Luis Orozco Angulo y Katia García Íñiguez, estudiantes argentinos del décimo semestre de Medicina Veterinaria y Zootecnia del Centro Universitario de los Altos (CUAltos), Universidad de Guadalajara, México, lograron crear un plástico biodegradable a partir de la cáscara de huevo. Se podrán fabricar macetas, vasos, platos y cubiertos.
Dos argentinos acaban de hacer historia en México: Luis Orozco Angulo y Katia García Íñiguez encontraron la forma para hacer un plástico biodegradable a partir de la cáscara de huevo.
Según indica la publicación del propio Centro Universitario de los Altos, los maceteros se podrán utilizar en invernaderos o viveros, y cuando se venda una planta, el comprador podrá trasplantarla con el macetero y todo. Debido a que el bioplástico actúa también como fertilizante orgánico y, además, se va a comenzar a biodegradar en el momento que se entierren las raíces.
La fabricación del bioplástico es económica, ya que una porción viable para fabricar un plato desechable tiene un costo cercano a los 70 centavos, cuando la manufactura es casera. Los estudiantes que están realizando este proyecto quieren industrializarlo y hacer más eficiente el proceso para bajar aún más los costos de producción.
«Este material biodegradable es importante en un contexto donde se producen alrededor de 300 millones de toneladas de plástico en el planeta; de las cuales, ocho millones terminan contaminando mares y océanos. De continuar con las tendencias actuales, para el año 2050 existirán 30 toneladas de plástico por persona en el mundo», analizó Orozco.
Del plástico que se utiliza no se recicla ni cerca del 30%, indicó el estudiante universitario e investigador.
La cáscara de huevos a su vez actúa como un abono muy importante para la tierra. Es que es rica en calcio y, por ejemplo, es muy utilizada en algunos viveros para las orquídeas.
¡Chapéu!
(Urgente 24)