(Por Mónica Gomez)
Crecí una ciudad grande donde tenía todo a la alcance de la mano, todo resuelto.
Mi niñez y adolescencia la transitaba de la misma forma que mis pares, nuestras vida social se sorteaba entre ir a casa de amigos, el club, el colegio, salidas y cines. Era común en estas actividades la compañía de un adulto ante las preocupaciones por las situaciones de inseguridad. Aun así me sentía privilegiada. Fui a colegio del estado, a la faculta pública y contaba con la dicha ir a clases en colectivo y estar en tan solo 25 minutos.
Mi percepción de esa vida me llevo a pensar que todo lo que tenemos en la ciudad es lo que necesitamos. Las luces de los edificios y los magnánimos negocios nos enceguecen, ignorando que hay otras realidades, ni mejor, ni peor, distinta. A lo largo de mi experiencia como ambulante esas situaciones se hacen visibles y las gratas costumbre de cada lugar nos hace experimentarlas.
En mi actual destino descubrir la educación desde un estilo de vida impensado, me acerco a los distintos aspectos que encuadran las relaciones humanas con el entorno en el que viven. Aquí encontré una institución educativa que enseña bajo las disciplinas del campo.
Pero ¿qué es el campo? y que creemos que es, son dos cosas totalmente distinta para alguien que nunca lo coexistió. En la escuela Agraria los aspectos de la vida de sus alumnos están situados en una gran organización de las funciones del manejo del campo, de la producción y el abastecimiento interno y del mercado local.
La mirada de un niño que se forma bajo estos preceptos se construye con una gran percepción del trabajo y la responsabilidad de su intervención al medio que lo rodea. Ganadora de premios, las escuelas agraria tiene una cultura disciplinaria donde forma personas con grandes valores, aporta el perfeccionamiento a las actividades que sus padres o familiares realizan, ese contacto con la raíz de su naturaleza como sociedad, los lleva a desarrollarse como futuros hombres y mujeres de ampo que gestan relaciones de respeto tanto por el suelo que les provee como por el producto que alcanza.
La educación es fundamental para el desarrollo de un individuo y más para el desarrollo de la sociedad. Esta clase de educación también fortalece la correlación con el medio en el que vive, defendiendo la cultura ancestral y erradicando la situaciones de desarraigo que hay en las zonas agrarias por parte de los niños y adolecente. Es llegar con la educación a donde antes solo había trabajo.
Los niños se convierten en pequeños productores y crean una independencia responsable que es sublime para los que pudieron conocer la modalidad de vida de los que asisten.
Pollos, cerdos, leche quesos, dulces y conservas son las practicas que se elaboran por los alumnos bajo ayuda de profesores que se abocan a la tarea en pos de los chicos.
La receta de hoy no es de mi autoría, la aprendí a hacer de mi gran compañero que tiene la cualidad de que las preparaciones con gusto a hogar son las que mejor les salen. Él conoció la escuela y bajo mi sensación hubiera sido muy afortunado de haber asistido a una institución de esas características, gran amante del campo. Hoy les prepara un escabeche de pollo. Para mí, el más rico.
Escabeche de pollo
Ingredientes
- 2 supremas de pollo ( o en su defecto 4 piezas )
- ½ kg. de zanahorias
- ½ kg de cebollas
- ½ morrón rojo
- ½ litro de vinagre de alcohol
- ½ litro de agua
- 250 cc. De aceite
- Laurel
- Granos de pimienta
- Pimentón (a gusto )
- Sal
Procedimiento:
Hervir las pechugas o presas de pollo aparte, para que en la cocción del escabeche no desprendan la espuma blanca característica del pollo.
Por otra parte en una olla colocar, el vinagre, el agua y las verduras cortadas en bastones junto con el laurel y la pimienta. En particular en este paso cocinamos por 15 minutos y luego agregamos el morrón y el pollo ya cocido. Dejamos cocinar la preparación por 10 minutos más o hasta que las verduras estén listas. Retiramos del fuego y agregamos el aceite. Si querés podes agregarle una cucharada de pimentón. No te olvides de salar la preparación. Este escabeche con la proporción de vinagre que contiene va a durar hasta una semana en la heladera. Si deseas que sea más tiempo, el nivel de acidez tiene que ser mayor así que te sugiero que tenga un 75% de vinagre y un 25% de agua.
Te recomiendo que lo hagas, es una gran receta y en mi familia ya es un clásico.