(por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
¿Por qué es tan importante controlar que los índices de colesterol no se disparen?
Porque ellos indican que tus arterias se están tapando y corren riesgo de un ataque cerebro vascular abrupto. Según la Fundación Cardiológica Argentina el 45% de las muertes en nuestra sociedad se sebe a enfermedades cardiovasculares. El 70% de ellas por infarto de miocardio y el 30% restante por accidentes vasculares cerebrales.
Mientras que el interior de las paredes de las arterias o vasos sanguíneos normales es liso y flexible y eso permite que la sangre fluya llevando oxígeno y otros nutrientes a diferentes partes del organismo. Cuando tenés el colesterol elevado, las grasas se acumulan sobre las paredes de los vasos formando un depósito llamado Placa Aterosclerótica. Cuando las arterias se tapan súbitamente se produce un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular ACV o Hemiplejia.
Numerosos estudios muestran la fuerte relación que hay entre el colesterol de baja densidad (LDL) o colesterol malo. Y el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, y hasta la muerte.
Dentro de los adultos que mueren por enfermedad coronaria, más de un tercio tiene un nivel de colesterol total mayor a 240 mg/dl. Con ese número el rango de enfermedad coronaria es el doble que cuando el colesterol total es menor a 200 mg/dl. A su vez los bajos niveles de colesterol de alta densidad (HDL o colesterol bueno) se asocian y también con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en adultos. “Cuanto más bajo parece ser el colesterol, más sanos y menos eventos vasculares se padecen”.
Las peores amenazas:
Si bien el colesterol es una sustancia grasa producida por el hígado, que interviene en la formación de las paredes de las células, y también en la de otros compuestos como algunas hormonas y las sales biliares, los alimentos de origen animal (huevos, carnes, grasas, lácteos enteros) son una fuente externa de colesterol, por eso hay que tener en cuenta que la obesidad es uno de los factores que más inciden en el aumento del colesterol. En ese sentido la FCA asume como alarmante los datos sobre la obesidad infantil en la argentina: Casi el 10% de los chicos de 6 meses a 6 años tienen sobrepeso u obesidad, además se calcula que el 20% de los jóvenes menores de 20 años y alrededor del 50% al 60% de los adultos tienen un peso por encima del saludable.
Hace siglos atrás la arterioesclerosis no existía porque el hombre trabajaba, caminaba para buscar su alimento y realizaba un gasto energético enorme. Actualmente el SEDENTARISMO, las presiones económicas, la posibilidad de acceso inmediato a comidas de mala calidad y el estrés, son factores que se potencian y que disparan los marcadores hereditarios.
Por eso, hay que tener en cuenta que la triada “alimentación inadecuada, más obesidad, más sedentarismo” es el principal enemigo de la salud cardiovascular.
En torno al 75% de las tasas elevadas de colesterol tienen procedencia genética, pero a pesar de la influencia de los genes todos los casos son agravados y presentan sus procesos acelerados debido a los factores de comportamiento. Esto es, una alimentación desarreglada y el sedentarismo aumentan los niveles de colesterol y las chances de sufrir problemas recurrentes. Científicos afirman que las dolencias cardiovasculares arterioescleróticas se relacionan, en proporción directa y duplicada con los niveles de colesterol. En otras palabras cada 1% que se reduce el colesterol el riego cardiovascular cae un 2%.
Dieta anti colesterol:
La Fundación Cardiológica Argentina nos recuerda que hay que seguir una buena alimentación el resto de la vida y no solo hasta normalizar los valores. Hay alimentos
LIMITADOS U OCACIONALES:
Pastas rellenas y frescas, azúcar y mermeladas, mariscos. Mondongo, corazón, quesos magros, huevo entero, jamón magro.
NO PREFERIDOS O CASI PROHIBIDOS:
Vísceras, hígado, riñón, fiambres, manteca, frituras, galletitas, facturas, margarinas sólidas, helados cremosos.
PERMITIDOS:
Frutas, verduras, pescados de agua fría, pollo sin piel a la parrilla, lácteos descremados, pan integral, carnes magras grilladas, pastas secas.