(Por Prof. Fernando “Cocó” Maineri)
Muchas veces nos preguntamos y otras tantas nos cuestionamos, como pasa el tiempo, como aparece en nuestro cuerpo el deterioro físico, y el paso de los años.
Ahora, alguna vez nos preguntamos… ¿QUE HICE, como invertí ese tiempo en mi cuerpo, en mi salud, para que cuando vaya pasando el tiempo no decaiga el rendimiento y la salud?
¿Qué pasaría si a una empresa le dedicara poco tiempo? ¿O a mi automóvil no le realizara el cuidado de mantenimiento? ¿O a mi propia casa, donde vivimos cada día, no la cuidaría o atendería como lo hago?
Seguramente todo se habría desmembrado, abandonado o fundido, lo mismo pasa con el cuerpo. Pero, a diferencia de una empresa, un auto, una casa, que se desmoronan a veces de forma irreversible, el CUERPO humano SIEMPRE OFRECE UNA NUEVA OPORTUNIDAD DE RECUPERACION.
El hecho de cumplir años, de pasar los 40, muchas veces trae angustias, depresión, porque se entra en la madurez, que comienza el inevitable camino hacia la vejez. O que lo mejor de la vida ya pasó.
El paso del tiempo, no es para deprimirse, sino para recobrar el interés por algo que antes no se tenía: UNO MISMO. La imagen de la juventud, la energía, la vitalidad, la agilidad mental, la salud misma, depende de uno mismo de como decida vivir. Y la actividad física, el deporte, actúa preventivamente en el cuidado de la salud, física y mental.
La actividad física debe ser placentera, divertida, llenar de energía e introducir cambios positivos en nuestro estado de ánimo, en nuestra forma de vivir.
Elegir realizar actividad física es una elección de vida.
Existen componentes de fundamental importancia para el acondicionamiento físico y son críticos para mantener el buen funcionamiento orgánico y la salud.
La resistencia cardiovascular o capacidad aeróbica.
La fuerza y resistencia muscular.
La flexibilidad.
La composición corporal.
El equilibrio y la coordinación.
Los ejercicios aeróbicos son particularmente beneficiosos para el sistema cardiovascular y ayudan a mantener un peso corporal adecuado. Producen cambios beneficiosos en los sistemas respiratorios y circulatorio, por medio de actividades que requieren de un moderado incremento en el consumo de oxigeno; caminatas, carrera, ciclismo, natación, danza, remo, trekking…
Uno de los problemas más frecuentes es el dolor de espaldas (cuello, trapecios) o lumbares. La mayoría de estos trastornos se deben a la disminución o pérdida de la fuerza y resistencia muscular. La fuerza muscular es necesaria para mantener una calidad óptima de vida y es una de las causas de envejecimiento precoz, por la pérdida de la eficiencia o del funcionamiento de los músculos.
La flexibilidad es uno de los componentes básicos de un buen acondicionamiento. Todos perdemos la flexibilidad con el tiempo si no se ejercita. La rigidez de músculos y articulaciones produce un envejecimiento prematuro real, ya que afecta la postura, la forma de moverse e incluso de caminar.
Tener un buen equilibrio y coordinación es fundamental para llevar a cabo las tareas diarias, a medida que se pierde se relaciona con la pérdida de fuerza en el ten inferior, especialmente, gemelos, glúteos, cuádriceps.
Los cambios corporales no se pueden detener con el paso del tiempo, pero si se pueden tratar, retrasar y mejorar la calidad de vida con la actividad física diaria.
La actividad física es la única disciplina que actúa, preventivamente y en el momento de una afección o enfermedad para disminuir su proceso evolutivo.
