El Provincial: Fumigaciones, un tema complicado, indeterminado y recurrente. Esta vez a raíz de la alergia de una beba de dos años…
Cada vez son más numerosas las sospechas y las denuncias ante organismos públicos sobre los presuntos problemas que ocasionan a la salud las fumigaciones rurales. El problema también es que muchas veces no puede comprobarse que esos daños son efectivamente provocados por una fuente contaminante, específicamente por los agroquímicos. A veces hasta los mismos profesionales no se atreven a dar un diagnóstico certero. Y otras muchas veces tampoco pueden llegar a él.
El tema es recurrente. Como las denuncias. Una de las últimas sucedió en El Provincial.
Melisa Artola tiene 35 años y tiene serias sospechas de que las dos veces que tuvo una reacción alérgica en todo el cuerpo su beba de dos años fueron consecuencias de las fumigaciones terrestres que se realizan muy próximas a su vivienda. Exactamente en frente de ella. Vive sobre la calle Los Álamos y solo la separa del campo, esa misma calle, de apenas unos siete metros de ancho. Melisa está segura que no es una casualidad que un nena haya tenido una erupción en toda su piel”. Porque las dos veces que su nena se brotó fueron los dos días posteriores a las dos fumigaciones del campo de enfrente. “La llevé a la Salita del barrio Luján y me atendió la Dra . Pascual que me dijo que estaba brotada al tacto, que algo le hizo mal por contacto a la piel. De allí fui a la municipalidad con todo el papelería. Sabían que habían fumigado pero no sabían qué cuadro era ni de quién era el campo”, declaró ante EXTRA. “El dueño vive en Panamá y tiene domicilio en Luján…Si le mandaron la infracción a Luján, no lo van a encontrar nunca”, especuló.
“Mi nena recién cumplió dos años y ya le pasó eso dos veces. Para el colmo, por delante tengo un campo y por detrás tengo otro, el de Del Fabro. En una misma semana Del Fabro fumigó con el viento hacia mi casa, y por el otro lado, fumigó el campo de enfrente que trabaja Sergio Ugoletti, también cuando el viento estaba hacia mi casa. Yo estoy en el medio. Y ella se había brotado toda. La llevé a su pediatra y no me supo decir si era o no era por la fumigación…Los médicos no quieren decir mucho sobre ese tema. Durante las dos fumigadas (sic) le pasó lo mismo”, opinó.
Artola reconoce que fue la única de la familia que tuvo esas erupciones. También asegura que está dentro del casco urbano de la ciudad. “La ciudad fue avanzando y el campo está adentro del pueblo. En realidad, la ciudad se metió dentro del campo. Habría que cambiar el tema de los planos”, propuso.
Como la zona cada vez se está urbanizando más, propone que se controle o se revea más la normativa. Sin embargo, también reconoce que otros productores rurales toman todos los recaudos a la hora de trabajar. ““Cruzando a mitad del pueblo está el señor Luis Ugoletti que tiene un campo y hace lo que tendrían que hacer todos los que lo tienen: siembra y fumiga 200 metros adentro. El cumple con la reglamentación que todos deberían cumplir”, recalcó.
Otros reclamos, también ambientales
Melisa también se refirió a otros efectos en donde el campo provoca perjuicios a la vida urbana. Detrás de su propiedad existe un feedloot que provoca olores nauseabundos y tiene también sospechas de que podría existir algún tipo de contaminación que se filtrara con las napas de agua. “Los días de humedad y de calor, el mosquerío es insoportable y el olor te hace descomponer. A veces se siente el olor hasta el acceso”, aseguró.
En señal de protesta los vecinos juntaron firmas para denunciarlo ante la municipalidad y hoy se encuentran a la espera de las respuestas oficiales.
Entre los intereses, el escepticismo y la ignorancia
Las fumigaciones aéreas y terrestres siguen siendo todo un tema en el país. A pesar que ya hace varios años comenzó a legislarse para proteger a las poblaciones, se sabe que uno de los riesgos más grandes los corren los pueblos rurales.
El tema parece no llegar a decisiones firmes, porque recorre arenas movedizas que van desde los intereses particulares, al escepticismo o subestimación política cuando no a la ignorancia poblacional y lo que es peor, profesional. Como si fuera poco, muchos asociaciones pro ambientalistas, en vez de contribuir, muchas veces obstaculizan los avances en la aceptación de este fenómeno cuando radicalizan sus opiniones, sus propuestas y sus acciones.
Lo cierto es que las fumigaciones existen y provocan consecuencias, a veces nefastas en la salud.
De nada, en 2010 se realizó el Primer Encuentro Nacional de Médicos de Pueblos Fumigados en el Pabellón Argentina de la Universidad Nacional de Córdoba. Cinco años después se sumaba a ese congreso la Universidad Nacional de Buenos Aires.
Quizás sea oportuno aquí transcribir la Declaración del Primer Encuentro Médicos de los Pueblos Fumigados de la Argentina:
Que es muy importante la agresión a la salud en las poblaciones de localidades sometidas a fumigaciones constantes en la Argentina, y que la situación se agrava día a día, detectándose con mucha mayor frecuencia, enfermedades severas como cánceres, abortos espontáneos, trastornos de la fertilidad y nacimientos de hijos con malformaciones congénitas.
Que distintos trastornos, como los respiratorios, endócrinos, neurológicos, hematológicos y psíquicos, son mucho más frecuentes en las poblaciones sistemáticamente fumigadas como consecuencia del actual modelo de producción agroindustrial.
Que la utilización de plaguicidas no deja de aumentar año a año, siendo que el crecimiento de su consumo fue del 74% en la última temporada, cuando 340 millones de litros de venenos se fumigaron sobre un área habitada por algo más de 12 millones de personas.
Que, valiéndonos de un conjunto suficientemente fuerte de datos, que no pueden ser negados al analizarse con objetividad la situación sanitaria de nuestros pueblos, la información científica explica la causalidad biológica de las manifestaciones clínicas que observamos en nuestros pacientes, y las revisiones sistemáticas de los estudios clínicos y epidemiológicos de observación, generan evidencia, suficientemente sólida y consistente.
Que por más que deseáramos una realidad distinta, la única verdad es la que hoy tenemos: el actual sistema de producción agrario es el responsable de ocasionar estos problemas sanitarios, además de otros graves problemas, como ecológicos y sociológicos, que no trataremos aquí.
Oportunamente manifestamos y exhortamos, a las más altas autoridades nacionales, para que, utilizando el “Principio Precautorio” y con el fin de proteger a la población rural, se impusieran restricciones públicas al uso de los plaguicidas; reclamo que ha sido totalmente desoído.
Tampoco se observó compromiso Parlamentario con el derecho a la salud de la gente; desgraciadamente en el Congreso Nacional continua prevaleciendo la defensa de los derechos a la propiedad privada y al agronegocio.
Por esa razón, y considerando que estamos inmersos en un proceso electoral, es que nos dirigimos directamente a todos los candidatos que aspiran a gobernar el Estado Nacional y a las provincias agroproductoras, manifestándoles que podrán escuchar muchas voces sesgadas por intereses económicos, comerciales o políticos; pero nosotros, médicos, miembros de equipos de salud, investigadores, científicos y académicos que analizamos este problema, no creemos, sino que estamos seguros, de que los crecientes padecimientos en la salud de los habitantes de los pueblos fumigados, son generados por las fumigaciones. Esta seguridad nos las da conocer cómo evoluciona la salud de nuestras comunidades, mediante cotejos con la creciente información científica y, sólo interesándonos en la salud y calidad de vida de nuestros pueblos.
Por eso, exhortamos a los Sres. candidatos a Presidentes y Gobernadores, que tengan en cuenta esta realidad, que no sólo consideren que Argentina aprovecha una coyuntura internacional con precios especulativos de comodities en alza y demanda sostenida. Sino que ello, genera divisas en un sistema sin ningún tipo de control real, modelado por laboratorios multinacionales que promueven la utilización de mas y mas pesticidas que destruyen el ambiente, caen sobre la gente y generan cánceres en nuestros pacientes y malformaciones en sus (nuestros) hijos.Requerimos de los Candidatos, que se expresen públicamente sobre cómo van a proteger la salud y la vida de la población de los Pueblos Fumigados. Nosotros, proponemos como respuesta urgente a este problema que, se PROHIBAN las fumigaciones aéreas en todo el territorio nacional, como ya se estableció en la Unión Europea, y se restrinjan las fumigaciones terrestres alejándolas del limite de las plantas urbanos de los pueblos.
Oservamos con preocupación que los reclamos y acciones de los vecinos de los pueblos afectados, nuestros pacientes, son reprimidos y judicializado con el objetivo de detener sus crecientes reclamos de reparación y defensa a sus derechos legítimos a la salud, por lo que reclamamos del Estado que se garantice los mismos y se tomen urgente medidas de reparación.
Por otro lado reclamamos que se reclasifiquen los agrotóxicos considerando sus efectos agudos, de mediano y largo plazo en ensayos de laboratorio y en estudio en humanos. Exigimos que una dependencia de Salud y Ambiente sean la encargada de autorizar o rechazar el uso de cada pesticida en particular, como ocurre como ser en Canadá y no un ente donde solo participan el área de agricultura del estado, los productores y las Cámaras productoras de plaguicidas y prevalecen las necesidades productivas y comerciales de esos actores.
Por último, queremos reconocer el esfuerzo de todos los miembros de los equipos de salud en general, los vecinos de los pueblos y todos quienes entienden que en esta democracia necesitamos que se prioricen valores, como la salud y el ambiente, sobre los intereses económicos y comerciales de grandes grupos, empresas y pools de siembra.-
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