(por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
El cuerpo humano, como el de cualquier otra criatura viva, tiene una función biológica fundamental: reproducirse y asegurar la supervivencia de su descendencia. Eso, sin embargo, solo es posible cuando todos los sistemas del cuerpo funcionan juntos con eficiencia para mantener la salud. Cada sistema del cuerpo humano tiene su función como entidad separada, y a su vez cada uno es dependiente de los otros para el apoyo físico y bioquímico, como una verdadera cooperativa en funcionamiento.
En los próximos artículos describiremos cada sistema que conforman el cuerpo humano, su estructura, funcionamiento y conozcas como estamos hechos.
Sistema Óseo:
El esqueleto es la estructura sobre la que se construye el resto del cuerpo. Los huesos también juegan un papel en los otros sistemas: los hematíes y leucocitos de la sangre crecen y se desarrollan en el tejido graso interno conocido como tuétano.
Los minerales almacenados en los huesos duros, especialmente el calcio, son liberados cuando el cuerpo lo necesita.
En un hueso hay mucha más vida de lo que cree la mayoría de la gente. El esqueleto vivo, aunque duro, es una estructura flexible, recorrida por la sangre y se encuentra en estado de constante crecimiento y renovación. Hasta los huesos de los esqueletos descubiertos por los arqueólogos cuentan una historia: A menudo revelan mucho sobre la edad de la persona muerta, el sexo, la altura y el peso, las actividades y si era carnívoro o vegetariano.
El volumen y la fortaleza de los huesos a edades avanzadas dependen básicamente de la salud de la persona en el transcurrir de la vida cotidiana, los estímulos provocados desde la actividad desarrollada, si es sedentario o una persona activa.
El exceso de peso, aumenta el riesgo de desarrollar osteoartritis, mientras que una dieta rica en calcio, combinada con un ejercicio moderado y regular, reduce el riesgo de una serie de enfermedades óseas.
Huesos del cuerpo humano:
Lo bastante fuertes como para soportar el peso, y lo bastante ligeros como para facilitar el movimiento, los huesos también ofrecen protección a los órganos internos y almacenan la mayor parte del calcio, fosforo y algún otros minerales que necesita el cuerpo, como las sales de magnesio, mientras que los huesos vistos en un museo parecen secos y rígidos, los huesos vivos son un húmedo hervidero de actividad.
La medula de los huesos es donde se producen los hematíes y algunos leucocitos.
El esqueleto:
El número exacto de huesos existentes en el esqueleto humano varia, pero por término medio hay 206 huesos de diversos tamaños y formas. Todo el esqueleto está dividido en dos partes principales: los huesos centrales del cráneo, las costillas, la columna vertebral, y el esternón forman el esqueleto axial. Los huesos de brazos y piernas, juntos con la escapula, la clavícula, y la pelvis, forman el esqueleto apendicular.
Enlace espinal: el enlace de las vértebras de la columna vertebral ofrece una fuerte protección ósea para la medula espinal.
Ayudado por musculos y ligamentos también soporta el cráneo, sostiene el cuerpo erecto y permite girar y doblar el tronco.
Diferencias sexuales: la pelvis tiene un aspecto general similar en ambos sexos, pero la estructura es más superficial y ancha en las mujeres para permitir la función especializada del parto. Dispuestos para formar un anillo, los fusionados huesos pélvicos constituyen un fuerte fundamento para la parte superior del cuerpo y protegen partes de los sistemas reproductor, digestivo y urinario.
Forma de los huesos: Las diversas formas de los huesos reflejan los diferentes papeles que juegan en el cuerpo. Los huesos alargados se elevan y descienden como palancas. Los huesos cortos son útiles puentes, y los planos son conchas protectoras efectivas. Los pequeños y redondeados huesos sesamoideos se hallan dentro de los tendones o en las capsulas de las articulaciones. Entre los huesos irregulares están las vértebras, los huesos de la cadera y algunos huesos de la cara.