Sobre deudas, buitres, bravuconadas y justicia.
El titulo del presente, que pareciera referido a las crónicas de Narnia, no es más que el encabezamiento de un sencillo comentario a la situación que por estos días vive nuestro país obligado por la Justicia de EE.UU. a pagar/cumplir los compromisos económicos contraído con acreedores a los que folclóricamente denominamos «fondos buitres».-
El tema, según quien lo analice da para escribir muchísimo, sin perjuicio obviamente de la ideología política del analista.
En éste caso, despojado de cualquier «ismo» (peronismo, radicalismo, kirchnerismo, etc.,) pretendo dar mi opinión sobre el punto.
Sobra decir que somos una sociedad que no respeta las leyes y se jacta de incumplirlas. Ello desde el ciudadano común hasta el más encumbrado de los funcionarios. Pero, en defensa del ciudadano común, digo que nuestras violaciones a la ley suelen ser mucho menos peligrosas que las provenientes de un ministro o gobernador.
Así las cosas, y creídos que todos los países del mundo se manejan de la misma forma, nuestros gobernantes no solamente bastardean a la justicia cuando una sentencia no le es favorable, sino que llegan al extremo de investigar y/o destituir a quien cumpliendo con sus deberes (por ejemplo un Fiscal) investiga lo que no debe ser investigado.
Obviamente que si adentro se actúa así, nada hace pensar que afuera vaya a ser distinto. Y no lo es. A modo de ejemplo, recordamos a nuestro Ministro de Economía gritando eufórico que a los «gallegos» de REPSOL no se le pagaría un solo dólar por la expropiación de YPF. Todos sabemos que el ministro Kicillof «sinceró» la negociación y reconoció que el monto acordado superaría ampliamente los 5 mil millones de dólares, y se presume que con intereses y otras cuestiones, se estaría aceptando–solapadamente–la intención de Repsol de cobrar más de 10 mil millones por la nacionalización de YPF. Parece que ya estamos perdiendo hasta la tan mentada viveza criolla, la bravuconada duró poco y Argentina debió pagar más de lo que debía.
Lo mismo ocurrió al negociar la deuda con el llamado «club de Paris». Nuestro representante, no abrió la boca y acató todo lo que los acreedores le impusieron, firmando el pago de una deuda que compromete a futuros gobiernos.
Y como si fuera poco, el último cachetazo lo recibimos de parte de un Juez de EE.UU. que condenó a la Argentina a pagarle a los «fondos buitres» hasta el último dólar adeudado, fallo éste, que fue confirmado por la Cámara de Apelaciones de dicho país. Y resulta importante analizar los hechos que el juez tuvo en cuenta al fallar ordenando el embargo de bienes argentinos, así, el magistrado (que al parecer mira televisión) argumentó que el discurso/bravuconada de nuestra presidenta quien dijo que nadie extorsionaría al país, dando a entender que no acataría el fallo del juez , implicaba una evidente intención de burlar a la Justicia y no pagar. Por dicha razón y otras más específicas, repito, el magistrado ordenó el embargo de bienes/fondos argentinos.
Esto, nos demuestra que lamentablemente tenemos tan arraigado el «qué me importa» que en los más altos niveles de poder se utiliza el mismo lenguaje y actitud patoteril para referirnos a magistrados extranjeros y la consecuencia inmediata es la aplicación de sanciones y/o sentencias adversas. Acostumbrados a patotear a nuestros Magistrados, los funcionarios argentinos van por el mundo sacando pecho como si alguien les temiera y no es así! Nadie le teme a un político que grita o patotea verbalmente!.En los países del llamado primer mundo se respeta la independencia de poderes y los Jueces dictan sentencias que deben ser y son cumplidas.
Luego, con una sentencia adversa, pretendemos negociar, cuando ello debió hacerse mucho antes que el Juez dictara su fallo. Imaginemos que con una sentencia favorables, los «fondos buitres» poco y nada van a querer negociar y lo lamentable de toda esta historia es que como ocurre siempre será el pueblo, el ciudadano, el productor, el laburante quién pagará las consecuencias. Ninguno de los ministros y funcionarios que «negociaron» la deuda va a poner un sólo peso de su bolsillo, será nuevamente el gran pueblo argentino quien una vez más cargue con la inoperancia de sus gobernantes. ¿¿Será que nos lo merecemos??.
Mi opinión, es que no nos merecemos ésto pero que muchas veces somos cómplices pasivos al no participar activamente ante lo evidente. Ello, a mi entender, delata que como Nación no hemos sido capaces de formar una clase dirigente honesta y capacitada. Muy por el contrario, pareciera que Argentina es un país que precisa de caudillos para caminar detrás de sus ideas perdiendo así la capacidad de razonar sobre aspectos fundamentales de nuestra sociedad. La falta de políticas de Estado hace que lo que un gobierno inició el otro no lo continúe y de esa forma, al igual que un péndulo, oscilamos de un extremo a otro sin encontrar equilibrio necesario que se requiere para crecer como sociedad.
Dr. Marcelo Tapia
Abogado (U.B.A.)