(Por Marina Suárez, Técnica en criminalística y criminología)
El Tema suicidio es amplio para poder explicar pero, a raíz de una pregunta que me hicieron por determinadas conductas si eran normales o no, trataremos de traer a la luz esta problemática tan oculta muchas veces.
Creo que no podemos hablar de conductas normales o anormales. A lo largo de la historia, la civilización fue cambiando y adaptándose a diferentes situaciones, también hay diferentes culturas, y tal vez una determinada conducta para algunos es normal y para otros es anormal.
Pero volviendo al tema Suicidio, comenzaré mencionando: “(…) en la época actual, nuestras acciones tienen mayor importancia en el plano legal y de salud. Todo aquello que no se encuentre dentro de los límites legales y criterios de salud es valorado como delito o enfermedad. En lo que compete al suicidio, se lo ha considerado ya hace varias décadas como un problema de salud pública, pues la concepción actual que se tiene dentro de la psicología y la psiquiatría es conocida ampliamente por todos: el suicidio se trata de una enfermedad mental o un comportamiento anormal que va en contra de la salud y el bienestar (Szasz, 1989, Organización mundial de la salud, 2007).
¿Qué entiende la OMS por salud mental? De acuerdo con este organismo, la salud mental no es solo la ausencia de trastornos mentales, sino al estado de bienestar, en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades y puede afrontar las tensiones normales de la vida. Una condición como esta permite el trabajo de forma productiva y fructífera, de tal manera que la persona sea capaz de hacer una contribución a la comunidad. (…)”
“(…) si bien, es cierto que para la OMS las enfermedades mentales (en especial la depresión) y los diversos entornos culturales y sociales constituyen importantes factores de riesgo de suicidio, siempre se refiere a este ultimo como un trastorno mental. Esta concepción de suicidio está amparada en el modelo medico de la salud-enfermedad, por tanto, es considerada como cualquier otra enfermedad, como la gripe, cáncer, diabetes, etc. (…)”
“(…) Las diversas instituciones gubernamentales y de la salud nos han hecho creer que el suicidio es un problema por razones que no son del todo ciertas. En el fondo, tiene que ver con el control de los individuos en la sociedad y con las pérdidas económicas que les genera a los países. (…)”
“(…) Se dice que el suicidio es un comportamiento anormal o atípico, esto quiere decir, un comportamiento que se aparta de la mayoría en la distribución normal poblacional. Son anormales tanto el “loco” que está encerrado en el manicomio como el “genio” que se le otorga un premio Nobel. La diferencia entre ambos estriba en que el comportamiento de uno es valorado como una enfermedad mientras que el del otro como un privilegio de unos pocos. (…)”
“(…) La anormalidad no es inherente a los seres vivos, objetos y eventos de la naturaleza. El concepto de anormalidad no tiene más que el propósito social de clasificar a las personas por interés de unos cuantos. (…)” “(…) cada concepto que caracteriza a un individuo como enfermo mental en realidad es una descripción del comportamiento y no un padecimiento. Una conducta desaprobada no es una enfermedad orgánica como lo es cáncer, diabetes, etc. Se ha supuesto la existencia de conductas intrínsecamente anormales o desajustadas, cuando en realidad la conducta como tal ni es normal ni es anómala, tampoco es buena o mala, correcta o incorrecta. (…)”
“(…) El termino enfermedad mental, como señala Szasz (1989), es algo más abstracto que concreto. Por un lado, la etiqueta enfermedad mental cumple con dos funciones: 1) anular la responsabilidad penal de los actos de quien se comporta, pues si dice que es incapaz de actuar por sí mismo, 2) forma del mecanismo social que tiene por objeto la regulación de las personas por parte de médicos psiquiatras y algunos psicólogos. La etiqueta enfermedad mental no solo tiene un trasfondo histórico, sino también funciona al servicio del poder político y económico vigente para sus propios propósitos. (…).
“Estas líneas compartidas del texto de Mauricio Ortega González, de su libro Comportamiento suicida, ha sido muy interesante.”
Varias concepciones y explicaciones, que solo son algunas, para poder cuestionarnos acerca de las conductas, si son normales o no ante distintas situaciones que pueden sucedernos a diario.