(Por Marina Suárez, Técnica en criminalística y criminología)
En los comienzos de la criminología, dentro del abordaje que permitía esta ciencia en cuando el estudio del comportamiento del delincuente que lo llevó a cometer determinada conducta antisocial o delictiva, prevención, control social, también debía considerarse a la víctima, pero nunca se le dio demasiada importancia hasta la llegada de Mendelshon, quien estudia las diferentes víctimas dando lugar a una nueva disciplina independiente llamaba Victimología.
Y es muy interesante una clasificación que realiza Mendelshon desde el punto de vista represivo donde divide en grupos:
Primer Grupo: la víctima inocente, en este caso le será aplicada al infractor la totalidad de la pena o integral, sin ninguna disminución, debido a que la víctima no ha tenido ningún rol.
Segundo grupo: la víctima provocadora.-La Víctima por imprudencia.-La víctima Voluntaria.-La Víctima por ignorancia.- Estas víctimas han colaborado en la acción nociva y existe una culpabilidad reciproca, por la cual la pena debe ser menor para el victimario.
Tercer grupo: La víctima agresora.- La Víctima simuladora.-la Víctima imaginaria.- En estos casos son las victimas las que cometen por si la acción nociva y el inculpado debe ser excluido de toda pena.
La Víctima Provocadora: es la que desempeña un rol decisivo desde el punto de vista etnológico porque incita al delincuente a cometer la infracción. Describe dos tipos: el pasivo y el activo.
El tipo pasivo (provocación indirecta) es el individuo que por su negligencia o imprudencia favorece la situación propicia para el crimen, incitando indirectamente al delincuente a accionar. Ejemplos clásicos, son el automovilista que deja sin cerrar correctamente el automóvil en la vía pública o con las llaves puestas de la cerradura, otro ejemplo el comerciante que expone la mercadería de manera atrayente pero muy a la mano de los clientes y sin vigilancia ostensible.
El tipo Activo (provocación directa) este tipo de victima desempeña un rol más concreto y relevante en la descarga del crimen. Existen dos variedades: la victima consciente y la no consciente.
La víctima consciente es la que incita a la acción como agente provocador. Desea el acto delictuoso y hace todo lo que puede y esta a su alcance para que se produzca: toma la iniciativa, solicita y exige la intervención.
La víctima no consciente; que provoca la acción. En estos casos la víctima, al contrario del señalado tipo anterior, no incita al acto lo provoca con sus reacciones conscientes o inconscientes, aquí las variedades principales son:
-La Víctima del acto cometido por el otro en estado de legítima defensa.
-La Víctima “precipitante”. Este término señala a la persona que ha provocado el acto cometido en su contra.
-La Víctima que por actos injustos o bien por insultos ha hecho perder al victimario su “sangre fría” y lo ha incitado al atentado en su contra.
Se han descripto algunos de los tipos de victimas que menciona este gran precursor de la Victimologia como es Mendelshon. y de acuerdo a lo que menciona es muy importante analizar cada caso en particular, muy minuciosamente para determinar estas cuestiones para poder resolver el conflicto, siempre llegando a la verdad con el cuidado y compromiso que asuma cada profesional. “A veces la Victima no es tan victima”.
Es necesario llegar a la verdad de una manera imparcial y transparente.