“Fundamentos de estupidez humana” del economista Italiano Daniel Cipolla, fallecido en el 2000, es un primer escalón en la búsqueda de encontrar explicaciones de cómo nos va. Por ej. ¿Por qué tenemos más del 40% de pobres? La inflación y Ud. ponga lo que quiera. La idea es buscar algunas pautas que expliquen porque nos va como nos va. Y una primera aproximación es que estamos gobernados por estúpidos.
El economista italiano Daniel Cipolla, en un famoso artículo, define las cinco leyes de la estupidez humana que veremos sucintamente.
La primera ley es una cuestión métrica, de masa crítica, es que el peligro está latente y no sabemos cuán grande es y dice “Siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo”, según el autor esto no es trivial, porque aunque se los pudiese contar, cada día aparecen más, aun pareciendo inteligentes se revelan irremediable estúpidas. Por otro lado, personajes obstinadamente estúpidos, aparecen en los momentos menos oportunos. Esto impide saber a ciencia cierta cuantas personas estúpidas forman parte de la población.
La segunda ley dice
“La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona”. En este caso Cipolla recuerda que la naturaleza actúa de tal manera que mantiene la frecuencia relativa de los fenómenos, así la proporción de varones y mujeres se mantiene, estemos en el Polo o el Ecuador. Por supuesto en caso de la población de estúpidos opera la Naturaleza en toda su extensión e independiente del tamaño de la muestra la proporción de atribulados es de ε y la prueba de que ε se mantiene más allá de la inteligencia surge de pruebas que se han efectuado en Universidades.
La tercera ley es fundamental y dice:
“Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio”.
Sucede que en ocasiones estamos frente a alguien que, queriendo causar un perjuicio, provoca un beneficio. Ese es un incauto, seguramente alguien nos ha causado un perjuicio y ese es un malvado, y con suerte alguien ha movido la palanca y así, de sus acciones, salimos beneficiados ambos y estábamos ante un inteligente. Estas son situaciones que se producen a diario, pero reflexionando un poco hay una en que siniestros personajes se encargan de que suframos pérdidas de dinero, de tiempo, energía, apetito, buen humor, inexplicablemente, sin ganar nada a cambio. Nadie puede explicar lo que esta criatura hace, o mejor dicho no existe explicación, la persona en cuestión es un estúpido.
La cuarta y la quinta: “Las personas no estúpidas subestiman el potencial dañino de las personas estúpidas”. En cualquier momento o en cualquier lugar asociarse con una persona estúpida es un error muy costoso. Y por último “las personas estúpidas son el tipo de personas más peligrosos que hay”.
¿Dónde ubicaría a nuestros políticos?
La semana próxima veremos, dentro de este esquema, dónde se ubican nuestros gobernantes, y el daño que causan cuando ponemos estúpidos en el poder.
La seguimos.