Hacia el cambio…¿y hacia la unidad?. El domingo sorprendieron los resultados. Aunque no del mismo modo que a nivel nacional. Se intuía en el clima de opinión local que la sociedad se volcaría hacia el cambio pero nadie previó que el margen entre el primero y el segundo candidato sería por una brecha tan extensa.
Mariano Barroso, del Frente Cambiemos, ganó por el 51,23% de los votos y, a partir del 10 de diciembre ocupará el sillón de Tomás West. Pero lo hizo con una diferencia de más de 16 puntos (el frente Para la Victoria, representado por Horacio Delgado, obtuvo un 34,92%), un hecho que sorprendió tanto a vencedores como a vencidos.
También sorprendieron el tercer y cuarto lugar. Un Lovisolo (del Frente UNA) que no logró contar con el mínimo para ingresar a su primer concejal al Concejo Deliberante pero que se demostró satisfecho al ubicarse en tercer lugar, nada más ni nada menos que antes de Marianela López, de ya una extensa trayectoria política.
En el cuarto lugar, quedó posicionada Marianela que reconoció que acompañar a Stolbizer y ante la creciente figura de Massa, la colocaba en “desigualdad de condiciones en la contienda electoral”.
La victoria de Cambiemos fue amplia y contundente y, quizás lo mejor, fue que se dio en un clima de total normalidad en los comicios.
Sin lugar a dudas, la derrota fue muy dura para el Frente Para la Victoria que tenía todas las expectativas después de haber perdido en casi todas las elecciones en contra de Battistella. El 2015 se abría como una buena oportunidad para ellos: primero porque enfrentaban a un nuevo rival. Y, en segundo lugar, porque era un tanto más inexperto.
Resultados que, seguramente repercutirán internamente en el justicialismo local y que inevitablemente traerán sus consecuencias.
El domingo los nuevejulienses dieron acabadas muestras de que la experiencia y la trayectoria no hicieron mella en la población que prefirió aventurarse por un cambio de raíz. Y lo demostró, apostando por el joven contador que tendrá varios desafíos por sortear.
El primero de ellos indudablemente será buscar alianzas y consensos en los disensos para gobernar. La voluntad y los discursos están y no solo en quienes triunfaron. Así se vio en el apoyo incondicional que brindó el intendente Walter Battistella durante la campaña y en el abrazo fraterno que Horacio Delgado, dio a su contrincante electoral, cuando los resultados ya estaban a la vista.
Ahora se deberá ver si los dirigentes locales aplican en la práctica lo que tanto pronunciaron en la teoría. Como dice el refrán: la palabra convence, pero el ejemplo arrastra. De ello dependerá, más allá de los gobiernos a favor o en contra que se tengan a nivel provincial o nacional, el destino de los nuevejulienses.