El sentido de la vida comienza cuando tus acciones son el producto del sacrificio, que dan como resultado un sinfín de oportunidades venideras para otros. Cuando lo que hacés, plantás y decís son como un eco mirando hacia adelante. Cuando comenzás a sembrar a los costados del camino que luego serán refugio para cualquier ser vivo. Cuando el sabor de tu labor constante te reconforta aun sabiendo que esos frutos caerán sobre los pies de otras generaciones, cuando lo das todo y compartís ese progreso como puente solidario hacia tu comunidad, es ahí. Y así entendiste que el amor es hacia el prójimo, que se expresa con el tiempo y que lo que das hoy, sin esperar nada a cambio, es parte de la historia que dejas como legado. Tus manos trabajando la tierra que otros cosecharán, es la huella de tu paso por este mundo. No nos olvidemos de plantar buenas semillas para que los que lleguen en el futuro tengan los mejores frutos.
Nada habla más de una persona que la huella que va plasmando a cada paso, y Hugo Auad junto a su esposa Virginia Gauffin y sus dos hijos, plantan con una mirada lejana. Los almendros es el emprendimiento familiar que a fuerza de voluntad y con mucha dedicación va creciendo sobre la tierra dura de De Colalao del Valle, en Tucumán. Estos dos soñadores se suman al desafío de sembrar árboles de almendras en una zona que por su demografía y la escasez de agua no es propicia para este cultivo, aun así ese árbol que a medida que pasa el tiempo lo conserva dibujado en anillos en su tronco como una huella de su curso, es el elegido para esta familia que forja su impronta de la misma forma. Son dos tucumanos que apuestan al progreso de esa localidad, que se disponen a enfrentar las necesidades que surgen de parte de otros que producen y por sobre todo son unos enamorados de la arboleda que se va gestando. Nada de esta producción sería posible sin la pasión y la entrega constante de la familia, los cuatros dan rienda a la aventura que conlleva el trabajo de este fruto y así de compartida es la alegría en cada nueva cosecha.
Autodidactas, desafiantes y con un gran ímpetu de nutrirse de conocimientos en este tema, así comenzaron con la producción, focalizando en que la almendra que salga finalmente al mercado sea de alto valor nutricional y sin agroquímicos, siendo de vital importancia para el proyecto. Se inició bajo el esfuerzo, la tenacidad y las ilusiones por llegar a concretar este sueño, no son unos aficionados ni mucho menos, llevan evaluando y estudiando hace ya 5 años y la primera plantación fue en Julio del 2016. Desde ese primer contacto con quien les propiciaría los plantines de almendros desde la provincia de Mendoza, supieron que todo el proceso de producción sería paulatino. Nada los detuvo y en la búsqueda de hallar un producto distinto al que se cultiva en la zona se crea una nueva práctica de supervivencia a partir de la necesidad del agua en época de crecimiento de los árboles. Este fue el motivo por el cual requiere mayor concentración de humedad y a su favor tiene, que la amplitud térmica de la zona es de total beneficio para regular la resistencia de las plantas al suelo y a las temperaturas. Debido a la necesidad de agua tuvieron que elaborar su propia forma de riego implantando unos tanques de agua en el suelo y con la presión de una bomba crearon un sistema de riego a la medida de las necesidades. Hugo comenta que el acompañamiento técnico y clínico de la producción se da por parte de INTA Catamarca. Son quienes les brindan los asesoramientos y los que han sido parte fundamental de la instrucción técnica de Hugo y Virginia, ya que con los pocos recursos y la escasez de las obras públicas como los pozos de uso común, se limita muchísimo el avance de la producción. Ellos son respetuosos y conscientes del tiempo, las etapas de poda y con la época de floración. Así como también saben de antemano de la necesidad del envejecimiento que requiere este tipo de plantación para llegar a dar sus frutos. El anhelo de esta pareja es ver que sus hijos sean los que continúen por más de 50 años con cada árbol que hoy están de pie; piensan, sueñan y trabajan a futuro. Ellos si entendieron el sentido de su existir.
La receta que acompaña esta hermosa historia familiar llega de la mano de Virginia y son las clásicas elaboraciones con Almendras.
Leche de Almendras y Queso de Almendras.
- Un puñado (grande de Almendras)
- Agua 1 litro
- Opcional miel, esencia de vainilla
Poner en remojo unas 8 a 12 hs. las Almendras. Si quieres pelarlas, está bien, yo no las pelo. Las licuó junto con el agua y un chorrito de la esencia de vainilla, una vez que vea que el líquido quedó blanco .Filtrar todo el contenido, el líquido es la leche de Almendras, dura en la heladera unos 4 o 5 días .Con el bagazo que queda en el filtro, podemos hacer un riquísimo queso de almendra, a gusto:
- 1 agregarle ajo, perejil, aceite de oliva, sal y pimienta
- 2 agregar ajo, cebollita de verdeo, sal, pimienta
- 3 podes agregarle algún caldo saborizado.
Y así un montón de opciones.