17 Mar 2025
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Nueve de Julio

El Editorial del Lobo

TENES QUE SER MUY COBARDE PARA PEGARLE A LOS JUBILADOS

La brutal represión en el Congreso confirma la esencia del gobierno y deja de lado las formas de la democracia. El salto de confrontación que estimula la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich abre un escenario nunca visto.  El salvaje operativo represivo que diseñó  puede ser leído como un eslabón más en la cadena de terror que impone como forma de acumulación política, hacia el interior del Gobierno y de los círculos del poder. Sin embargo, la movilización que terminó en las puertas de la Casa Rosada, puede tener consecuencias impredecibles y generar una escalada en un momento inadecuado.

TIRARON A MATAR, esa fue la conclusión que arrojó la primera reconstrucción de la trayectoria del disparo del tubo de gas que impactó en la cabeza del fotógrafo Pablo Grillo, que realizó el mapa de la policía, esto se desprende de la plataforma que busca visualizar, identificar y denunciar situaciones de violencia institucional en la ciudad de Buenos Aires.

La recomposición concluye que la trayectoria del proyectil “no se corresponde con ningún protocolo de uso de las granadas de gas”, y aclaran que “la trayectoria (del disparo) es directa hacia Pablo Grillo”. Todo esto es parte del análisis realizado por los peritos científicos,

En el informe los peritos concluyen que “el disparo ocurrió a las 17:18:05hs”. Además señalan que había dos carros hidrantes, uno color verde de Gendarmería Nacional y otro azul de la Policía Federal. En ese sentido, aclaran: “El disparo estuvo originado en el cordón uniformado del lado N y adyacente al hidrante de la Policía Federal”.

“Se observa en el video que tanto el origen del disparo como la trayectoria del proyectil  está ligeramente inclinada hacia abajo y no impacta sobre ningún objeto intermedio ni el piso. Este comportamiento no se corresponde con ningún protocolo de uso de las granadas de gas y la trayectoria es directa hacia Pablo Grillo”, aclararon los peritos.

Quien ponía bombas en los colegios -según los propios dichos de nuestro Presidente Javier Milei-, tiene la teoría que el Peronismo organiza golpes de Estado callejeros. La ministra piensa que el estallido social que sufrió el gobierno de Fernando de la Rúa en diciembre de 2001 fue un plan elaborado por el peronismo de la Provincia de Buenos Aires. Otra de sus fijaciones es la marcha que en diciembre de 2017 se produjo frente al Congreso Nacional cuando se impulsó la reforma de movilidad jubilatoria. La congregación tuvo incidentes y el gobierno de Macri inventó su número. Dijo que se habían arrojado 14 toneladas de piedras.

La realidad es siempre la misma, no es necesario cursar en la Universidad de HARVARD para entenderlo. En aquellas ocasiones, ante el fracaso del esquema económico, los especuladores ven que el Gobierno estaba endeudado y se quedaba sin dólares, vendieron sus posiciones en pesos, compraron dólares y se fueron. El peso se devaluó, la inflación se disparó y nunca más pudieron estabilizar el tipo de cambio y la economía en general. No fueron las marchas contra el ajuste.

Son frescas las imágenes de Bullrich impulsando la ruptura de medidas de seguridad durante la pandemia, liderando cortes de avenida y calles con la idea de provocar agitación y luego impulsar el juicio político contra el gobierno de Alberto Fernandez o, si vamos a su pasado, como integrante de la mesa montonera el 29 de mayo de 1979 en París, bajo el seudónimo de “Carolina Serrano” o “Cali”. Como el ladrón, la golpista que ponía bomba en los colegios cree que todos son de su condición.

EL LOBO

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