(Por Lic. Magdalena Maineri)
Estamos en un momento social y cultural de continuo cambio. Los paradigmas adoptados por nuestros antecesores comenzaron a tambalear, lo que dio como resultado una revisión de éstos, tratando de actualizarlos para que puedan encajar en el pensamiento actual.
Debido a eso, sería de gran ayuda empezar a normalizar algunas cuestiones:
Hablar de salud mental e ir a terapia sin tener la necesidad de estar tocando fondo.
Tatuajes y piercings visibles en entornos profesionales, ya que las personas tienen derecho a expresarse libremente y decidir qué hacer con su cuerpo sin tener que recibir críticas por ello.
No tener que explicar tus decisiones a otras personas, sobre todo, si no los involucra en primer lugar. Una cosa es que vos quieras hacer parte a otro de tus elecciones, otra cosa distinta es escuchar críticas por el simple hecho de sentir la obligación de tener que contarlo.
No asumir la sexualidad de alguien más. Las personas de tu entorno, no están en la obligación de tener que contarte qué deciden a hacer con su intimidad.
Rupturas en amistades. Actuamos como si la amistad fuera pura y duradera, pero las amistades también pueden ser tóxicas y abusivas. Está bien alejarse de las amistades que ya no suman.
Todos los cuerpos son diferentes, y eso está bien. Empezá a aceptarte con “lo que tenés” y “lo que te falta”, no solo tratando de responder a un mandato o ideal.
Seguro alguna de las premisas anteriores ya las escuchaste. Tal vez, ya las estás poniendo en práctica… pero si eso no sucede hasta ahora, te invito a que comiences a implementarlas. Por otro lado, abrir la caja de “aquello que tenemos que normalizar”, e incluir alguna otra idea a la lista.
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