Según el Reporte Mundial de Alergias de la Organización Mundial de la Salud, la rinitis alérgica es una de las afecciones crónicas más comunes a nivel global, y por lo general persiste durante toda la vida. Esta problemática afecta a más del 40% de los adultos, y su prevalencia ha aumentado en el último siglo.
Comparada con otras enfermedades, la rinitis alérgica no parece seria o grave, ya que no está asociada a manifestaciones severas o mortalidad, pero tiene un elevado impacto negativo en la calidad de vida de los pacientes que la padecen.
Los síntomas de esta enfermedad son gran cantidad de estornudos, rinorrea (mucosidad que sale por la nariz), obstrucción nasal y picazón nasal. El goteo posnasal, (mucosidad que cae por la parte posterior de la garganta), la tos, la irritabilidad y la fatiga son otros síntomas comunes. Algunos pacientes experimentan picazón en el paladar y el oído interno. Las personas con conjuntivitis alérgica concomitante también pueden experimentar picazón en ambos ojos, lagrimeo y / o ardor.
La rinitis alérgica es causada por una reacción nasal a pequeñas partículas en el aire llamadas alérgenos (sustancias que provocan una reacción alérgica). En algunas personas, estas partículas también causan reacciones en los pulmones (asma) y los ojos (conjuntivitis alérgica).
Los alérgenos que más comúnmente causan rinitis alérgica estacional incluyen pólenes de árboles, pastos y malezas. Los alérgenos que más comúnmente causan rinitis alérgica perenne (durante todo el año) son los ácaros del polvo, las cucarachas, la caspa de animales y los hongos o mohos.
El médico puede diagnosticar la rinitis alérgica haciendo un examen físico de la nariz y faringe (garganta). Determinadas pruebas médicas específicas confirman el diagnóstico y pueden identificar los alérgenos nocivos. La identificación de estos y otros factores desencadenantes a menudo es posible haciendo memoria de dónde estaba y qué estaba haciendo antes de que comenzaran los síntomas, además de identificar la época del año durante la cual ha notado los síntomas.
Entre los tratamientos más frecuentes encuentran: reducción de la exposición a los alérgenos y otros desencadenantes en combinación con la terapia farmacológica; aerosoles nasales de glucocorticoides: tienen pocos efectos secundarios y alivian los síntomas en la mayoría de las personas; antihistamínicos: alivian la picazón, los estornudos y la secreción nasal de la rinitis alérgica, pero no alivian la congestión nasal. Se recomienda evitar el uso de descongestivos nasales tópicos “a demanda” y si los síntomas persisten o se hacen más intensos consultar con un especialista.
(InfoGEI) Mg