Un intempestivo paro docente por una demora en el depósito de los sueldos de junio dejó ayer a la tarde a decenas de miles de alumnos sin clase y a otros tantos padres indignados por la medida que, como fue adoptada alrededor de las 11,30, los tomó por sorpresa.
La “desproporción” entre el percance técnico -un retraso de 4 horas en el depósito de los haberes- y la reacción de los sindicatos docentes generó inquietud en la administración provincial, a punto tal que el presidente del Banco Provincia, Juan Curutchet, anticipó que iniciaron una investigación.
La polémica medida de fuerza generó un amplio malestar en todo el arco oficialista. En Chacabuco, desde el intendente Víctor Aiola hasta los concejales y consejeros escolares salieron a repudiar el paro.
«Me di cuenta casi de inmediato, que nadie pensó en los chicos, que no se dieron cuenta lo que significa para un niño participar de un acto escolar. Me di cuenta que no se pusieron en el lugar de ese niño que quizás no durmió la noche anterior, debido a los nervios y el compromiso de tener que actuar», destacó el jefe comunal.