(Por Juan Manuel Jara). Con todo y más volvió The Walking Dead. El esperado capítulo debut de temporada fue devastador para los protagonistas y para los televidentes. Crónica de una muerte develada y de otra que no.
Y el misterio fue revelado. Comenzó la séptima temporada de The Walking Dead con el capítulo más esperado. Un shock. Finalmente el “de tin marin..” de Negan termino en el colorado Abraham Ford que se despidió de la serie con honor militar tras varios batazos en la cabeza ante la azorada mirada de sus aterrorizados compañeros. Pero la cosa no termino ahí, porque los productores jugaron fuerte, escondieron la mano, y cuando nadie lo esperaba también llego el final para Glenn, uno de los personajes más queridos de TWD. Cross de derecha y revés al mentón de los millones de televidentes que siguieron este estreno alrededor del mundo en forma simultánea. Home run o Jonron, en términos beisbolisticos.
Aunque para muchos quizás estos dos personajes tenían varios tickets para que les tocara en suerte conocer a Lucille, el bate enfundado en alambre de púas, marca registrada del sádico Negan, el impacto fue aun tan efectivo como el manejo de la tensión al máximo. Uno de esos capítulos que te dejan pensado, como en un estado de shock, Realmente paso lo que paso? Si, aplausos.
Vale recordar que es la séptima temporada de esta serie que ya es un icono en la historia de la tv. Y para detalles estadísticos remitimos a la nota (“Por un palazo en la cabeza”) de la edición anterior de este semanario, pero si aún quedaban dudas de cómo iba a sostenerse TWD, el capítulo inicial dejo la vara muy alta y la convicción firme de que se va por más y que tienen con qué.
Primero, la aparición del sangriento Negan con todo su sadismo y oscuro encanto, que sin dudas lo convierten en el malo digno de verse. Gran actuación de Jeffrey Dean Morgan, que se hace odiar y su sola presencia genera tensión y ese nudo en el estomago. Más de un televidente habrá dicho: “ por favor, cuando se va a detener este tipo??!!”.
Soberbio también Andrew Lincoln, llevando a Rick Grimes en un terrorífico viaje que lo transforma de duro líder protector de su grupo ha sometido, humillado y rendido frente a semejante despliegue de sadismo y brutalidad que costó la vida de dos de sus compañeros y casi el brazo derecho de su hijo Carl, en otro momento de tensión llevada al extremo de este debut de temporada. Negan lo arrastra y lo pisotea emocionalmente hasta dejarlo hecho una piltrafa humana.
Resultado: shock post traumático para los sobrevivientes y para los espectadores también, que rápidamente se descargaron en las redes sociales. La aparición de Negan y su brutalidad dejaron en claro dos cosa: una, que esta temporada de TWD será intensa. Y dos, que al final, lidiar con los zombis no eran tan malo.