Pasadas las elecciones, Ignacio Palacios habla del nuevo escenario: el rol del radicalismo, el fracaso de Cambiemos y la discusión que se viene en esa coalición. Anticipos de los tiempos que vienen.
(Por Juan Manuel Jara)
Cuando en la previa de las PASO a Nacho Palacios le negaron la posibilidad de ir a internas en el frente Cambiemos, el dirigente sentenció entonces que las iba a seguir desde el sillón de su casa. Las del último 27 de octubre las vivió de la misma manera. “Cuando pasó lo que pasó, nosotros entendíamos que queríamos competir en internas y entonces esa fue la decisión, entendiendo que no se había respetado la voluntad de la UCR”, sentencia el dirigente radical.
El cambio de escenario que planteó la elección del 27 también tendrá sus repercusiones en nuestra ciudad, aunque no haya cambiado el color del gobierno. La dispersión del radicalismo en estos últimos años plantea actualmente la posibilidad de trabajar para tratar de unificar nuevamente a esta fuerza política con un recambio generacional que se impone de manera urgente, de la misma manera sucede en el justicialismo. Líderes o referentes que han tenido su cuarto de hora con mayor, menor o nulo éxito y les ha llegado el momento de retirarse y dejarle espacio a las nuevas generaciones. Es momento de lamerse las heridas, encerrarse en el comité o la unidad básica y repartir cartas nuevas. Y de replanteos en relación a alianzas y coaliciones.
SEMANARIO EXTRA: ¿Dónde queda parado el radicalismo después de los resultados del 27?
IGNACIO PALACIOS: Lamentablemente yo te diría que desde el 2001 lo que el radicalismo hizo fue supervivencia táctica: cómo podía sobrevivir elección tras elección. Lo que le falta es una dirigencia fuerte a nivel nacional que represente a los que somos parte de este Partido y que tenga ganas de conducir un proceso en todo el país y que culmine con una candidatura a nivel nacional. Eso ahora el radicalismo no lo tiene. Hay algunos nombres que vienen asomando como Alfredo Cornejo, Martín Lousteau, por lo menos son los que me gustan a mí, que han marcado diferencias dentro de Juntos por el Cambio pero no se han ido, entendiendo que es este el espacio donde debemos estar. Me parece que ahora se viene ese debate interno sobre qué radicalismo queremos, si uno más crítico, que pueda marcar la cancha, u otro más cercano al de los últimos cuatro años, más cercano a Cambiemos. Y a partir de ahí se van a ir definiendo los radicalismos locales.
SEMANARIO EXTRA: ¿Cómo analizas la elección que pasó?
IGNACIO PALACIOS: Para mí fue una elección cantada, desde el punto de vista de la situación económica en donde era muy difícil que Juntos por el Cambio triunfe. Después del impacto del inesperado resultado de las PASO, el oficialismo empezó a hacer política, de alguna forma, para tener una derrota digna. Una elección que marca que por lo menos el 40 por ciento de la sociedad adhiere a ese espacio y desde ahí hay que construir. También cambiando las reglas de juego, cambiando lo que fue Juntos por el Cambio hasta la fecha que no le sirvió a nadie, no le sirvió ni a los Partidos integrantes ni a la sociedad en su conjunto, pero tenemos para construir ahí. Y de ahí surgirán liderazgos. Yo no me creo que Macri sea el líder de la oposición. La verdad que Macri será el líder del PRO, no del radicalismo, que tiene sus líderes. Pero si nos podemos sentar a una mesa para discutir de cara al futuro como representar a ese 40 por ciento y, obviamente, ser una opción de poder dentro de cuatro años o cuando la gente lo crea conveniente.
El radicalismo local de Juntos por el Cambio decidió no participar en las listas y no presentó candidatos. Acaba de perder una banca con el final de mandato de Eliana Dramisino y, a partir del 10 de diciembre, su presencia dentro del bloque de concejales oficialistas quedará reducida a la mínima expresión con la sola y única presencia de Diego Spinetta, por el solo hecho que le restan aun dos años de mandato. Sobre Spinetta, Palacios agrega que “va a tener una tarea difícil. Insisto, es mucho más fácil acordar que decidir no participar. Hubiese sido mucho más fácil acordar un par de nombres en las listas y quedarnos tranquilos, pero decidimos que no, entendíamos que defraudaríamos a mucha gente”.
SE: En lo que respecta al radicalismo local ¿Es momento de re unirse y del recambio generacional?
IP: Walter (Battistella) y su grupo deberán decidir qué es lo que quieren hacer. Nosotros no planteamos si echar o no echar gente. Ellos plantearon una posición política, nosotros decidimos quedarnos aun no participando y ahora viene esa discusión política. Pero insisto que será Walter y su grupo los que decidan que quieren hacer. Ojalá estén todos adentro, yo no soy expulsivo, tenemos que sumar más radicales, sumar más gente para ser punta de un espacio político mucho más amplio. Me parece que hay que salir del blanco y negro de la grieta. Obvio que ese espacio sea con identidad radical, pero sumar actores. Tenemos una discusión interna porque a fin de año se eligen autoridades al comité nacional. Y ahí será la primer discusión sobre que radicalismo se va a ver. Ahora dependeremos de la mesa política, si se arma o no, de lo que pase en la elección de autoridades del radicalismo y lo que se decida. Va a estar interesante, por lo menos para nosotros.
Palacios se siente seguro, se lo ve así, mucho más que veces anteriores. Con Battistella ya fuera de candidaturas y lanzado a la batalla por el Comité, Nacho tiene una oportunidad de erigirse de una vez por todas como su sucesor de cara al 2023.
“Lo nuestro fue una opción”, acota el dirigente radical, “ahora queda barajar y dar de nuevo. De acá en más habrá que sentarse con la gente del PRO para ver como seguimos, entendiendo que la alianza va a continuar. Yo soy de los que entiende que va a continuar”.
SE: ¿Cómo te sentás en una mesa con Barroso que te dice “la cantidad de votos que saqué son míos”? ¿Pensás que te van a dar bola?
IP: Si no lo hace no va a haber Juntos por el Cambio en 9 de Julio. No va a haber bloque de concejales, no va a haber consejeros escolares. Me parece que es simple y creo que lo deberían entender. La UCR es un partido autónomo. Si el oficialismo cree que puede solo deberemos trabajar de otra manera. A mí no me preocupa. Tenemos una nueva oportunidad de trabajar de otra manera porque la verdad es que esa mesa de trabajo, Pro, UCR, Partido Fe y Coalición Cívica, no se pudo constituir nunca en estos cuatro años. Por egoísmo, por culpa de ambos, por creer cosas distintas. Ahora tenemos una oportunidad. En esos 17 mil votos hay muchos votos radicales y por ellos tenemos que sentarnos a discutir políticas por 9 de Julio, no cargos. Pasa por la visión del 9 de Julio que queremos, que muchas veces no coincidimos. Ahora es la oportunidad de hacerlo. La voluntad del radicalismo está.
SE: Desde las PASO hasta hoy ¿sonó tu teléfono? ¿Alguien te llamó?
IP: No, para nada. En lo personal no tengo diálogo con la gente del PRO. Creo que antes de las PASO cuando nosotros planteamos una posición que a ellos no les gustó, a partir de ahí no he vuelto a tener contacto con los líderes o referentes del PRO. Pero yo no tengo problema en sentarme con ellos si hay que sentarse. Está claro que no quiero lo que pasó en estos últimos cuatro años. Tampoco creo que sea momento de romper Cambiemos, pero podemos continuar desde una visión mucho más crítica, mucho más horizontal, con mas participación.
SE: Con participación, diría yo.
NP: Si, con participación. No hubo mucha participación. Evidentemente fracasó Cambiemos. El resultado del 27 de octubre así lo demostró. Pero hoy no nos vamos a sentar a esa mesa con el Presidente y la Gobernadora. Nos vamos a sentar con Mauricio y con María Eugenia, o sea, nos vamos a sentar en igualdad de condiciones. Y si eso no ocurre tendremos que tomar una decisión política. Hoy creo que tenemos que trabajar para continuar en Juntos por el Cambio, representar a esa masa de votantes, ser una oposición responsable. Y en 9 de Julio tendremos que tener una discusión en este mismo sentido, que si no se da ahí tenemos las herramientas para determinar que hacemos.