(Por Lic. Hugo E Merlo – GH Soluciones)
Un cuentito de Cortázar que relató Marisa en las clases de teatro, cuenta la metamorfosis de un diario que una vez leído se transforma en un montón de hojas impresas que, abandonado en un banco de plaza, alguien lo levanta y se transforma otra vez en un diario y otra vez leído, otra vez hoja impresas, hasta que una anciana lo levanta , lo lee, y nuevamente hojas impresas y envoltorio de dos paquetes de acelga, entonces concluye el poeta, “ QUE ES PARA LO QUE SIRVEN LOS DIARIOS DESPUES DE SUS METAMORFOSIS”
Ahora si las noticias están en las redes sociales, en los teléfonos, todo digital, ¿por qué comprar un diario? Si en el celular siempre lo tengo actualizado y nunca metamorfosis. Entonces alguien se preguntó ¿cómo vendemos diario en papel? ¡ya sé! dijo uno, pongamos: opinión de todos los temas, investigaciones, datos etc., y además hagamos una tarjeta de beneficios que se llama “365 “que “se la damos al que suscribe el diario en papel… porque si no nadie va a leer el diario por la información, es decir por la Noticia.
¡Y esta es mi opinión! De porque en los medios, todos ellos, en más y en menos, los programas periodísticos son de opinión, y la noticia actualizada se lee en la REDES SOCIALES. Es mi sentencia, no traten de convencerme, piensen lo que quieran o muestren una realidad diferente.
¡Nosotros los periodistas solemos decir que no somos los culpables de las cosas que suceden!
La situación crítica que vive nuestro país nos invita a reflexionar sobre un montón de cosas. Gran paradoja de nuestro tiempo, podemos opinar de todo, aún de la opiniones de otro, y de la opiniones de la opinión de otro., y así hasta el infinito… como el personaje que soñaba que estaba soñando… que soñaba y así in eternun.
De la filósofa vernácula Olga Karina, rescaté y llevo conmigo, la mejor respuesta que he escuchado para dar réplicas a alguien que te pregunta con toda intención de que coincidas con él, sino, no te escuchará, “Lo dejo a tu criterio” , decía la modelo, con lo cual te estaba diciendo, es lo que vos piensas y no me pidas que yo piense lo mismo.
Llegado a esta instancia de la bendita libre opinión…
Se nos plantean dos cuestiones 1) Existe una realidad 2) Estamos como todos, sujetos al sesgo de confirmación, y además ya sabemos que el lenguaje, la palabra, no es inocua. Todo es cóctel, es el que nos permite generar una opinión y expresarla, veamos…
Para no hacer ejercicios de memoria, porque sumamos un ingrediente más y acá mucho no es mejor, tomemos la realidad caliente.
La primera, es indubitable, la realidad no es opinable, por ej. Durante 70 años, en 63 años tuvimos déficit fiscal, o sea gastamos más de lo generamos. ¡Esto es la realidad! No me importan los motivos, esto pasó y nos costó crisis recurrentes, inflación y muchos flagelos y sufrimientos.
Ahora viene el problema, como formamos nuestra opinión, seguramente de las convicciones, resultado de años de experiencia y análisis objetivo de la información que estuvo disponible. PERO LA REALIDAD O MI OPINION es que estamos sometidos al llamado sesgo de confirmación y que pasa desapercibido, “prestamos atención de forma selectiva a la información que verdaderamente defiende nuestras ideas, a la vez que ignoramos inconscientemente aquella parte de la información que no comulga con nosotros”. Lo que es lo mismo: vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír.
Y entonces las opiniones no son la realidad, y son las palabras que crean una realidad, dice Rafael Echeverría, en su Ontología del Lenguaje, “el leguaje es generativo” crea una realidad. No obstante, las opiniones, los juicios, tienen una doble cara, como un Dios Jano, una mira el mundo y la otra hacia adentro. Por ej, Si alguien dice “el presidente se tiene que ir” puedo no saber mucho del presidente, pero si del que emite el juicio, las opiniones siempre hablan de quien las emite.
Entonces cuando escuche opiniones mire de quien viene y, en todo caso, piense y diga “lo dejo a tu criterio”.