(Por Prof. Fernando «Cocó» Maineri)
Se suelen transmitir de unos deportistas a otros con la mejor voluntad, sin que nadie se los cuestione, y sin fundamentos científicos ni fisiológicos. Algunos son inofensivos, pero muchos mitos pueden afectar negativamente tu rendimiento y tu salud. Muchas de estas creencias tienen unos efectos negativos inmediatos que te quitan las ganas de repetir esta práctica. Otros son menos evidentes, te afectan a largo plazo o requieren un esfuerzo o un gasto económico sin ofrecer nada a cambio. Hay para todos los gustos, pero estos son algunos….
- Sudar adelgaza: es un clásico, pero puede resultar muy peligroso. Parece que todo el mundo lo sabe, pero todavía resulta frecuente observar deportistas entrenando con exceso de ropa o prendas no transpirables. También están los que acuden al sauna para perder un poquito de grasa…Efectivamente al sudar perderás peso, pero lo recuperás inmediatamente, al reponer los líquidos (imprescindibles para tu salud y tu rendimiento) que has perdido con la excesiva sudoración. El resultado es que has sometido a tu organismo a un sobreesfuerzo y has limitado tu capacidad física sin obtener nada a cambio, más aun, forzando la sudoración, afectas tu correcto estado de hidratación y haces peligrar tu salud, pero no pierdes ni un GRAMO de grasa.
- Si tomo muchas proteínas me pondré más fuerte: Existen en el mercado infinidad de proteínas, suplementos, que prometen aumentar la masa muscular. Así se crea una falsa esperanza en el consumidor porque, aunque las proteínas ingeridas posibilitan el correcto anabolismo de los aminoácidos, por si solas no aumentan la masa muscular. El entrenamiento deportivo es la base de la musculación y las proteínas necesarias para el proceso pueden perfectamente ser ingeridas con una dieta equilibrada por la mayoría. Un exceso de proteínas es perjudicial para el organismo (sobrecarga el hígado y los riñones).
- No bebas agua durante el ejercicio para evitar puntadas: No beber agua durante el ejercicio resulta ser una práctica en algunos deportistas, para evitar que aparezcan esas “puntadas, espasmos, dolores bruscos que aparecen en el costado derecho”, habitualmente cuando estás empezando a entrenar o competir.. La causa de esa molestia no está clara, aunque motivos serían un flujo de sangre y oxígeno inadecuados a los músculos respiratorios, diafragma e intercostales. El ejercicio que hace trabajar grandes grupos musculares produce una gran desviación de flujo sanguíneo. Como el reajuste del flujo sanguíneo no es inmediato, algunos músculos, como los respiratorios, se ven obligados a satisfacer sus elevadas necesidades energéticas sin un flujo sanguíneo adecuado, desencadenando un síntoma doloroso, que produce dificultad respiratoria y a veces nos obliga a detener el ejercicio. El comienzo de este dolor es impredecible, sin adjudicarlo a la hidratación, la cual es necesaria e imprescindible para cualquier actividad deportiva, antes, durante y después del evento.
- Cuando dejás de entrenar, el músculo se convierte en grasa: Grasa y músculo son dos tejidos diferentes que no pueden transmutarse el uno en el otro. Es frecuente que deportistas que dejan de entrenar pierdan masa muscular. Si mantienen su ingesta de calorías ahora que su gasto es menor (menos ejercicio) es posible que ganen grasa. Pero en ningún caso se puede transformar el músculo en grasa, ni a la inversa.
- Cualquier ejercicio es bueno para la salud: Un ejercicio físico bien planificado y dosificado resulta muy beneficioso para la salud y el bienestar. Pero no todos los ejercicios son adecuados para todas las personas. Una técnica incorrecta puede ocasionar lesiones musculares y articulares. Intensidades no adecuadas a nuestra edad, estado físico, capacidad, pueden ocasionar alteraciones cardiovasculares, respiratorias o el empeoramiento de otras patologías.
- Hacer abdominales para perder “panza”: No existen ejercicios que hagan perder grasa de una zona concreta del cuerpo. La pérdida de peso localizada es una falsa creencia, esto está dado en íntima relación con la intensidad y cantidad de calorías quemadas en el entrenamiento, las grasas no se eliminan en mayor grado encima de los músculos ejercitados. Cada persona acumula grasa en un lugar distinto según su biotipo morfológico, tipología, genética, (caderas, piernas, abdomen, etc)
- Nadar es el mejor ejercicio: existe la creencia bastante popular también entre los médicos, de que la natación previene y corrige las desviaciones de la columna vertebral. Puede resultar de gran ayuda, aunque no debe considerarse como terapia exclusiva. No todos los estilos son beneficiosos para todas las dolencias. La natación no sustituye a la fisioterapia ni a los trabajos de compensación y potenciación. Con un correcto trabajo postural, de cargas, ejercicios funcionales, o autocargas, es posible potenciar las zonas que más lo necesitan de un modo mucho más correcto. Para cualquier actividad es necesario la supervisión de un especialista para una correcta técnica y ejecución de los movimientos.
- Los ejercicios aeróbicos son los mejores para bajar de peso: es cierto que los ejercicios aeróbicos nos hacen perder muchas calorías. Pero más eficaz aún resulta combinar este tipo de actividad con los trabajos de fuerza, porque aunque el gasto calórico no sea elevado, va a seguir quemando calorías aun terminadas la práctica. Cuando aumenta tu masa muscular también aumenta el número de calorías que quemás a lo largo de todo el día, incluso durante los momentos de reposo.
