En los clubes náuticos de la provincia de Buenos Aires se puede realizar un amplio abanico de actividades, desde el milenario bote a remo hasta el más moderno kitesurf. Ríos, espejos de agua, lagunas o arroyos, son algunas de las propuestas disponibles para visitar y practicar el deporte acuático.
La larga tradición que comparten la Provincia y el agua se puede observar en dos establecimientos que poseen algo en común: son centenarios y tienen su historia para contar.
Deportistas, anécdotas y paseos
A orillas del río Paraná de las Palmas se encuentra el Club Náutico San Pedro, fundado el 6 de octubre de 1907. Fue la iniciativa de un grupo de sampedrinos que decidieron crear un espacio para realizar sus actividades deportivas en una ciudad en pleno crecimiento.
La navegación fue el origen, e históricas regatas modelaron a generaciones de timoneles para abrir el camino al surgimiento de una institución que, desde entonces, creció constantemente.
“El club tiene más de nueve mil socios y más de mil deportistas federados, participa en campeonatos locales, nacionales e internacionales y todos los deportes cuentan con infraestructura de primer nivel. Para las delegaciones visitantes, jugar en San Pedro y en el Náutico es un compromiso deportivo pero también un atractivo singular”, afirmó su capitán Roberto “Chichón” González”.
El club vio nacer a deportistas que representaron al país en competencias internacionales. “Hijos directos del Club como Julio Alsogaray y Gonzalo Carreras, quienes participaron de Juegos Olímpicos en láser y canotaje, respectivamente”, contó. Además, durante los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, Dante Cittadini en yachting y Valentín Rossi en canotaje lograron medallas de oro y consolidaron el alto perfil deportivo del náutico sampedrino.
El lugar ofrece a sus socios diferentes espacios para disfrutar de la vida al aire libre y cerca del río, y quienes no están asociados pueden acceder al restaurante y disfrutar de exquisitos platos a base de pescado frente a una vista panorámica única del Paraná de las Palmas.
La historia de esta institución, además de logros náuticos, tiene curiosas anécdotas. “El pintor local Miguel Prelato, quien solía navegar con su barco, decidió partir hacia Uruguay y desapareció. Nunca más se supo nada de él. Lo paradójico es que el mismo Prelato, tiempo antes, había salvado a Jorge Luis Borges cuando se estaba ahogando en Vuelta de Obligado. Lo subió a su canoa y le salvó la vida”, relató González.
Tradición rioplatense
El Club Regatas La Plata, ubicado en el partido de Ensenada, es el lugar ideal para la práctica de distintas actividades náuticas cerca de la capital bonaerense.
Fundado el 16 de noviembre de 1902 tuvo distintas sedes. La primera funcionaba en Río Santiago, frente al embarcadero para lanchas de la Base Naval. En 1915 se logró la ocupación de un terreno arrendado a orillas de ese mismo río y en 1938 la entidad consiguió el islote comprendido entre Río Santiago, el Arroyo Doña Flora y el Arroyo El Zanjón, donde se levantaría la nueva sede. Muchos recuerdan el triste acontecimiento de 1951, cuando parte del edificio quedó destruido por un incendio.
“El club se destaca por su vida social y por los logros deportivos que consiguió en remo, canotaje y yachting”, manifestó su titular de la entidad, Diego de Nicola.
El referente, remarcó con orgullo, remarcó que los deportistas preparados en el náutico sobresalieron en la esfera local, nacional e internacional. “Agustín Díaz en remo e Ignacio Giammona en yachting son los actuales campeones panamericanos de esas disciplinas”.
“Regatas” está abierto y funciona de manera habitual “con los protocolos correspondientes”, subrayó De Nicola. Allí se dictan cursos de remo, canotaje y vela menor y mayor, se brindan servicios gastronómicos y se realizan todo tipo de actividades en el agua.
Los clubes náuticos de la provincia de Buenos Aires iniciaron una tradición de las actividades acuáticas que transformaron al río en un estilo de vida.
(DIB) MM