(por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
Más del 60% de nuestro organismo es agua.
Si aparece la sensación de sed, ya es tarde. La regla de oro en la hidratación es “bebe cuando no tengas sed”. Esperar a tener sed para hidratarnos es un gran error. Que consigamos elevar nuestro rendimiento en una prueba o terminar un ejercicio con una fatiga menor, puede depender de si nos hemos hidratado antes de hacer el ejercicio y no esperar a tener sed.
La sudoración es un mecanismo de ajuste que presenta nuestro organismo para contrarrestar las alteraciones producidas por el calor. Consiste en la expulsión de agua y sales del interior del organismo hacia el exterior, para que su evaporación sobre la piel la enfríe, con la consiguiente bajada de la temperatura corporal. Este proceso produce unas variaciones en las concentraciones de sales y el organismo intenta equilibrar estas variaciones a través de procesos osmóticos, pasando agua de una región de baja concentración de sales a otra con mayor concentración. Normalmente el organismo le roba agua al plasma sanguíneo, produciéndose una sangre más concentrada, lo cual explica el aumento de la frecuencia cardíaca. Para reponer esta agua en la sangre, el organismo absorbe agua del líquido intersticial, que a su vez se obtiene de las células, provocándose como resultado final una “deshidratación celular”.
Se puede evaluar fácilmente el nivel de deshidratación, simplemente mira el color de tu orina: si es oscura y de color fuerte, es síntoma de que tu organismo esta deshidratado, si por el contrario, vas con frecuencia a orinar y es transparente, es garantía que estás bien hidratado.
Se recomienda hidratarse antes, durante y después del ejercicio o cualquier tipo de actividad física. Como base 2lts diarios a más, según la intensidad, cantidad de tiempo haciendo ejercicio y las condiciones climáticas.
¿Qué quiere decir que una bebida es isotónica?
Una bebida se considera isotónica cuando tiene la misma osmolaridad que los fluidos del organismo. Esto significa que contiene aproximadamente el mismo número de partículas (azucares y electrolitos) por 100 ml y por consiguiente, es absorbida tanto o más rápidamente que el agua.
La mayoría de las bebidas isotónicas comerciales contienen entre 4 y 8 g de azúcar por 100ml, además de sales y minerales.