Por Juan Manuel Jara
La llegada del agua al Partido, además de anegar campos, hizo emerger varias cuestiones vinculadas a canales, alcantarillas, caminos rurales, su mantenimiento y/o falta del mismo. Con las urgencias aparecieron los reclamos, el señalar culpables, y los parches. Un clásico argentino, sin dudas.
La verdad está ahi afuera, era el leit motiv de la mítica serie “Los Expedientes X”, aplicable a varias cuestiones. Y muchas veces, casi siempre, es así. El agua trajo una situación de no mantenimiento de canales y alcantarillas. La responsabilidad de hacer este trabajo le cabe al Municipio, referido como institución independientemente de quién esté a cargo. Pero la falta de estos trabajos de limpieza es compartida y en continuado por las ultimas administraciones, desde hoy y hasta casi dos décadas hacia atrás. Exceso de confianza, desidia, ¿procrastinación? Con cuota parte también de otros actores, porque del otro lado también es justo mencionar que en los canales se han encontrado desde cubiertas, todo tipo de basura y hasta heladeras en desuso.
Con los caminos rurales hay otro tipo de seguimiento. La red del Partido alcanza aproximadamente los 2500 kilómetros, lo cual marca un trabajo de por sí interminable – por no decir utópico- y en continuado. Si no tenés la maquinaria suficiente o en las condiciones necesarias el mantenimiento se transforma en otro parche. Hubo asambleas de productores en distintos ámbitos y el reclamo se hizo escuchar. Está el semáforo que brinda una ayuda, una guía, una suerte de termómetro, pero parcial. Hay productores que empiezan a hablar de consorcios para el mantenimiento y el Municipio sabe que está en desventaja, que la situación lo supera. Entonces, ¿quién podrá ayudarlos? El Chapulín Colorado claramente no, pero quizás un tal Bernardino Capra si.
¿Quién es Bernardino Capra? Un Ingeniero Vial, trabaja en Vialidad de la Provincia de Buenos Aires. Un especialista en el tema, no solo por formación académica sino porque lo lleva en su ADN: su abuelo trabajaba sobre maquinaria vial tirada por caballos, y su padre manejó durante 40 años una motoniveladora.
En estos días de hablar con uno y con otro, me llega una entrevista que le realizaron en el 2019 a Capra desde el sitio “Bichos de Campo”. Al terminar de leerla las preguntas surgen solas: ¿por qué aun no le dieron bola a este señor? ¿Por qué no ponen a uno que sepa?
Capra dice cosas, directamente, sin eufemismos ni tratando de ser políticamente correcto. El problema del mal estado de los caminos rurales tiene solución, pero, por supuesto, dice que “hay cambiar…todo”. Tomar decisiones. ¿La principal? poner gente capacitada para, justamente, tomar decisiones. Mencionaba que “no puede seguir sucediendo que las decisiones respecto de la obra las tome gente que no está capacitada, y en eso incluyo a muchos productores que pecan de voluntarismo”. Entendible desde el cansancio por la falta de respuestas, proponen ellos mismos hacerse cargo de los arreglos. Pero el foco lo pone en la política, en especial habla de los intendentes.
Capra explica que “el camino de tierra es la obra de ingeniería que se empieza a romper ni bien la terminaste, y por eso no la puede hacer nadie que no sepa del tema. Lamentablemente se le anima cualquiera. Pero una cosa es el entusiasmo y otra cosa es la calidad. Tenemos que apuntar que haya gente capaz”.
Interesante los tres puntos que el ingeniero plantea como fundamentales para una verdadera solución:
1- Decisión política: en la Provincia de Buenos Aires “la tiene que poner los intendentes”, que son quienes recaudan la tasa vial de los productores. Según cifras de Carbap, serían unos 7mil millones de pesos al año.
2- Compromiso de la Comunidad: esto implica el apoyo, la concientización y el acompañamiento de todos los que transitan por el campo (productores, contratistas trabajadores rurales e, inclusive, los docentes)
3- Poner a cargo uno que sepa del tema, un especialista: “la erosión en los caminos es fruto del viento, la lluvia, el tránsito y yo le agregaría las malas prácticas”. Pasar una máquina para emparejar es parte de esas malas prácticas que han convertido los caminos rurales en canales. Es tirar esos 7 mil millones de pesos en gente que no sabe de caminos rurales. “Yo entiendo que el político necesita tener a su persona de confianza en lugares de poder, pero en algún momento tiene que haber alguien que sepa hacer las cosas, que sepa de caminos, de hidráulica.”
Y un dato interesante que marca también el retraso o el espíritu de sufrimiento autoinfligido que parece gustarnos tanto. Capra recuerda que, en los años 70, en la Provincia de Buenos Aires había una ley por la cual se transferían recursos solo a los Municipios que demostraran que el tema vial estaba en manos de una persona capacitada y si no cumplían con ciertos parámetros, se le restaba coparticipación.
“A veces decimos ‘el intendente hace lo que puede’ No, el intendente hace desastres. No entiendo a la política y su lógica. Si ponés una persona que sabe y el que sabe fracasa, la culpa es del que pusiste y no anduvo. Pero si el que pusiste hace bien las cosas y arregla los caminos, el mérito será del político”. Y si, Bernardino, tiene sentido, ¡pero evidentemente no la ven!
En las asamblea de productores, más allá de lo urgente, hay una pregunta que siempre aparece: ¿en qué se va la plata de la tasa de red vial?
También para esta pregunta, el Ingeniero Capra tiene una respuesta: “Si yo fuera un usuario, cada vez que se discuta la tasa vial, le pediría al intendente un plan para ver en qué va a gastar esa plata. Cuando el que administra los recursos se ve observado e interpelado por la sociedad, las cosas funcionan mejor”.
Por todo esto, será mucho pedir hacer un cambio en serio y, para variar, como dice Capra, ¿poner uno que sepa? La verdad sigue estando ahí afuera.