(Por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
Las lesiones relacionadas con la práctica del deporte pueden ser causadas de forma primaria por el deporte en sí, o producirse de modo secundario.
Lesión primaria: es aquella que deriva directamente de un traumatismo sufrido durante la práctica de un deporte específico. La lesión puede tener un origen extrínseco, como las producidas por contacto corporal, o por el uso de equipamiento deportivo. La utilización de algunos elementos, como raquetas, material gimnástico produce en ocasiones traumatismos agudos, instantáneo o bien microtraumatismo por sobreesfuerzo, cuya repetición continuada terminara por producir una lesión crónica.
Las lesiones intrínsecas aparecen como resultado del propio esfuerzo del deportista. Pueden ser agudas o bien convertirse en crónicas a largo plazo.
Lesión secundaria: a partir de una lesión dada, en ocasiones se desarrollan problemas secundarios, especialmente si dicha lesión no fue tratada inicialmente de forma adecuada, con hielo, compresión, elevación y reposo, o si al deportista se le permitió regresar a la competición demasiado pronto.
Como ejemplo de problemas secundarios precoces podemos citar la inflamación crónica y la debilidad de una articulación.
Un ejemplo de manifestación tardía es la artrosis que se desarrolla en una articulación muchos años después de haber sufrido esguinces de repetición que fueron incorrectamente tratados.
Se le llama factores independientes a aquellas lesiones y problemas diversos que no están directamente relacionados con el esfuerzo de un deporte específico, pero que tienen un efecto desfavorable sobre el rendimiento en el mismo.
Los ataques periódicos de asma son un ejemplo de factor independiente que puede influir de forma negativa sobre el rendimiento deportivo.
