Con relación con el Día Mundial del Sueño que se conmemora el próximo 15 de marzo, desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), alertan sobre el riesgo de manejar con apneas de sueño, uno de los trastornos de sueño más comunes en la población adulta. Se estima que el 20 % de las muertes en las rutas estarían relacionadas directa o indirectamente con esta patología.
Un mal descanso, el uso de determinados medicamentos y, por supuesto, el consumo de alcohol, son factores que podrían provocar somnolencia al volante. Sin embargo, las apneas de sueño que no están tratadas representan uno de los más peligrosos, dado que no es posible controlar cuándo van a suceder.
El síndrome de apneas-hipopneas obstructivas durante el sueño (SAHOS) es uno de los más comunes en los adultos mayores. Afecta entre el 4 y el 20% de la población general, aumentado progresivamente este porcentaje luego de los 50 años. Se estima que hasta un 20% de las muertes en las rutas estarían relacionadas directa o indirectamente con esta patología.
Es una patología que se caracteriza por interrupciones repetidas de la respiración (apneas) superiores a los diez segundos que suman, en muchos casos, dos o más horas de inadecuada oxigenación en una sola noche y que se acompaña de diversos síntomas o complicaciones. De las personas afectadas, sólo una de cada cinco es consciente de su problema y se somete a un oportuno tratamiento, el cual es eficaz en el 90% de los casos.
Las apneas se repiten durante toda la noche y la falta de oxigenación genera importantes problemas psíquicos, sociales, laborales, neurológicos y cardiorrespiratorios. Por otra parte, los accidentes de tránsito provocados por la somnolencia o falta de reacción al conducir constituyen también una complicación común que compromete la vida tanto de estos pacientes como de sus familiares y de la sociedad toda.
Síntomas
El principal síntoma que tienen los pacientes con apneas obstructivas del sueño es el cansancio diurno crónico, acompañado de somnolencia intensa durante el día, una situación que muchos pacientes no se explican al estar convencidos de que han dormido lo suficiente como para estar tan cansados. La razón de esta paradoja es que el afectado, al estar dormido, obviamente no es consciente de estas pausas respiratorias que interrumpen el sueño, por lo que si no ha oído hablar de esta enfermedad no sabe a qué se debe su sensación de cansancio.
Otro signo asociado con la apnea del sueño es el ronquido fuerte. Este ronquido se produce al final de cada interrupción respiratoria (apnea), es fuerte y estrepitoso, tanto que despierta y asusta al compañero de cama o habitación.
¿A quiénes afecta?
Ser hombre, obeso, ingerir alcohol -especialmente antes de acostarse- y no realizar ejercicio físico, son las principales características del individuo con apnea, aunque no estar incluido en ellas no significa que no se pueda padecer esta enfermedad. En las mujeres, despertarse a la mañana “con la cabeza embotada”, más cansada que al acostarse y seguir con fatiga durante todo el día, sobre todo en la post-menopausia, son datos que deben alertar, más si se acompañan de ronquidos fuertes al dormir.
Diagnóstico y tratamiento
Para llegar al diagnóstico, la persona presuntamente afectada de apnea debe dormir una noche en una Unidad de Sueño o Laboratorio de Sueño, donde se le someterá a una polisomnografía. Aunque en muchos casos, cuando la Unidad de Sueño tiene la experiencia necesaria, estos pacientes pueden estudiarse en el domicilio con equipos simplificados.
Esta prueba incluye un electroencefalograma, un registro de los movimientos de las piernas y de los músculos del mentón, un electrocardiograma, un registro de los ronquidos, un registro de la respiración por nariz y boca, otro registro de los movimientos respiratorios de tórax y abdomen y el índice de oxigenación de la sangre.
Afortunadamente existen tratamientos para abordar los problemas relacionados al sueño y, dependiendo de la gravedad del cuadro, se elegirá el más adecuado a seguir, que en la mayoría de los casos es favorable y que permitirá al paciente disfrutar de una nueva calidad de vida.
¿Puede manejar alguien que padece apneas de sueño?
Muchas personas no pueden darse cuenta cuándo se van a quedar dormidas. Al sentirse adormecidas, creen poder controlarlo porque quieren manejar. Pero es de suma importancia tomar conciencia que con este accionar ponen en peligro su vida y la de otros.
Si bien cada caso es distinto y es imprescindible contar con una indicación médica personalizada, no es conveniente que una persona que tiene apneas de sueño conduzca, a menos que esté bajo tratamiento supervisado. Por lo tanto, la recomendación de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria es consultar a un médico si experimenta somnolencia frecuente durante el día, si tiene dificultades para dormir en la noche, o si sospecha que tiene algún trastorno para dormir, podría padecer apneas de sueño. (InfoGEI)Ac