La demanda de técnicas para conservar la fertilidad ha aumentado significativamente. He aquí lo que indican desde Procrearte.
La infertilidad es un problema cada vez más predominante en el mundo. Afortunadamente hay maneras de conservar la fertilidad y más mujeres están interesadas en ello. Procrearte es una de las instituciones en Argentina con innovación que ayuda a lograrlo. He aquí un comunicado a propósito de sus 25 años:
En las últimas décadas, las tecnologías de reproducción asistida (TRA) se desarrollaron de manera notable, transformando la forma en que las parejas enfrentan la infertilidad. Desde la primera fecundación in vitro (FIV) en 1978, los avances fueron contundentes.
Según la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE), en 2020 se realizaron más de 2 millones de ciclos de FIV a nivel global, un aumento contundente desde los aproximadamente 200,000 ciclos en 1995, reflejo no solo de la mejora en las técnicas, sino también un cambio en la percepción social hacia estas prácticas.
En Argentina, el crecimiento de la medicina reproductiva siguió una trayectoria similar, con un incremento en el número de tratamientos y nacimientos derivados de las TRA.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente el 17,5% de la población adulta, equivalente a 1 de cada 6 personas, experimentan infertilidad. Esta es definida como «una enfermedad del sistema reproductor masculino o femenino, caracterizada por la incapacidad de lograr un embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales regulares sin protección».
Esta problemática afecta a millones de personas en todo el mundo y genera una creciente demanda de soluciones, tanto médicas como tecnológicas, para hacer frente a esta realidad.
Vitrificación de óvulos: preservando la fertilidad
Uno de los avances más significativos en las últimas dos décadas fue la vitrificación de óvulos. Esta técnica permite a las mujeres congelar sus óvulos para postergar la maternidad, una opción cada vez más popular por razones personales, profesionales y médicas.
En países como Estados Unidos y España, la demanda de vitrificación creció un 30% anual desde 2010. En Argentina, el aumento anual de tratamientos de vitrificación es cercano al 20%, según SAMeR.
«Cada vez más mujeres están tomando la decisión de preservar su fertilidad», advierte Gastón Rey Valzacchi, director de Procrearte, la red de medicina reproductiva más grande de Latinoamérica con sede en Argentina.
«Es una respuesta a la evolución social que observamos, donde la maternidad se pospone por diversas razones. La medicina reproductiva debe adaptarse a estos cambios», añade Rey Valzacchi, en base a, entre otros elementos, la propia experiencia del centro que dirige, donde la demanda de congelamiento de óvulos creció un 177% desde la pandemia.
Aunque esta tendencia se estabilizó en cierta medida, el crecimiento interanual de 2022 a 2023 sigue siendo del 30%, 10% por encima del mercado.
Maternity Bank y Bioprocrearte
Maternity Bank creado en 2009 por Procrearte, es el primer banco de óvulos en Argentina y atiende esta creciente demanda. Ofrece la posibilidad de vitrificar ovocitos, permitiendo a las mujeres preservar su capacidad reproductiva hasta el momento que consideren oportuno.
Según Rey Valzacchi, «la mayoría de las mujeres a los 40 años conserva sólo un 3% de su reserva ovárica, por lo que esta técnica es fundamental para garantizar la posibilidad de ser madres en el futuro».
En el año 2019, casi 10 años después de fundado Maternity Bank, tuvieron aproximadamente 260 casos en un año. Y después, ya en el año 2022, casi 1000, una muestra del salto que significó la etapa post pandémica. Hasta junio del 2023, Maternity Bank ya atendió más de 600 casos.
Procrearte no se dedica a la medicina reproductiva en su concepción original. «Decidimos expandir nuestras fronteras y crear otras entidades, e incluso, antes que Maternity Bank, creamos Bioprocrearte, un banco de células madre de cordón umbilical», reseña el director de Procrearte.
Fundado en el año 2004, Bioprocrearte es el Banco de Células Madre líder de Argentina, distinguiéndose por su perfil científico y de innovación constante.
«Somos el único banco del país con capacidad de procesamiento automatizado de las muestras. Además ofrecemos un asesoramiento científico único, con referentes mundiales en inmunología, trasplantes, biomedicina, infectología, biología celular molecular, medicina regenerativa y células madre», se presenta el Centro desde su sitio web.
En sus primeros años, Procrearte proyectó realizar 100 casos de tratamientos de fertilidad en su primer año de funcionamiento, con el objetivo de aumentar en 100 casos adicionales por año. Sin embargo, la realidad superó con creces estas expectativas, transformando al centro en una referencia en medicina reproductiva en la región.
Actualmente, Procrearte es la institución con el mayor número de casos en Argentina, atendiendo tanto a pacientes locales como internacionales.
Ovodonación y otras soluciones frente a la infertilidad
Además de la vitrificación, la ovodonación fue ganando terreno como una técnica clave en los tratamientos de fertilidad. En España, el 40% de los tratamientos de FIV incluyen la donación de óvulos, y en Argentina esta cifra alcanza el 25%, según datos de la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR).
Procrearte es pionero en esta área, ofreciendo soluciones a mujeres que no pueden utilizar sus propios óvulos para lograr un embarazo.
Según la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR), uno de cada cuatro tratamientos de fertilidad en el país involucra óvulos donados. A lo largo de las décadas, el número de tratamientos de ovodonación experimentó un aumento significativo, pasando de menos de 100 casos por año en la década de 1990 a 2 mil tratamientos en 2016.
La regulación legal de la ovodonación en Argentina se basa en la Ley N°26.862 de Acceso Integral a Procedimientos y Técnicas Médico-Asistenciales de Reproducción Médicamente Asistida. El Decreto 956/2013 establece los lineamientos para la donación de óvulos, garantizando el anonimato y la voluntariedad de las donantes, así como la debida inscripción de los bancos de gametos en el Registro Federal de Establecimientos de Salud.
La donación de ovocitos se utiliza en aquellos casos en los que los ovocitos de la mujer no ofrecen la calidad suficiente para conseguir un embarazo o en presencia de falla ovárica de cualquier causa o por ser la paciente portadora de una alteración genética. Es una fertilización In Vitro en la que los óvulos son aportados por una donante previamente seleccionada y estudiada a tal fin.
En todos estos casos, la recepción de óvulos es la única manera de ser madres luego de conseguir un embarazo y esto es posible gracias a que existen mujeres que se proponen ayudar a otras mujeres que desean por sobre todas las cosas tener un hijo.
“Procrearte establece criterios rigurosos que garantizan la salud y el bienestar tanto de la donante como de los futuros receptores. Con requisitos que incluyen tener entre 18 y 30 años, no tener antecedentes familiares relevantes y mantener un peso corporal dentro de rangos saludables, se busca asegurar la idoneidad de las donantes y la calidad de los óvulos donados”, amplía Liliana Blanco.
La baja natalidad: un desafío global
Uno de los problemas más preocupantes a nivel mundial es la baja natalidad. Según el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, la tasa global de fertilidad cayó de 4.7 nacimientos por mujer en 1950 a 2.3 en 2021.
En países como Japón e Italia, esta tendencia amenaza con reducir la población a la mitad para el año 2100. En Argentina, si bien la situación no es tan alarmante, los centros de fertilidad como Procrearte juegan un rol crucial para mitigar esta crisis demográfica.
En Corea del Sur, por ejemplo, el gobierno implementó subsidios para tratamientos de fertilidad, lo que llevó a un aumento del 15% en las tasas de natalidad.
En Argentina, la demanda de tratamientos de fertilización in vitro y vitrificación de óvulos aumentó un 20% desde 2015, un claro indicador de que la sociedad está buscando nuevas soluciones para sus proyectos familiares, cualquiera sea la modalidad elegida de vinculación para la procreación, para maternar y paternar.
Procrearte: 25 años de innovación y adaptación
Desde su fundación en 1999, Procrearte fue una institución disruptiva en el ámbito de la fertilidad. Rompió con el modelo vertical de los centros de fertilidad tradicionales, ofreciendo una estructura más horizontal que permitía a los médicos ginecólogos realizar tratamientos de fertilización sin perder a sus pacientes.
«Fuimos pioneros en ofrecer a los médicos las herramientas necesarias para realizar estos tratamientos, sin que tuvieran que derivar a sus pacientes a otros centros», explicó Rey Valzacchi.
Este modelo no solo facilitó el acceso a los tratamientos de fertilización in vitro, sino que también permitió una expansión significativa de la red de Procrearte en todo el país, hasta convertirla en la mayor a nivel regional.
En la actualidad, Procrearte realiza alrededor de 5.500 ciclos de fertilización asistida al año y casi 900 ciclos de preservación de óvulos, representando el 20% de los tratamientos a nivel nacional. Estas cifras incluyen las transferencias de embriones congelados.
El impacto social de la reproducción asistida
La evolución de la medicina reproductiva transformó no solo la vida de millones de parejas, sino también la estructura social. Los nuevos conceptos de familia, la revisión de la monogamia y las formas alternativas de reproducción ganaron protagonismo en la agenda social.
«Hoy en día, no es solo la infertilidad lo que nos preocupa. Estamos viendo cómo los deseos reproductivos cambian, cómo las familias se forman de maneras que antes no imaginábamos», señaló Rey Valzacchi.
En Procrearte, esta apertura a nuevas realidades fue clave para su misión. «Siempre hemos sido una institución que se adapta a las nuevas necesidades de nuestros pacientes. Incorporamos ideas innovadoras desde nuestros inicios porque sabíamos que el cambio era inevitable», destacó Rey Valzacchi.