(Por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
Las bajas temperaturas y la poca luz solar hacen que muchas personas reduzcan significativamente el ejercicio durante esta época del año o practiquen algo en lugares cómodos y cálidos.
Hay 3 grandes tentaciones para animarte a abrigarte y salir al exterior para mantenerte en forma, feliz y saludable este invierno.
Más calorías quemadas: investigaciones muestran que hacer ejercicio regularmente a bajas temperaturas puede aumentar la producción de grasa, aumentando la temperatura corporal y el metabolismo general.
Eso puede ser útil para prevenir el peso invernal que a menudo se acumula debido a los menores niveles de actividad diaria, la ingesta reducida de frutas y ensaladas frescas y el mayor consumo de alimentos reconfortantes como el puré de papas.
Mejor estado de ánimo: el ejercicio en general mejora el ánimo y puede ayudar a reducir la ansiedad, el stress y la depresión, pero hacer ejercicio al aire libre puede tener beneficios adicionales, según algunos estudios, los cuales afirman que esta actividad mejora la sensación de placer y reduce la sensación de fatiga.
Tu salud general mejora: el ejercicio es excelente para la salud, pero hacer ejercicio al aire libre puede ser incluso muy beneficioso. Puede disminuir el riesgo de una enfermedad cardiovascular en hasta un 27% en comparación con el sedentarismo y está relacionado con niveles más altos de vitamina D.
La vitamina D, que en el invierno disminuye debido a la exposición reducida al sol (los rayos UVB del sol detonan la formación de vitamina D en la piel), desempeña un papel en la salud ósea y el riesgo de caída. Muy conocido como osteoporosis, favorece la función inmunológica y puede ayudar a proteger contra el cáncer, enfermedades del corazón y diabetes.
Aunque para muchos los beneficios del ejercicio al aire libre superan los riesgos de su práctica, hay algunas consideraciones más importantes.
Atento a tu corazón: si tienes antecedentes de enfermedad cardíaca o más factores de riesgo, como presión arterial alta, colesterol alto, antecedentes familiares de enfermedad cardíaca temprana, diabetes, tabaquismo, obesidad, estilo de vida sedentario o mala alimentación, el ejercicio en clima frío puede causar algún trastorno físico.
Hidratate: aun cuando no creas que sudas tanto al hacer ejercicio al aire libre en el frio, estás perdiendo una cantidad considerable de líquido corporal. Investigaciones demuestran que la respuesta a la sed puede verse afectada en el clima frio, así que no olvides tomar agua antes, durante y después del ejercicio para evitar deshidratarte.
Protege tu piel: Tal vez no parezca soleado e incluso puede estar nublado, pero aun es necesario cuidarse de los rayos UVB. Los vientos fríos pueden resecar e irritar la piel, así que mantén hidratadación antes y después. Utilizar protectores para la piel y labios, si es necesario cubrir la boca.
Ropa adecuada: si ejercitás al aire libre, no te abrigues de más ni de menos. El ejercicio hace que tu cuerpo se caliente con bastante rapidez, por lo que abrigarse en exceso puede hacer que te sobrecalientes o sudes, lo que puede hacer que te enfríes aún más cuando bajes la intensidad.
Es mejor vestir en capas para poder quitar o agregar una si lo necesitas. Asegurate que la ropa interior, la más cercana a tu piel, sea apta para la transpiración.
Esto es de suma importancia para personas de edad avanzada o con problemas cardíacos, ya que la temperatura corporal puede verse afectada, lo que aumenta el riesgo de hipotermia, que es una temperatura corporal peligrosamente baja.
No es cosa del otro mundo hacer ejercicio físico al aire libre, en invierno, y las ventajas pueden ser considerables. Así que abrigate lo necesario y a desafiar el invierno. La salud no tiene precio, se cuida y mantiene cada día.
