Entrevista al Jefe de INTA 9 de Julio, Ing. Luis Ventimiglia. Por Sandra Sueldo (*).- Hace muchos años y como un visionario el escritor, granjero estadounidense, autor de novelas, cuentos, poema, ensayos y defensor de la agricultura ecológica, Wendell Berry decía que “sin importar que tan urbana sea nuestra vida, nuestros cuerpos viven de la agricultura;
nosotros venimos de la Tierra y retornaremos a ella, y es así que existimos en la agricultura tanto como existimos en nuestra propia carne”. Y hablar de la agricultura y de la tierra no es un tema menor y máxime en una zona como la nuestra, Nueve de Julio, situada en el Centro Oeste de la Provincia de Buenos Aires y donde – como el mundo mismo – todo gira en torno a ella.
Para hablar de la actualidad de este sector, de sus cultivos, de sus cuidados y de la tierra misma este medio se puso en contacto con el Jefe del INTA 9 de Julio, Ing Luis Ventimilia quien no sólo se refirió a los datos en cuestión, sino que también analizó como se preparara la cosecha de otoño invierno, del rubro agropecuario y del ciclo productivo, entre otros.
EL NEGOCIO HECHO GRANO
En primer lugar y en cuanto al rubro agropecuario Ventimiglia dijo que “estamos en una actividad importante, pero no cabe duda que recolectar una cosecha es el punto culminante de un ciclo productivo; aunque quizás lo sea bien al cerrarse el negocio y que el grano se transforme en carne”.
Además aseguró que “la cosecha es clave y si bien se han producido lluvias importantes, hemos tenido un otoño muy atípico ya que es muy cálido y prácticamente no hubo frio. Casi hemos finalizado abril y en cuanto al clima hemos tenido más una primavera verano, con temperaturas que han llegado a los 30 grados y, por otro lado, ha sido un otoño muy seco – más allá de la concentración de lluvia en una semana – que permitió días muy luminosos, con baja humedad relativa, lo que permitió que se avance rápidamente en la cosecha”.
COSECHARAS TU SIEMBRA
Por otra parte, cabe destacar que en este momento, terminó la cosecha de girasol y, que si bien fue muy pequeña porque hubo muy poca superficie sembrada, aun se está cosechando maíz, soja de primera y de segunda. “Esta es una cosecha que se alarga en el tiempo porque las siembras van escalonándose. Antes el maíz se sembraba entre septiembre y octubre, pero estas últimas campañas y por distintos motivos – entre los que el climático ha jugado fuertemente – comenzó a sembrarse en esta fecha y hasta inclusive en diciembre”.
Asimismo y en cuanto al fenómeno climático el Jefe del INTA local ratificó que “entre diciembre del año pasado y enero de 2015 en la cabecera del Partido llovieron 1500 milímetros lo que provoco la demora de la siembra”.
LA SIEMBRA: HACER O NO HACER
Por su parte y en cuanto a la próxima siembra y al tratamiento químico que debe dársele al suelo local, el Titular de esta entidad agrícola señaló que «estamos con siembra y dentro del campo todo depende a lo que estemos refiriéndonos. Si hablamos de la ganadería, Nueve de Julio tiene 280 mil cabezas de bovinos. A su vez, estamos con siembras de verdeos, algunos muy tardes, donde marzo es el mes fuerte».
En tanto explico que «este año por problemas de lluvias y plagas – como los pulgones, que llevan su tratamiento específico, de semillas y con productos sistémicos que son absorbidos por estas. Esto hace que la planta pueda instalarse y pueda defenderse de ese ataque – en cultivo entre hacer y no hacer siempre (como haber tratado a la semilla y darle una protección) prevalece el primero. Si no actuamos a tiempo, estamos malogrando el punto clave del cultivo que es la implantación.
PALABRAS CLAVES
Entre los múltiples vocablos empleados por el Titular del INTA, la palabra Barbecho es moneda corriente, pero para lo no entendedores del tema es bueno ampliárselo.
“El barbecho se ha generalizado. Hoy tenemos distintos sistemas de cultivo; de hecho y dentro de la zona, la siembra directa es la predominante y que – como la palabra lo indica – es sembrar directamente sobre el suelo, sobre el cultivo anterior y sin moverlo”, remarcó.
En tanto explicó Ventimiglia que “antiguamente se trabajaba el suelo, se lo daba vuelta con distintas herramientas – que no estaba mal – pero llegaban a degradarlo y haciéndole perder mucho el carbono, entre otros componentes”.
Al tiempo que dijo que “Argentina es líder mundial en esto. No había ni maquinas ni productos químicos adecuados para poder controlar las falencias. Actualmente y después de cosechar un cultivo, se le hace alguna aplicación de un herbicida que mate las malezas superficiales, más un herbicida que tenga un cierto efecto residual. Ese lote permanecerá con el rastrojo en la superficie – que actuará de paraguas, amortiguando la lluvia que caiga y evitando su evaporación – siendo esto es clave para el cultivo. Ahí lo que se hace es acumular agua y nutrientes, dándole descanso al suelo paran encarar un nuevo ciclo productivo. A ese proceso se lo llama Barbecho”.
CAPITAL SEMILLA
En nuestra zona los cultivos predominantes para el invierno son cebada y trigo, que si bien son sembrados por una cuestión de rentabilidad, han disminuido drásticamente la superficie. En menor escala colza y arvejas, pero muy poco.
Además cabe destacar que los distintos cultivos hacen importantes aportes a la sustentabilidad del sistema de producción.
Por eso, el ingeniero Ventimiglia asegura que “el suelo es un medio vivo, no se alimenta de fertilizante químico, ya que este sirve para generar una mayor producción. El verdadero alimento del suelo está en los rastrojos que quedan y en los que hay parte de los nutrientes, de los fertilizantes aplicados como por ejemplo el fosforo, el azufre, el nitrógeno”.
En ese orden sostuvo que “el tema pasa porque ese rastrojo que incorporamos tiene componentes nutricionales y hay uno que es el carbono. Este es un elemento que no podemos adicionarlo con fertilizantes, por lo menos en grandes escalas.
El carbono es la base fundamental de la materia orgánica, ya que representa casi el 60 por ciento y esta es la madre de la fertilidad del suelo desde el punto de vista químico, físico y biológico. Por eso, e tenemos que tratar de conservarlo”.
Finalmente, este erudito ingeniero señaló que “hay cultivos como el trigo, la cebada, el maíz o el sorgo que son voluminosos y que son muy ricos en carbono, a diferencias de otros que son los que predominan actualmente como la soja y el girasol. Por eso, si seguimos con una monocultura sojera en relación a los otros cultivos cada vez seremos más pobres en materia orgánica y en cuanto a la fertilidad. Por eso, si asociamos lo dicho con una cuenta bancaria, el suelo seria nuestra cuenta y los pesos la materia orgánica, por eso hay que cuidar nuestro capital, que es la tierra”.
Fuente: (*) Directora de Diario Digital Infonueve. Periodista Freelance e independiente – Fotoperiodista. Integrante de la Red de Periodistas Solidarios de Argentina.