Días atrás se conoció la triste noticia de la muerte de una niña de 11 años que llegó al Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) de Mar del Plata con una fuerte crisis de asma y en paro cardiorrespiratorio. A pesar del esfuerzo de los médicos de guardia que le practicaron reanimación cardiopulmonar, luego de permanecer varios días hospitalizada, falleció.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe al asma como una enfermedad producida por la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias pequeñas de los pulmones. Afecta a personas de todas las edades y es la enfermedad crónica más común en niños.
“Reconocer la enfermedad y los síntomas es fundamental para no llegar a una consulta con una crisis grave y que el paciente quede internado”, explicó Mariana Roche, médica pediatra de la sala 4 de Hospital de Niños “Sor María Ludovica” de La Plata.
“Muchos padres tienen miedo de llamar a sus hijos ‘asmáticos’ o de hacerles el puf y por esos temores, los asmáticos que vemos llegan a la consulta después de 24 o 48 horas haciendo todas las actividades, colegio, deportes, con una gran dificultad respiratoria y sin haber recibido una dosis de salbutamol”, subrayó la especialista a DIB, dando cuenta de los temores y falsas creencias que aún existen sobre esta enfermedad. “Si se sigue el tratamiento oportuno o los chicos son llevados anticipadamente a la guardia, cuando empiezan con la tos seca o a decir que se cansan, no llegan a terapia intensiva”, añadió.
Mitos sobre la enfermedad
El asma acarrea desde hace décadas una serie de mitos alrededor del uso de los inhaladores indicados para esta afección que hacen que los pacientes no sigan el tratamiento prescripto por los especialistas.
Roche planteó que “mucha gente llega a la consulta y dice ‘me da miedo darle el salbutamol porque hace mal al corazón’, y lo cierto es que lo que produce el fallo cardiorrespiratorio es el ahogo y la inflamación misma de la enfermedad por no usar el aerosol de salbutamol”. La pediatra también sostuvo que hay padres que creen que la medicación puede producir “acostumbramiento”, y lo cierto es que, al ser una enfermedad crónica, requiere necesariamente un tratamiento adecuado.
La Sociedad Argentina de Pediatría, en tanto, también reconoce que existen mitos sobre la enfermedad que es preciso derribar para que los pacientes vivan mejor. Entre ellos, destaca:
Así, si el asma se trata oportunamente, con reconocimiento de los síntomas y uso de la medicación tal como la indica el médico, no debería generar un problema grave, por lo que las personas que la padecen pueden llevar una vida normal.
Los virus o bacterias que producen infecciones respiratorias también desencadenan crisis de asma, por lo que si se asume la enfermedad y se controla ante una infección puede actuarse con celeridad si el caso es grave.
Para prevenir crisis graves de la enfermedad, Roche señaló:
- Reconocer y asumir la enfermedad y los síntomas.
- Hacer el tratamiento tal como lo indica el pediatra o médico especialista.
- Realizar los controles pediátricos anuales.
- Evitar fumar dentro la casa y el adulto que lo haga, debe cambiarse la ropa al ingresar a la vivienda.
- Evitar perfumes, aerosoles, peluches y polvillo.
- Ventilar toda la casa.
Entre los síntomas que pueden aparecer para diagnosticar el asma, destacó:
- Tos nocturna sin otra causa.
- Cansancio o fatiga para hacer deportes o jugar.
- Escuchar sibilancias (silbidos) cuando el niño se ríe.
(DIB) Ana C. Roche