Según un relevamiento internacional denominado EPI-CARE, en nuestro país, tiene dermatitis atópica alrededor del 9,7% de los niños, pero, entre ellos, del 27.9% presenta las variantes «moderada» y «severa».
Niños y niñas de todo el país se encuentran retomando sus actividades escolares, y a los alumnos que tienen dermatitis atópica, una enfermedad inflamatoria de la piel que no es contagiosa, les «cuesta estar tranquilos y atentos en clase», ya que «no paran de rascarse hasta lastimarse e infectarse la piel», advirtieron hoy especialistas.
«Les cuesta pensar en otra cosa que no sea la picazón en brazos, piernas, espalda, prácticamente en todo el cuerpo», expresó Margarita Larralde, médica dermatóloga consultora del Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica de la Sociedad Argentina de Dermatología, quien remarcó que es una enfermedad que los dermatólogos pediatras «vemos a diario en el consultorio».
A los alumnos que tienen dermatitis atópica la picazón intensa les impide dormir de noche y los desconcentra durante el día, lo que en ocasiones les impide seguir la clase como al resto de sus compañeros.
El relevamiento internacional EPI-CARE, del que participó Argentina, reveló recientemente que, en nuestro país, tiene dermatitis atópica alrededor del 9,7% de los niños, pero, entre ellos, del 27.9% presenta las variantes «moderada» y «severa».
Sin embargo, es predominantemente pediátrica y de la adolescencia, un porcentaje continúa con brotes en la adultez o estos aparecen recién en esa etapa.
«En sus variantes moderada y severa, y cuando no se ha logrado un adecuado control, es completamente esperable que les cueste estar tranquilos y atentos en clase», continuó la especialista.
La picazón es el síntoma que más incomoda a los pacientes, impactando en todos los órdenes de la vida, tanto en el rendimiento escolar, como en la vida social, el manejo de las emociones y en la salud mental.
En las escuelas hay potenciales desencadenantes de brotes, como por ejemplo, las temperaturas extremas y, en invierno, los ambientes calefaccionados también pueden generar cuadros de dermatitis atópica.
«El calor juega en contra y tiene que ver con las telas del guardapolvo o uniforme. A veces se les exige a los niños con dermatitis atópica usar determinadas prendas para hacer gimnasia, desconociendo que algunas telas, al roce con el sudor, irritan la piel y favorecen los brotes»
«El calor juega en contra y tiene que ver con las telas del guardapolvo o uniforme. A veces se les exige a los niños con dermatitis atópica usar determinadas prendas para hacer gimnasia, desconociendo que algunas telas, al roce con el sudor, irritan la piel y favorecen los brotes», aclaró Fernanda Macario, dermatóloga y pediatra, miembro del servicio de Dermatología del Hospital de Niños Víctor J. Vilela de Rosario.
El tratamiento de la dermatitis atópica no solo se basa en emolientes -gel o loción utilizada para ablandar durezas, tumores o inflamación, suavizando y protegiendo la piel- o cremas humectantes, sino que existen tratamiento sistémicos, como los biológicos, que son lo más innovador en la actualidad y permiten obtener mejores resultados sostenidos a largo plazo.
«Para todos aquellos que no estén logrando un adecuado manejo de su dermatitis atópica, el consejo es que vuelvan a su dermatólogo o alergista de confianza. El abanico de posibilidades hoy es mucho más amplio que hace cinco años», finalizó María Elsa Giovo, exjefa de la División de Dermatología del Hospital de Niños de Córdoba. (Télam)