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miércoles, 27 noviembre, 2024

Emprendedores: Las lecciones del fracaso emprendedor, que te hacen aprender a la fuerza

El fracaso no es una batalla perdida, sino que es una escuela de experiencias.

(Por Lic. Gonzalo Merlo)

Fracaso es una palabra que cuesta pronunciar. Pero saber qué has aprendido, por qué te han ocurrido las cosas y cómo evitar que te vuelvan a ocurrir es la clave para tener éxito en el futuro con tu próxima idea de negocio. La palabra fracaso, es un duro golpe para nuestro ego. Reconocer que un proyecto emprendedor no nos salió bien, es una prueba dura. A veces cuesta tanto decirlo que lo mantenemos oculto, no sea que alguien se entere y piense: “ese es el vivo que quería tener su propia empresa,… mejor si hubiera seguido trabajando como la gente normal”…

Pero, ¿qué es un trabajo normal? o mejor dicho, ¿por qué creemos que emprender no es un trabajo normal?

La mayoría de las veces es por la educación que hemos recibido, donde no se premia al que se arriesga, si no que se le apunta con el dedo. Además los gobiernos tampoco facilitan las cosas, porque estás obligado a pagar un montón de cosas, antes de abrir la persiana de tu primer negocio. Si después va bien o mal, no importa, siempre que hayas pasado previamente por caja…

 

Lecciones que se aprenden de un fracaso emprendedor

Emprender es un camino, en promedio se tarda 5 años y 3 proyectos fallidos, para que un emprendedor alcance el “éxito”. Ese periodo de tiempo, los fallos, fracasos, errores y aciertos, es aprendizaje muy valioso que nos ayudará a conseguir el éxito. A veces, el fracaso es duro, perdes dinero, tiempo, amigos e incluso la familia. Cada uno debe ponerse los límites, pero emprender por si no lo sabías, tiene sus riesgos y acertar en tu primer negocio como emprendedor es muy difícil, y más aún si no tomar medidas para reducir el riesgo a la hora de emprender.

Dicho esto, el fracaso te enseña mucho más que el éxito. A pesar de la rabia inicial, si tienes la calma y autocontrol necesarios y analizás cada situación, aprenderás mucho más que si hubieras acertado y hubieras lanzado un negocio mediocre.

 

Te cuento algunas cosas que es común en el fracaso emprendedor y te van a ayudar:

 

El estudio de mercado no es contar la idea a tus amigos

Es un error realizar encuestas, entrevistas y cuestionarios que planteamos para nuestros “clientes”, a nuestros amigos, familiares y conocidos.

No es lo correcto, ya que reunimos un puñado de datos que nos animaran a seguir, pero que no tienen fundamento. Es como cuando invitas a merendar a tus amigos para enseñarle a tu hijo. Después de 9 meses y medio de embarazo, 78 horas de parto, 4 meses sin pegar ojo,… ¿Cómo te va a decir alguien que es feo?

Elegir al cliente objetivo, es la clave de que haya o no negocio.

Muchos emprendedores creen que su producto es para todo el mundo y resulta que no es así. El querer abarcar un espectro de personas tan grande, no nos permite hacer un buen estudio del cliente, ni conocerlo ni por supuesto empatizar con él.

No tener una propuesta de valor sólida, es un mal negocio

La propuesta de valor debe ser concreta y potente. Es un recurso para transmitir de manera objetiva y directa las ventajas que una empresa puede aportar a sus clientes. Mostrarle a tus clientes lo que tu empresa puede ofrecer, es indispensable para involucrarlos.

Ser innovador y además más barato, no suele ser posible

Ver que hay un producto o servicios que parece tener características similares, nos lleva a pensar que lo vamos a hacer mejor. Seguro que a las otras empresas no se les había ocurrido nuestra idea, así que como somos más vivos que nuestra competencia, nos lanzamos…. Al vacío.

Lógicamente, la competencia sí había pensado en la solución que nosotros queremos aportar, pero era tan compleja, que ni ellos lo hicieron, ni por supuesto a un precio menor.

 

Seguro que esta idea no se le ha ocurrido a nadie más.

Esta afirmación suele ser común cuando empezamos un emprendimento. Las probabilidades de que a nadie se le haya ocurrido antes una idea son muy bajas teniendo en cuenta que somos 6.000 millones de personas las que poblamos la Tierra. Si no hacemos caso de las probabilidades, basta con mirar algo tangible como las patentes.

Con esta idea nos llenamos de plata…

Ja, ja, esta sí que es buena, porque es una de las más habituales. Muchas veces no es que lse sienta que el proyecto es para hacerse rico, pero se le vé tanto potencial, que nos lo llegamos a creer. No es una buena motivación pensar que te vas a hacer rico, porque no se suele cumplir y cuando las cosas se tuercen es un valor muy débil para ayudarte a superar los problemas.

¿Tendré problemas con el equipo? Seguro que no, si somos amigos…

El equipo emprendedor es clave para llevar el proyecto adelante. Deben tener objetivos alineados, implicaciones parecidas y perfiles heterogéneos. De no tener estas claves, las probabilidades de que el proyecto acabe en éxito, se reducen a la millonésima parte.

Lic. Gonzalo Merlo

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