La tecnología permite trabajar desde cualquier parte del mundo, pero ¿a qué costo? Estudio analiza el impacto personal y social del nomadismo digital.
En un mundo cada vez más interconectado, surge una forma de vida laboral que desafía las convenciones tradicionales: el nómada digital. Este fenómeno, que ha ganado fuerza en la última década, representa un cambio paradigmático en cómo proyectamos el trabajo y el estilo de vida.
Para ser más específicos, los nómadas digitales son profesionales que aprovechan la tecnología para trabajar de forma remota desde cualquier parte del mundo. Con una computadora y conexión a internet como únicas herramientas indispensables, estos trabajadores modernos son capaces de romper las «cadenas» que los atan a una oficina física.
Ahora, si bien el concepto nos remonta a principios del siglo XXI, es importante tener en cuenta que, la pandemia de COVID-19 en 2020 aceleró aún más esta tendencia, demostrando que muchos trabajos pueden realizarse eficazmente desde casa.
Para comprender la magnitud del impacto, según el informe «Retos y perspectivas del trabajo: revelando las claves de la evolución laboral» elaborado por WeWork y la consultora Michael Page, el 72% de los argentinos encuestados expresó su deseo de convertirse en nómadas digitales.
Viajar para vivir o vivir para viajar: La rutina del nómada digital
En la actualidad, la cantidad de nómadas digitales aumenta de manera exponencial. Conforme a un estudio adicional de MBO Partners, el 85% de los nómadas digitales se muestra satisfecho con su trabajo, mientras que el 79% está conforme con su remuneración.
Ahora bien, si la pregunta es, ¿Qué los motiva?, la mayoría sostiene que se basa en la libertad de elegir su entorno de trabajo, la posibilidad de viajar mientras generan ingresos, y un mejor equilibrio entre vida personal y profesional.
En este contexto, y frente a la creciente expansión de esta tendencia, el gobierno de Argentina ha implementado la Digital Nomad Pass, una residencia temporal especial destinada a atraer a extranjeros, con una duración de 180 días.
Para que se tenga una noción, el efecto del trabajo remoto en las ciudades es tan importante que, mientras más gente busca poder trabajar desde donde quiera, los centros urbanos deben cambiar sus instalaciones y ofertas para atender las necesidades de estos nuevos habitantes viajeros.
De acuerdo con esta investigación, únicamente el 12% de los ciudadanos argentinos pudo caracterizar este fenómeno, destacando que el incremento en el costo de vida es su principal impacto.
“En un contexto en donde tanto compañías como colaboradores están migrando hacia formas de trabajo más flexibles y remotas, el deseo de ser nómada digital refleja una evolución en la forma en que las personas balancean el trabajo y la vida personal», expresó, Romina Diepa, People Partner Manager de WeWork.
«Si bien esta tendencia plantea sendos desafíos para el desarrollo urbano también ofrece grandes oportunidades para capitalizar los conocimientos de los nómadas digitales, y es fundamental que las ciudades estén preparadas para abrazar esta transformación», culminó diciendo.
(Urgente 24)