(Por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
Se entiende por elongación a la actividad mediante la cual una persona estira y relaja los diferentes músculos del cuerpo a fin de prepararlos para el ejercicio o para permitirles descansar después del mismo. La elongación es una parte de la rutina deportiva ala que muchas personas suelen no prestarles la atención adecuada, lo cual puede fácilmente significar lesiones e incluso lastimaduras de gravedad.
Es por esto que se recomienda en gran medida realizar una elongación adecuada de aquellos músculos que vayan a ser utilizados en el ejercicio a fin de poder sacar del mismo los máximos beneficios evitando cualquier tipo de complicación o dolencia muscular.
La elongación es una acción simple que por lo general no requiere demasiado esfuerzo y que tampoco sirve a la hora de contar cuantas calorías se gastan.
Esto es así ya que la elongación no exige demasiado al musculo, sino que simplemente se lo prepara para la acción posterior. Así la elongación no debe confundirse con la rutina de ejercicios porque como tal no sirve a fin deportivo.
El principal objetivo de la elongación es la de preparar y calentar el musculo para el posterior ejercicio. Para poder entenderlo, debemos partir del hecho de que los músculos están fríos cuando uno está en reposo y llevarlos a una exigencia muy alta de repente y sin trabajo o precalentamiento previo puede significar estiramientos, lesiones, torceduras, dolores de cualquier tipo, algunos más profundos que otros.
Al mismo tiempo, la elongación siempre es recomendable también al finalizar la actividad para que ninguno de los músculos utilizados quede en permanente estado de tensión, pudiendo eso también generar complicaciones.
Dependiendo del tipo de actividad a realizar, la elongación puede variar, por lo general se centra en piernas y brazos, estirando y contrayendo los músculos que forman estos miembros. En casos más específicos también se puede agregar elongación sobre áreas como los tobillos, la cintura, los hombros y el cuello, ya que estas secciones siempre son requeridas y su falta de trabajo puede generar molestias muy recurrentes y desfavorables para continuar con el ejercicio.
Para elongar un músculo hay que incrementar la longitud que tiene al momento de estar en reposo. Esto debe hacerse con cuidado para no dañarlo. Si la elongación se lleva a cabo de manera correcta, los músculos ganan flexibilidad, se minimiza la tensión y se optimiza su coordinación.
Una vez que el ejercicio intenso finalizo, es recomendable volver a realizar una sesión de elongación para que los músculos se adapten de a poco al estado de reposo y así evitar que se pongan duros al enfriarse.
Las lesiones por una elongación adecuada se puede producir por lo que se conoce como elongación muscular, que es una elongación leve que tiene lugar por unos micro desgarros de las fibras musculares que han sido llevadas al límite de lo que es su capacidad de estiramiento.
Los síntomas de esta mencionada elongación son el dolor, la rigidez, e incluso la incapacidad de esa zona que está afectada por aquel.
El cansancio, la falta de calentamiento, la deshidratación, un esfuerzo prolongado o un entrenamiento no adecuado son algunas de las causas que pueden llevar a esa elongación muscular. Ante la misma será necesario cesar la actividad física que se está realizando.