(por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
A cada lesión su solución.
Tendinitis del Aquiles:
Posiblemente la más temida.
Cuando hay marcada inflamación de un tendón hablamos de tendinitis. La más común es la de Aquiles.
Los signos de alarma:
La tendinitis aguda es inconfundible: tendón inflamado, doloroso al andar, caliente y quizás colorado. El dolor y la rigidez son mayores al levantarse por la mañana.
La hinchazón permanece alrededor del tendón, coincidiendo con dolor difuso, que aumenta a la palpitación (se puede tomar el tendón a modo de pinza con el pulgar y el índice y al moverlo a los lados se produce dolor)
Para descartar que el tendón este roto se sitúa al deportista boca abajo. Presionando suavemente el gemelo hacia arriba, el pie se ha de mover. En caso de ruptura importante el pie queda prácticamente quieto.
Evita la tendinitis:
La mejor prevención se realizará con el uso de dispositivos ortopédicos (plantillas, taloneras..) que reducirán la fuerza de tracción y torsión sobre el tendón.
Las zapatillas altas y los dispositivos para elevar el talón reducen la tracción sobre el tendón y su inserción. El uso de taloneras elásticas también es buena, atenuando el impacto del talón en el suelo.
¿Qué hay en la pantorrilla?
En la parte posterior de la pierna están los gemelos, o gastrocnemios, y a mayor profundidad el musculo soleo. Estas 3 cabezas musculares se insertan por el fuerte tendón de Aquiles al hueso calcáneo del pie.
Como lucho contra esta lesión:
Primeramente concurre a tu profesional-médico de cabecera.
Primera semana: primero hay que reducir el edema e inflamación con hielo, ultrasonidos, corrientes de baja frecuencia y masajes de descarga de gemelos y tibiales. El deportista debe guardar reposo, al menos durante una semana, pues si alguna lesión merece descanso es esta.
A veces se necesita no apoyar el pie, pero lo normal es poner un vendaje funcional.
Tratamiento desde la segunda semana:
Se comienza a caminar-correr suave, con un vendaje funcional bien realizado, zapatilla de tacón alto y talonera de descarga. Siempre en llano sin cuesta.
Si hay molestia importante debemos cambiar el trote por un paseo rápido. Pequeñas maniobras para eliminar fibrosis o adherencias.
En la tercera semana:
Añadimos a lo anterior la carrera continua. Pero con precaución hasta dejar de sentir las molestias.