Tras la decisión del Consejo Federal de Salud, el Gobierno de Kicillof empezó a vacunar a los chicos y chicas de la provincia.
Tras el consenso establecido en el Consejo Federal de Salud, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires comenzó este miércoles la aplicación de dosis de refuerzo Covid-19 en la población de entre 5 a 11 años, y después, de 120 días de completado el esquema de vacunación inicial.
Según informó el Ministerio de Salud, esta nueva etapa en la campaña de vacunación se considera al contar con suficiente información sobre la seguridad de estas vacunas en población infantil y la llegada del frío que trae el aumento de enfermedades respiratorias, por lo que se vuelve primordial reforzar los esquemas de vacunación contra el Covid.
Es por esto que se acordó la necesidad de avanzar con los refuerzos ya que la efectividad de los esquemas primarios disminuye su efectividad con el tiempo, incluso en población pediátrica.
Expertos y expertas remarcaron que la carga de enfermedad Covid-19 en niñas y niños no es tan leve como se estimaba al comienzo. Esto fue constatado con la variante Ómicron, y existe evidencia de la posibilidad de casos con secuelas a largo plazo, incluso en cuadros iniciales leves.
Según un estudio realizado por el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires, la protección de un esquema de dos dosis de vacunas contra la hospitalización bajó al 58% en los niños ante la irrupción de Ómicron como variante predominante. Desde el inicio de la pandemia hasta la primera quincena de marzo, el 8% del total de los casos confirmados en el país correspondieron a menores de 17 años. La letalidad específica del Covid-19 en niños y adolescentes fue del 0.05%: fallecieron 342 niños y adolescentes.
En el análisis efectuado por la cartera sanitaria bonaerense se evaluó el impacto de la vacunación en niñas y niños y adolescentes sobre las hospitalizaciones en el contexto de la circulación de la variante Ómicron BA.1 entre diciembre y enero, siendo que para este trabajo se incluyó a 1,5 millón de niños y adolescentes, de los cuales 96.046 aún no habían sido vacunados al momento del cierre del estudio. Los resultados de este análisis señalaron que la efectividad de las dos dosis para prevenir cuadros graves en niños que requieren hospitalización llegaba al 83% cuando estaban circulando tanto las variantes Delta como Ómicron en diciembre pasado. Pero luego cayó al 58% cuando Ómicron se convirtió en predominante. (DIB)