podrá presenciar la transmisión, según determinó ayer la Justicia. Las imágenes de los telegramas serán encriptadas y circularán por una VPN de modo que su origen y destino será trazable.
En el resto de los establecimientos que no cuentan con conectividad, el procedimiento permanecerá igual al que se había utilizado hasta ahora para el 100% de las mesas. Los telegramas serán transportados por el Correo Argentino a las Sucursales Electorales Digitalizadas (SED), antes denominados Centros de Transferencia de Datos). La cantidad de estos locales fue creciendo con el tiempo. En 2013 se afectaron 83 CTDs, en 2015 216, en 2017 414 y este año se utilizarán 1130.
Como ocurre desde 2013, allí cada telegrama se controla, se digitaliza (se convierte en imagen) y se transmite a un servidor del Correo. Este mismo procedimiento se utilizará a modo de contingencia si en alguna de las escuelas desde las que se prevé transmitir con el scanner no logra hacerlo por ese medio.
El recuento provisorio nunca cubre todas las mesas. Esto se debe a que no todos los telegramas llegan a ser transmitidos. En ocasiones ocurre que el presidente de mesa se equivocó al guardar los materiales y puso el telegrama adentro de la urna. También puede pasar que el telegrama no sea legible o le falten hojas. En esos casos no puede ser digitalizado y transmitido.
Una vez transmitidas al servidor del Correo, las imágenes de los telegramas vuelven a pasar por una verificación automática, antes de ser convertidas en documentos digitales (con otro formato) para pasar al proceso de carga y procesamiento.
Esos documentos digitales son enviados por red interna a la empresa encargada de cargarlos en el centro de gestión de datos. Este año habrá dos localizados en edificios del Correo en Barracas y Monte Grande. El proceso de carga es doble: dos equipos distintos sin comunicarse entre sí «tipean» los datos de cada telegrama.
Si las dos cargas coinciden totalmente, ese telegrama ingresa automáticamente en la base de datos que procesa, totaliza y alimenta el sitio oficial donde se publican los resultados provisorios.
Si hay diferencias, ese telegrama pasa a una mesa de incidencias que las analiza (por ejemplo, a veces un equipo de carga leyó un 6 y otro un 8). Si las diferencias son insalvables, los datos de ese telegrama no se ingresan en la base de datos.
Tercer paso: el escrutinio definitivo
Con las actas se llevará a cabo el escrutinio definitivo, cuyo proceso comienza 48 horas después del comicio. Es la instancia que tiene valor legal para definir quiénes son los candidatos electos para cada uno de los cargos en juego.
Este procedimiento está a cargo de la Justicia Nacional Electoral de forma descentralizada, ya que está a cargo de los jueces federales en las PASO y de las juntas electorales en las elecciones generales y el balotaje.
A diferencia del conteo provisorio, que generalmente alcanza alrededor del 95% de las mesas, el escrutinio definitivo se realiza en todas las mesas. Este recuento se hace con las Actas de Escrutinio que cada presidente de mesa confeccionó el día de la elección.
En esta instancia se verifican algunas cuestiones de forma, se resuelve sobre los votos impugnados y sobre los votos observados. También se incluyen los votos de ciudadanos residentes en el extranjero, privados de libertad y fuerzas de seguridad afectadas al comando electoral.
A medida que se revisan las actas, se cargan los resultados en un sistema informático del Poder Judicial. Cuando los fiscales cuestionan la validez de un Acta de Escrutinio, pueden pedir la apertura de la urna y el recuento voto por voto. La justicia solo puede decidir la apertura de una urna cuando no hay acta, ésta parece haber sido adulterada, o no coincide con el telegrama o el certificado de algún fiscal.
También puede determinarse que se abren urnas cuando durante los comicios o las 48 horas posteriores algún partido impugna el resultado de una mesa o varias.
Cuando el acta está bien confeccionada y no hay reclamos, los resultados reportados por el presidente de mesa en el acta son los que se usan para calcular el resultado definitivo. Si el acta está completa y los datos son consistentes no se puede abrir la urna. El acta labrada por el presidente es la última palabra. (DIB) JG