Numerosos grupos misioneros ya recorren los diecisiete distritos de la diócesis de Nueve de Julio.
Numerosos grupos de jóvenes misioneros llegan a la diócesis de Nueve de Julio para evangelizar en zonas rurales y urbanas. Como todos los años, lo hacen desde la semana previa a la Navidad y durante el período estival. De este modo ofrecen de manera generosa y desinteresada varios días de sus vacaciones para acercar la presencia y el mensaje de la fe a la gente.
Muchos de ellos provienen de parroquias de la arquidiócesis de Buenos Aires y de otros movimientos y asociaciones católicos como el “Movimiento de la Palabra” y el grupo universitario “Cardenal Pironio”, originario de nuestra diócesis.
Los grupos recorren las capillas y parroquias de los 17 distritos que conforman la diócesis de Nueve de Julio con el fin de proponer el Evangelio y dar testimonio de su propia fe.
La actividad más visible de estas misiones son las visitas a los hogares donde suele darse un diálogo fructífero, aún con personas de otros credos o no creyentes, ocasiones que muchas veces establecen vínculos personales muy profundos y perdurables.
Además, los grupos juveniles realizan una variada y diversa gama de actividades durante su estadía en las diferentes comunidades: visita a los ancianos y a los enfermos; actividades recreativas y catequesis con los niños; encuentros de formación cristiana para adultos; formación de grupos de oración; rezo del Rosario; procesiones, entre otros. A ello se suma la celebración diaria de la Misa que suele realizarse en plazas, escuelas, garajes o alguna casa y las bendiciones a los hogares.
Esta intensa tarea pastoral es coordinada y liderada por laicos. Asimismo es acompañada por los sacerdotes y por el mismo obispo diocesano, Monseñor Ariel Torrado Mosconi que, impulsa y acompaña a los misioneros visitando las localidades, celebrando la misa y compartiendo charlas, comidas y momentos de oración.
Cabe resaltar el entusiasmo y la generosidad que manifiestan los jóvenes durante esta intensa tarea pastoral. Así como el esfuerzo que implica, ya que el trabajo no se limita a la semana de la misión sino que se despliega a lo largo del año, tiempo durante el que se preparan con reuniones de oración, estudio y organización de eventos para recaudar fondos.
En tiempos de escepticismos y de profundas crisis morales, la Iglesia diocesana bendice y agradece a Dios por estos jóvenes, verdadera promesa de futuro del cristianismo.