La motivación familiar es el motor para que los sueños de cada uno construyan el proyecto de todos. Cualquier tarea que se realice con la colaboración de la familia es una tarea hecha con el corazón. Participan hasta los más pequeños y esas diminutas tareas colaborativas les enseñan que son parte importante de la vida familiar. Les muestra el poder que tienen, aun dependiendo de su edad. El amor y la colaboración es mutua, el placer del juego y el disfrute está presente también en todo momento.
Para todos los que trabajan en la tierra, el apoyo familiar es lo más importante, es así como lo define Viviana de Granja Ferris-Graef de la localidad de Garuhapé, en la provincia de Misiones. Ella y su familia producen frutillas y otros productos bajo el proceso de hidroponia. Con tan solo un cuarto de hectárea, se desenvuelven con el cultivo aéreo en invernaderos. Cuentan constantemente con el apoyo de los técnicos de Agricultura familiar y con los encargados del Profesorado de Ciencias Agrarias y Medio Ambiente de su Localidad. Esta pequeña producción hortícola y de huevos, fue el comienzo de un cambio de vida que tuvieron que afrontar en familia. El proyecto cumple tres años y se encuentra en el patio de su hogar. Surgió investigando, pidiendo ayuda e informándose, se contagiaron desde el inicio de la producción agroecológica e insisten en generar conciencia y contagiar a otros. El deseo de comenzar con una producción moderna y al alcance de las dimensiones de su lugar fue el estímulo para embarcarse en este sueño.
Todos en la familia cumplen un papel fundamental a partir de la fortaleza de cada uno de sus miembros, sin dejar de lado las actividades de los chicos ni sus pasiones. Los hijos de la familia se inmiscuyen en las labores con el rol que más les sienta. Viviana y Orlando, su esposo son los encargados de la producción en los invernaderos con los canales que se requieren para el método de producción hidropónica, las plantaciones y los animales. Clara es la mayor de los hijos, estudió pastelería y con 20 años asume la responsabilidad de la producción familiar. Es su pasión, ella junto a su mamá elaboran los dulces y además, asisten a los clientes que se dan cita en el puesto de venta que tienen en la casa. Juan Manuel es el del medio le encanta seguir de cerca y monitorear los plantines para mantener un cultivo sano y rendidor. El más chico de la casa disfruta de recolectar los huevos para la venta.
Esta mujer joven que trabaja a la par de la familia crea lazos con productores de distintas zonas fortaleciendo su método de cuidado y abono en sus plantas y trasmitiendo sus conocimientos para todos aquellos que estén interesados. El trabajo que realizan, un modelo de producción agroecológico, con sistema de hidroponia es uno de los primeros en la zona. El gran paso que se está dando para la chacra es la certificación como CHACRA EN TRANSICION AGROECOLOGICA. Este tipo de aval garantiza a los que compran sus productos que lo que consumen es producido a conciencia con el medio ambiente. El cartel que colocaron en la chacra certificando este camino a la agroecología los hace más activos socialmente. Marca un rumbo para otros y les brinda la facilidad para que aquellos que pasan por allí encuentren en su negocio un momento de distención para aprovechar las variedades de productos que producen en familia. La responsabilidad del mantener este micro emprendimiento familiar es de todos sus agentes, Viviana junto con su esposo sienten el orgullo de llevar a cabo este trabajo con la ayuda de sus hijos. Aman lo que hacen y ese amor se contagia.
La receta es de la deliciosa mermelada que elaboran en familia.
Mermelada de frutilla
Necesitás:
- 1kg de frutillas frescas pre- lavadas.
- 700grs de azúcar.
Procedimiento:
Cortarlas en trozos grandes, agregar el azúcar y llevar a cocción a fuego intermedio, remover continuamente x 30 minutos aproximadamente, hasta que forme burbujas grandes de aire.
Retirar del fuego y seguir removiendo x unos 10 minutos más y listo.