El duelo, según Freud, es la reacción frente a la perdida de una persona amada. Dicha reacción es universal, y es un proceso por el que todos pasamos. Si bien depende de los tiempos de cada uno, es imposible no transitarlo.
En nuestra cultura, los velorios sirven para dar un cierre simbólico al paso de una persona en este mundo. Es la finalización de su etapa, y es el momento, en el que sus seres queridos se despiden por última vez.
Este ritual, se vio afectado este último año, ya que aun en la actualidad, siguen prohibidos los velorios. Por lo que despedirse de alguien, (para aquellos que perdieron un familiar o amigo) estos últimos meses, fue complejo, ya que no fue por una decisión propia no asistir a su despedida, sino que fue impuesto por alguien más, en este caso, el estado, para la prevención del contagio del COVID-19.
Ahora bien, ¿Cómo se actúa en esos casos? ¿Cómo poder darle un cierre simbólico cuando están prohibidos los velorios? Podría pensarse en la posibilidad de adoptar nuevas formas de cerrar ese ciclo, de buscar alternativas, aunque no sean las que estamos acostumbrados. Pensar otros caminos viables para despedirnos de quienes necesitamos, ya sea de una forma particular, o adoptando costumbres de otras culturas como propias.
No está mal optar por otras formas de transitar el duelo. Cada persona lo vive de un modo distinto a la otra, por lo que sería propicio que lo que decida cada uno, ayude a hacer más amena la perdida y poder darle el cierre correspondiente, para poder luego, atravesar el duelo de una forma tranquila.
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Diplomada en PSicooncología